Aclaraciones, resumen, introducción, capítulos 1, 2, 3 y conclusión, en proceso, 2 de enero de 2025
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ACLARACIONES
Es tanto lo que tengo que explicar para
poder con los modos normales (naturales, inevitables,
sin culpa), pero muy increíbles (por la muchísima ceguera, por la muchísima ignorancia, por la
muchísima tontería, por el muchísimo daño, por el muchísimo anacronismo) en que están atrapados todos ustedes (todos ustedes todavía están en un ser como el de los perros –que sólo son lo que los impulsos de la vida y una inteligencia
muy incompleta les hacen ser–, en un ser muy
ciego, pero los perros no están atrapados, lo de los perros está completamente
cerrado, lo de los perros no da para más, lo de ustedes sí, ustedes sí pueden
ser liberados, porque ustedes sí pueden entender al mundo), que la forma más práctica que he encontrado es utilizando muchos
paréntesis (el texto principal va en color
negro, y lo de los paréntesis tendría que ir todo en color azul, pero dentro de
los paréntesis tengo otros paréntesis, y éstos van en este orden de inclusión: –en color magenta -en color
verde -y en color amarillo--–. Pero también se puede leer de corrido, porque aun y con tanta
aclaración no se pierde mucho el hilo).
La terrible vida que hasta hoy hemos
vivido los humanos del planeta Tierra es normal, era inevitable, pero sólo era (todavía es, en todos ustedes) una cosa de pobres seres que no sabían al mundo, es como lo que
viven los perros, sólo cosas de vida, y de inteligencia a medias; hemos vivido
necesidades e impulsos de la vida, e ignorancia, y maldad; hemos vivido
coacciones de la vida (como el hambre, como el
amor), y tonterías; hemos vivido para nuestra vida
primaria (que le da hambre, que se enamora), y sueños, y ambiciones, y egoísmos, pero el mundo no es así, el
mundo no tiene sentido, propósitos (porque no fue
creado, ideado –porque no hay Dios, porque no
existe ese tipo de cosa, ese tipo de vida, ese tipo de inteligencia–), ni ojos, ni pensamiento (eso sólo los hay en algunos seres vivos), ni Dios (ni diablo, los espíritus
sólo son inventos), y ahora tenemos que
corregir, liberarnos, entender (porque en seres
como nosotros hay un gran drama, de terribilidad, de inevitabilidad, de
inimputabilidad, que tiene que ser detenido).
El mundo es terrible
(no tiene sentido, y es completamente inútil), pero es peor, porque sólo es desde la inteligencia (sólo es desde cosas como los ojos y el pensamiento que pueden
verlo y pensarlo), y la inteligencia de todos
ustedes todavía está como la de los perros, limitada (porque para ser lo que somos nosotros sólo se requiere que la vida
vaya un poco más allá de la inteligencia que tienen los perros, pero la
sorpresa es que alguien se pueda dar cuenta de que lo que hasta hoy habíamos
sido sólo eran impulsos de la vida y un estado de inteligencia todavía como el
de los perros), y ahí es donde está el mundo
que viven ustedes (que sólo es necesidades de
vida, más lo que entienden, lo que alcanzan a entender), pero ustedes y los perros no tienen la culpa, en el mundo sólo
hay cosas (que sólo son –o pueden ser, porque sólo hay -sólo puede haber -aquí y en
cualquier otra posible realidad-- vida y no vida, e inteligencia en distintos grados– como piedras, como perros –y
demás seres vivos con excepción de los humanos– y como humanos, y también están ustedes, pero sólo son una etapa
de los humanos) y modos de ser, y yo tengo que
lograr que ustedes entiendan al mundo (es decir,
al todo, que es, que hay), porque eso que
ustedes viven tiene que ser enfrentado (y el
crimen y la violencia sólo son los peores rostros de la terrible situación en
que están), los pobres perros no pueden,
jamás podrán.
Lo que hoy están viviendo todos ustedes
sólo es una etapa de lo que es el humano (pero eso
sólo iba a descubrirse cuando alguien pudiera entender al mundo… e iba a poder
afirmar que lo de todos ustedes es una cosa como la de los perros, sólo
impulsos de vida e inteligencia a medias, y que es increíble –y afortunado– que también
desde la inteligencia que alcanzamos los humanos ya se pueda entender al mundo,
a un mundo terrible, que tiene condenas, como las de los perros, y como las de
nosotros hasta cierto momento), y tienen que
ser liberados de ese estado increíble de inteligencia… Y todo es increíble (es increíble que haya mundo, es increíble que haya vida, es
increíble que haya pensamiento… pero hay un esquema, que aun sin quitarle lo
increíble –lo inconcebible– lo encierra, lo limita), pero sólo es a
través de la inteligencia (está atado a la
inteligencia, pero la inteligencia tiene varios niveles, pero principalmente
son 2, de cómo lo de los perros y hacia abajo –hasta más abajo que las bacterias–, y de cómo lo de los perros y hacia arriba –hasta nosotros–)… es un todo sin sentido, sin propósitos, porque no fue creado,
ideado, porque eso llamado Dios no existe, sólo es un invento, de un ser
poderosísimo de vida inmortal (y con
inteligencia), pero no hay vida inmortal (y eso de los espíritus de los muertos –y de las “apariciones”, de ellos, y de otros seres, como las
“vírgenes”– sólo son cuentos, credulidad,
muchísima ignorancia), la vida sólo es una cosa
química (es producto de los elementos
químicos, y aquí en el planeta Tierra pudo arraigar), y sólo puede ser en ciertos periodos (porque la expansión sólo puede irse hacia más expansión o hacia
contracción, es decir, lo que vemos hoy va a terminar o diluido o aplastado… y
entonces la vida va a cortarse, y todo lo que vivió se borra, fue completamente
inútil, pero todo es inútil, porque el mundo no tiene sentido, es para nada, el
mundo sólo es modos de ser físicos y químicos), pero volverá a haber vida (una y
otra vez, porque es algo posible, porque hoy aquí la hay, y todo esto es solo), ya sea en expansiones futuras del universo en que estamos, o en
otros universos, que pudiera haber (de alguna forma
es todo, pero ahí no está el problema del mundo, el problema está en la
inteligencia, de ustedes… hoy hay cosas, no hay creador: esto es eterno… hoy
hay cosas, que sólo son a través de los ojos y el pensamiento, no hay creador:
los ojos y el pensamiento de nosotros y de los perros son cosas posibles), pero los seres vivos del planeta Tierra jamás volverán a ser (ni el planeta Tierra)… es mucha la
terribilidad, y nosotros (y nuestros
antecesores) ya hemos tenido bastante (daño, asesinados, sufrimiento, carencias, por los modos de ser que
tienen los seres como nosotros)… y hoy ya
tenemos muchas comodidades, y podríamos intentar hacer un mundo de justicia (es decir, ser lo mejor que pudiéramos ser, en la igualdad máxima
posible, no sólo en lo económico, sino hasta en lo físico –para que no sólo no hubiera pobres, sino ni siquiera feos, o
enfermos, ni ninguna otra causa evitable de injusticia, de desigualdad, de
infelicidad–, y para eso tendríamos que llegar
hasta la clonación, pero esa igualdad física sería para las generaciones
futuras)… pero no podemos, sólo queda
enderezar, enderezarles el cerebro (o por lo menos
el corazón). Esta explicación es para que
vean lo que hay, lo que somos, en lo que somos.
Y todos ustedes van a ser sacados de sus ignorancias. Y no es culpa de
nadie, está la mesa puesta (para cuando un “animal” llega hasta “humano”, como pasó con nosotros
los humanos del planeta Tierra), entre una inteligencia todavía muy incompleta y un orden de cosas (como hoy, aquí, desde el
planeta Tierra) casi perfecto que parece
absoluto, todo, lo único (pero esto que hoy es
desde aquí no es todo el mundo, y no siempre ha estado así –y no siempre estará
así–, la
expansión actual del universo en que estamos empezó hace como 13 800 millones
de años, el Sistema Solar se formó hace como 4 567 millones de años, la vida en
el planeta Tierra existe desde hace más de 3 500 millones de años, y lo de
nosotros empezó, por lo menos –porque lo de
nosotros empezó cuando empezó la vida que hoy hay en la Tierra, pero también
empezó cuando -hace más de 395 millones de
años- en cierto tipo de peces empezó el proceso
que los llevó a colonizar la tierra seca -y de
ahí salimos nosotros, y los dinosaurios -y lo de
nosotros y lo de los dinosaurios no aviares se alteró cuando tal vez hace como
66 millones de años cayó un asteroide--–, hace
como 7 millones de años), la única verdad (y yo nací y también me la creí, y durante algunos años yo
creí que vivía en lo trascendente, en lo estable, y después supe que la gente
moría, pero era el mundo, había muerte, pero así era el mundo, y era eterno,
con nosotros, vivos o muertos, pero eternos, y después supe que no toda la
gente hablaba español, y que había más religiones, y después dejé de creer en
Dios, pero ya antes había dejado de creer en los “Reyes Magos”, y cuando yo
creía yo creía tanto, que todavía los sietes y ochos de los eneros seguía
rebuscando por los rincones), y por eso la
gran confusión, la gran permanencia (como en la
que todavía están todos ustedes, y la mayoría de ustedes están muy tontos, y
muchos de ustedes están muy maleados, pero todos ustedes están increíbles –porque no han podido entender al mundo, pero los perros tampoco
han podido entenderlo, a pesar de que también tienen ojos y entendimiento, o
sea que los asuntos no son tan sencillos, y el mejor ejemplo son la mayoría de
ustedes, que aún hoy -que ya se saben tantas
cosas- son capaces de creer en cosas como Dios o
como el tarot–), pero esto de hoy no siempre ha sido (el mundo no es algo estable, sólo es un conjunto de modos
de ser eternos en donde seres como nosotros pueden producirse, pero no pueden
ser por siempre, y no porque haya muerte, sino porque hay cosas peores), nosotros los humanos del planeta Tierra no siempre hemos
sido (y no siempre hemos sido como somos hoy,
durante muchos miles de años anduvimos desnudos),
y no nos creó nadie (somos de la vida que se
desarrolló aquí en el planeta Tierra, somos de una vida que aquí pudo desarrollar
sus potencias una vez más, y nos produjo a nosotros, pero nosotros sólo éramos
una posibilidad entre millones de posibilidades, en lugar de nosotros incluso
pudo haber habido una humanidad dinosauria, pero tal vez cayó un asteroide,
pero todo lo que hoy es en el planeta Tierra es el producto de millones de
alteraciones, como ésas producidas por las caídas de asteroides), y todo es inútil (las
criaturas del mundo –como las
estrellas, como los seres vivos– son para nada, y
además sólo son durante lapsos –surgen, pueden surgir, pero siempre son desbaratadas, porque
son en un universo que tiene modos de ser–), y yo llegué hasta lo que es todo esto de una
forma natural, pero no fue tan fácil, pero me era inevitable, no podía dejar
todo lo que veía, tenía que terminar a tanto lío, en que estaba lo nuestro, y
el mundo.
Todos ustedes están como sonámbulos,
los asuntos son de muchísimo más que de elegir gobernantes (ojalá nuestros problemas fueran tan sencillos de arreglar, con
sólo un cambio de gobierno, con el mejor gobierno que jamás hemos tenido), o que del problema del calentamiento global (que ahora ya tenemos encima –y que
tenemos que enfrentar, pero no como hoy son la mayoría de ustedes, tan
ignorantes, tan irresponsables–, como seguimos
teniendo encima los asesinatos de todos los días, y los robos, y los vicios, y
las violaciones y demás vilezas –y lo de la
pandemia del coronavirus sólo ha sido un terrible recordatorio de lo tan
vulnerables que somos, y espero que sólo haya sido eso y que no haya sido una
muestra más de estupidez, si alguien quería darle una lección a alguien -que ya ha causado mucho daño, como la muerte de kurdos -pero no es por la justicia por lo que otras alimañas están
desarrollando armas biológicas-, cuando en
octubre de 2019 movió las tropas gringas del norte de Siria, cuando ya se sabía
lo que iba a pasar -casi nada, sólo unos
cuantos muertos y mutilados más… como si todos estuviéramos locos, tontos,
malos- en cuanto movieran a esas tropas- sólo nos ha jodido a todos–), los asuntos son de lo que es
todo esto y de lo que somos nosotros, los asuntos son de por qué hasta hoy
hemos tenido tanta ignorancia e infelicidad. De lo que se trata es de arreglar
al humano, pero para poder arreglar al humano teníamos que saber al mundo.
Nosotros somos unas cosas más del mundo (y sólo
somos vida –su posibilidad más compleja–, e inteligencia –que da para
más que lo que es en todos ustedes y en los perros, pero no hay culpas, hay
cantidades de inteligencia–), lo nuestro no es nuestro (es de los
modos de ser del mundo), y lo peor es que no
podemos ser ni siquiera en la igualdad máxima que pudiéramos hacer, porque el
mundo no tiene sentido, es para nada (el mundo
sólo es física, y química… la vida sólo es una cosa química –que vive, que sobrevive -que va
sobreviviendo, y en ese proceso van saliendo las cosas que están dentro de sus
posibilidades, como el hambre, como el sexo -que en los perros es más por
olores, y que en nosotros es más por los ojos, pero en nosotros también llega
hasta el “amor”, pero a veces las perras también se ponen como zombis, pero
sólo les dura pocas horas--, y nosotros y los perros somos -cuando estamos vivos- ella,
de ella, en ella, por ella, ella es lo único que vive, en ella es lo único en
donde se vive–, pero la inteligencia ladra,
gruñe, odia, ama, siente, cree), y porque la
vida que hay en el planeta Tierra algún día será cortada. Pero por lo pronto se
trata de empezar a enderezarnos (dejar de ser
como hasta hoy hemos sido, ajustarle las cuentas a la injusticia, a la
desigualdad, a la pobreza, a la violencia, al crimen, a la vileza, al vicio, a
la irresponsabilidad, a las fronteras, al dinero, a los negocios, a lo
superfluo, a la ignorancia, a los prejuicios, al egoísmo, a la mentira… y a la
ineficiencia, y a la improvisación… asegurar el alimento para todos, para hoy,
mañana, y años...), darnos justicia, cordura,
y ya lo demás vendrá después.
Ustedes no han podido entender al mundo
(siendo que tiene muchos años que eso ya era posible –tal vez 95 años -cuando ya
había las pruebas de que el universo se estaba expandiendo-, ó 414 años -cuando el 7
de enero de 1610 -y hoy es el año 2024- Galileo vio que Júpiter tenía lunas-, ó 2 450 años -desde tiempos
de Demócrito-, ó 4 350 años -desde tiempos de Urukagina-–, y la mayoría de ustedes ni
siquiera son inquietados por la injusticia), pero no es culpa de ustedes (ni es mérito mío esta explicación), los humanos y los perros sólo somos cosas, no somos libres (sólo somos lo que está en nuestras capacidades de vida y de inteligencia), pero el asunto no es tan inocente, porque se anda por el mundo
como andan los perros, siendo sólo lo que cierta cantidad de inteligencia
permite, por eso ustedes tienen (están atrapados
en) ese mundo de tontos, de locos.
Y ahora ya puedo con todo esto, y éstos
son sus puntos principales (y no son
noticias buenas, pero qué más podría ser tanta maravilla –y tanta terribilidad– revuelta
con tanta tontería humana): el mundo es
para nada (y los humanos somos unas cosas
más de esta inutilidad, de este sinsentido –y ahora además ya podemos entender que la vida no es en una
continuidad eterna -porque el universo no
está estático, y porque no está rebosante de humanidades, no está inundado con
las innumerables humanidades -en el mundo
todo es innumerable, por muy poco frecuente que sea- que han surgido en la eternidad que ya ha sido antes de este
hoy de nosotros -el mundo es eterno, porque hoy
es y no se ve nada que lo haya echado a andar-, la eternidad no tiene inicio, no tiene final-, sino que puede surgir, pero que algún día es cortada -todo lo que vemos hoy no siempre ha sido, es de la expansión
actual del universo en que estamos-–), pero sólo lo pueden ver y
pensar los seres que tienen ojos y pensamiento, pero todos ustedes todavía ven
y piensan como los perros, pero ustedes no tienen la culpa, pero están
increíbles, tontos, y en mal, en daño, pero eso sólo es una etapa de las
humanidades, y cuando entiendan van a entender qué es lo que ha pasado con las
otras innumerables humanidades que han surgido, que ni siquiera en igualdad (una igualdad que tendría que llegar hasta la clonación, para que –algún día– no hubiera feos,
ni enfermos, para que no hubiera ninguna causa de infelicidad, pero está la
muerte, y el envejecimiento, y eso sin contar el sufrimiento que ya ha habido
entre nosotros –ni la falta de sentido del
mundo, ni el desbaratamiento inevitable de todo lo que vemos hoy -ni que nosotros sólo somos cosas químicas-–) pueden ser, y hoy ustedes no sólo están en desigualdad, sino que
están en más que eso, están en un estado como el de los perros, en una
inteligencia no muy inteligente (y de esa
inteligencia son los logros de ustedes, que no son de ustedes, sino de lo que
puede la inteligencia, puede hacer máquinas, puede creer en Dios, aunque
desgraciadamente Dios no sea, y aunque las máquinas sean necesarias, para esos
castillos en el aire que al final es todo lo de nosotros), por eso están en injusticia, en desigualdad, en tontería, en
mucha inconsciencia.
Los seres como
nosotros son unos seres más de un mundo sin sentido, sin propósitos (la vida surge a partir –de una serie
de combinaciones– de los elementos químicos, y la
vida puede producir seres como los perros, y cuando la vida va más allá de la
inteligencia que alcanzan los seres como los perros llega a humano. Y si así es
esto es porque hoy nosotros estamos aquí y no hay Dios –no hay ninguna prueba de eso–, el mundo es increíble –pero es para
nada–, la vida es increíble –pero sólo es algo químico, y es destruida en la resolución de
las expansiones de universo–, la inteligencia
es increíble –aunque también sea tonta, como
en ustedes y en los perros–… pero aquí no
hay nada que pueda haber creado a todo lo que hay, lo único que se acerca un
poco a un poder de creación intencional es la inteligencia, pero la
inteligencia sólo surge con la vida. Pero en la inteligencia de ustedes es en
donde se enreda todo, y no sólo se enreda con Dios, sino también con ciencia, y
con filosofía, y con política, pero aquí no hay culpas, ni méritos), y por eso no pueden sostenerse en él (algún día esta humanidad del planeta Tierra va a tener que irse,
por voluntad propia, pero todos juntos. Y esto no es asunto de suicidas, sino
de entender lo que somos los humanos –no
somos la única humanidad, y las humanidades no son eternas, porque la vida no
es eterna, y la vida podría ser eterna -porque
se reproduce-, pero no lo es, porque es
cortada -porque las expansiones de
universo sólo pueden seguir indefinidamente o contraerse -disgregando o aplastando a todo lo que haya en ellas--. Las humanidades se van
voluntariamente porque son de un mundo que no tiene sentido, propósitos -sentido y propósitos sólo los hay en la inteligencia-, y porque además algún día van a ser cortadas -y entonces ni siquiera podrían inventarse un ser, un ser
tontísimo -pero en caso de que aun y así
ustedes lo hicieran, ese ser tendría que ser de igualdad hasta la clonación--–), a menos que estén como ustedes
están, como tontos, como los perros, en mundos increíbles, de inteligencia
rara, corta, parcial, muy incompleta.
Y durante mucho tiempo me pareció muy
increíble todo lo que ahora ya afirmo (porque no
me convencía por completo de todo lo que veía, porque ahí todos ustedes estaban
en un estado como el de los perros, en un estado de inteligencia parcial –en una inteligencia más grande que la de los perros, pero que
también estaba tonta–… pero ahí es en donde está
su “mundo”, es decir, lo que creen, lo que viven, para lo que viven –y nosotros los humanos somos vida, y somos vida animal, tenemos
necesidades animales, estamos atados a ellas, como tener que comer, o como
tener que copular -y no tendríamos que
espantarnos de nada de lo sexual, pero el problema es que -por asuntos de humanización y de civilización- ya está muy alterado, con desórdenes del desarrollo sexual -no todos nacen con la misma cantidad de deseo, no todos pueden
comportarse como “caballeros” y “damas”, y no sólo nacen hombres y mujeres,
sino también una gran gama de mezclas de ambos-, y tal vez también con enfermedad mental-, pero podemos entender al mundo, a un mundo en donde ni
siquiera en la igualdad máxima que pudiéramos hacer -por medio de la clonación- podrían ser las generaciones futuras -porque el mundo no tiene sentido, porque se viviría para nada,
sólo sería hacerse tontos, y hoy vivimos porque somos vida -y la vida vive, sobrevive, se va haciendo sobreviviente, se va
haciendo como puede vivir, sobrevivir-, y
porque no sabíamos, qué era todo esto, toda esta compulsión, esta barca en la
que nacimos, pero que no va a ningún lado, y que algún día será hundida… pero
hoy estamos en la inercia de la vida -de una
vida sobreviviente, de una vida que en los perros puede darse el lujo de ser
más animal, pero que en nosotros tenía que tener mayores encantos, mayores amarras-, y además hay tareas -enderezar
a los humanos-, y también hay algunas
ilusiones, ya formadas, a pesar de que sepamos que vamos a morir, y a
envejecer, y a sufrir, pero hoy apenas hemos sido despertados, a la triste
realidad-, pero hoy estamos en lo peor
de nuestro ser de bestias–), porque se me hacía muy difícil convencerme de que esto de hoy
sólo es un momento del mundo, que esto de hoy sólo es el mundo desde la vida y
su inteligencia (una vida –muy mucho, pero a la vez muy nada, una vida que al morir se le
acaba todo, una vida así que parece burla, broma, pero que no lo es, porque no
hay Bromista, no hay Nadie, sino que sólo es un producto, de fuerzas sin
cerebro, sin corazón… Y lo que hoy hay aquí es la máxima complejidad que puede
haber en el mundo, porque hoy aquí hay seres que pueden ver y pensar, pero
todavía no lo suficiente, y eso los tiene viviendo en mundos irreales– y una inteligencia que pertenecen a un mundo que no es de vida ni
de inteligencia, pero que producen algo tan diferente, tan extraño –como las cosas -los líos, los
sueños, las hambres, de amor, de sexo- de
nosotros–, pero si de por sí el mundo –aun sin nosotros– es muy extraño), que el mundo está como muerto, y que ustedes están como los
perros (que nosotros sólo somos
capacidades de vida e inteligencia, pero que en ustedes esas capacidades de
inteligencia todavía están como en los perros, limitadas, y que por eso todos
ustedes también están como retrasados mentales –y no hay culpas, pero lo peor es la maldad, pero la
irresponsabilidad no se queda muy atrás–, aun los
pocos de ustedes que alcanzan a –a los que
algunos factores -como una cierta cantidad de
inteligencia -innata- y una cierta cantidad de conocimiento -adquirido-- los capacitan para poder– ubicar
algo, o sea, ésos que ven al mundo desde las ideas políticas más hacia la
izquierda).
El mundo es una cosa que no tiene
sentido, propósitos (porque no es de inteligencia
–porque no muestra voluntad, ni ideas, aparte de las que hay en
seres como nosotros y como los perros–, ni de
ninguna otra cosa, como ese invento llamado Dios… pero hasta hoy ha sido como
lo han dicho ustedes –porque el mundo sólo es a
través de la inteligencia, aunque esté tonta, como en ustedes–, y siempre habrá que rescatarlo de tal situación, siempre habrá
que aclararlo, para poder liberar a los respectivos ustedes. El mundo es eterno
–porque hoy es y nadie lo creó–, pero lo que vemos hoy no siempre es, pero siempre va a haber la
posibilidad de que algo muy parecido sea una y otra vez –porque hoy es, es de las posibilidades del ser, de un ser solo,
raro, pero que tiene un esquema, y hace muchos años cuando empecé lo que ahora
está aquí no sabía hasta dónde iba a llegar, pero había que arreglar a los
humanos, y para eso había que saber a esta cosa, a una cosa ciega, sorda y
muda, y a unos humanos y perros en las nubes–), y no se sabría de él (sería una cosa oculta, sería como si no fuera, sería como si nada
fuera) si no se “abriera” en la inteligencia (que tiene ojos, que tiene pensamiento)… y tengo que seguir precisándolo, principalmente la forma en cómo
decírselos a ustedes, porque todos ustedes están en algo como eso en que están
los perros (y tiene que quedar muy claro: la
inteligencia de todos ustedes todavía está muy incompleta –y por eso ustedes no podían entender al mundo por sí solos -pero no hay culpas, ni méritos-, hacía falta que alguien naciera con un poco más de
inteligencia, para que pudiera darse cuenta de la incapacidad de todos ustedes
ante algunas cosas, y lo siguiente era entender que ni siquiera en la igualdad
máxima -que pudiéramos hacer- podríamos ser, porque el mundo no tiene sentido -porque no fue creado, ideado-, y a partir de ahí ya sólo hacían falta algunas cosas
secundarias más, para terminar más y más a este rompecabezas que es el mundo–, porque hoy –y tal vez
desde hace más de 4 300 años– el mundo ya no
está tan difícil de entender, y si bien yo nací con un poco más de inteligencia
–está mi historia escolar como prueba–, tampoco era para tanto –pero
si esta explicación no tuviera explicación, entonces el mundo sería aún más
excéntrico de lo que es, pero está la inteligencia, que aunque en todos ustedes
y en los perros está rara, es lo único que no participa completamente de la
excentricidad del mundo al que pertenece, la inteligencia es lo más extraño,
dentro de un mundo muy extraño–, pero fue
suficiente, para que un día pudiera darme cuenta de algunas cosas, que me
llevaron a más y más cosas), pero la
inteligencia de los perros no puede ser más, o más bien, cuando la inteligencia
como en la que están los perros es más, entonces el mundo llega a “humano”,
pero los humanos tienen una etapa como en la que hasta hoy habíamos estado
todos nosotros, resulta que todos nosotros estábamos siendo (viendo, pensando) desde una
inteligencia limitada, como la de los perros, que son lo que son no porque se
lo propongan, sino porque no pueden evitarlo, así es su ser, sus capacidades,
pero resulta que nosotros podíamos entender más que lo que hasta hoy habíamos
entendido (todo lo que hasta hoy hemos sido
es como lo de los perros, sólo capacidades ciegas, y por eso con mucho de
tontería, por eso todos ustedes están como sonámbulos, como pericos, como
merolicos –de todo lo que hemos sido sólo
se salvan los anhelos de bien -es decir, las
ganas, las necesidades, las compulsiones, de hacer justicia, de hacer igualdad,
para todos- que sólo algunos de nosotros
hemos tenido -porque así nacimos -no es mérito-, con ese tipo
de tripas, con ese tipo de inteligencia, con esa cantidad de inteligencia-, y que inevitablemente nos llevaron a tener que enfrentarnos a
tanto que está mal, y todo está mal, porque el mundo no sabe de eso, el mundo -con excepción de seres como nosotros y como los perros- no sabe de nada–).
Ustedes y yo estamos desconectados,
ustedes están en religión (y en demás cosas
como ésa –brujerías, fantasmas,
adivinaciones–, cosas que no tienen ninguna base
en la realidad, cosas que no tienen ninguna prueba, pero en ellas creen la gran
mayoría de ustedes), en ciencia (y el conocimiento científico es muy bueno, sorprendente, incluso
excedido, sobrado, es de seres que tienen una inteligencia rara –muy dispareja, como de tipo autista–, pero por eso fue por lo que surgió la ciencia –y la filosofía antes–, porque
en nosotros hay modos de ser de cantidades de inteligencia… y si yo pude
entender fue porque me di cuenta de todos ustedes, de que ninguno de ustedes se
daba cuenta –ni siquiera los que de entre
ustedes -habían nacido con más
inteligencia y que por eso- entendían
más– de lo que en realidad tienen frente a las
narices –no se dan cuenta de tanta cosa
terrible que hay -entre lo que está la tontería
humana -que llega hasta maldad--, en un mundo que también tiene
cosas buenas y bonitas, pero en donde todo es inútil–, pero yo no sabía que ahí estaba el nudo de todo), en filosofía (pero la
filosofía también es de seres muy limitados, y la filosofía materialista tiene
2 preguntas fundamentales –y no son
ninguna de ésas de -la “filosofía popular”- ¿qué soy?, ¿adónde voy?, ¿de dónde vengo?–, pero también son como de Primaria: ¿qué es primero, la materia –la naturaleza, el ser–, o la
conciencia –la idea, el pensar–?, y, ¿la conciencia, puede conocer –entender– a la materia? –Y la filosofía idealista llega hasta necedades cómo ésa de que
el mundo no existe, que no existe un mundo externo autónomo, sino que el mundo
sólo es imaginación, creación de la mente–), en política (una política que es para ser aquí –para organizar el día a día–, pero que está tan ciega como todo lo demás de ustedes, lo más
lejos que por ahí alcanzan ustedes está en algo de eso llamado izquierda, es
decir, en esas tendencias hacia la justicia, hacia la igualdad, hacia la
libertad)… todo lo de ustedes está increíble, extraño, está
como si sólo pudieran ver algunas cosas. Y nosotros arrastramos problemas de
orígenes (venimos desde un mundo casi como
el que ven los perros), pero ya es para que se
hubieran superado, ya es para que ustedes se hubieran dado cuenta del mundo,
pero no se han dado cuenta, no han podido darse cuenta (porque la inteligencia se encasilla, se encasilla hasta en lo que
están los perros, y se encasilla hasta en lo que están todos ustedes, y lo de
ustedes sólo se iba a mover cuando alguien naciera con una inteligencia
suficiente, para poder darse cuenta de que todos ustedes están muy increíbles –tontos, como ciegos, como sonámbulos– ante los datos del mundo, y a partir de ahí todavía le quedaba un
largo camino de cada vez seguir entendiendo más y más), y están tan asimilados al mundo como lo están los perros (se enojan, se entristecen, se pelean, se alegran, y además se
creen todo eso de la familia, todo eso de los países –y si pudiéramos jugar a eso de las fronteras -pero algún día en esta expansión de universo no habrá planeta
Tierra, ni ningún planeta, ni ningún humano, ni ningún ser vivo-, tendríamos que estar muy descontentos de muchas cosas
históricas, como, por ejemplo, de esa guerra injusta -aunque ésa no es la palabra exacta, tal vez infame sea más
adecuada, pero de infamias los humanos estamos llenísimos, pobres apaches,
pobres judíos, pobres palestinos, pobres kurdos -y demás etnias, o pueblos- sin un
país, pobres bolivianos sin mar- que los
gringos hicieron contra los mexicanos -y
tanto gringos como mexicanos somos casualidades de la historia que siguió la
vida en el planeta Tierra, los payasos gringos y mexicanos no estaban
escriturados -ellos y todo Juan Pérez se
deben a una larga cadena de circunstancias-, los payasos sí- en 1846, pero
si esas cosas en verdad fueran importantes qué clase de mundo sería éste, sería
un mundo acorde a tontos, que no siempre han sido, que no siempre serán, pero
que mientras tanto su pequeña vida se ve plagada de cosas como la muerte, como
el envejecimiento, como el hambre, como la injusticia, como la mentira, como la
ignorancia, como la ambición, como la traición, y los mexicanos no buscaron esa
guerra, pero aun y con el enemigo dentro de casa siguieron en sus guerras
internas, y el resultado fueron más de 2 370 000 kilómetros cuadrados menos -más los de la ignominia siguiente, los 76 845 kilómetros
cuadrados de la “venta” de La Mesilla de 1854-, y además están las bardas -o sea,
infamias sobre infamia-–, todo eso de las razas, todo eso de los prejuicios, no ven que
esas cosas son sólo ignorancias, cegueras –pero son normales, los seres como nosotros siempre las tendrán,
mientras no sepan de qué se trata esto del mundo–, alrededor de un ser que lo que necesita es respirar, comer, ser
feliz –pero ese ser también nació con cierta
cara, con cierto cuerpo. Y se nació hombre o mujer -porque con cosas como las del sexo la vida se continúa -por eso existe el sexo--, o con partes de ambos, o sea, intersexual -que es en donde se explica eso que ustedes llaman homosexualidad,
pero no hay tal cosa, sólo hay heterosexualidad -no hay ni homosexualidad ni bisexualidad, y puede ser que
tampoco haya asexualidad, sino deseo sexual muy disminuido-, pero la heterosexualidad a veces está paradójica, al revés, y
ahí es donde pareciera que existe eso de la homosexualidad, porque el mundo no
es perfecto y muchas veces los humanos salen con partes de los 2 sexos, y se
puede ver, en los genitales externos e internos, y en el demás cuerpo,
incluyendo la voz-. O se nació bello -porque en la vida también se producen fuerza y belleza,
fuerza, porque los más fuertes se imponen, belleza, porque los ojos la escogen-, o feo, o con alguna otra desgracia–, y por eso, si algo tenemos que hacer es arreglar, arreglar tanto
problema, todos nuestros problemas, todos los problemas de todos, y aquí los
que más han querido hacer algo –más o menos
más efectivo, más global– han sido esos
llamados rojos: esos liberales, esos izquierdistas, esos socialistas, esos
comunistas, esos anarquistas, y si también están tontos no es su culpa, sino de
las cantidades de inteligencia. Y la mayoría de ustedes creen en Dios –pero, ¿venimos o no venimos de una evolución?, y se puede ver
a la vida, a la Tierra, al universo, ver que no tienen nada de espirituales,
ver sus modos, sus orígenes, sus destinos, que no siempre van a ser -en el caso del planeta Tierra-, o que no siempre van a ser como son hoy -en el caso del universo-–, pero muchísimos fuman, toman alcohol, se drogan, dicen mentiras,
roban, violan, asesinan, y muchos tienen perros, para cuidar sus propiedades, y
sus calles, y perros muy agresivos, o inconscientes, como ellos, porque no los
detienen, los dejan que molesten –que
atemoricen, incluso que puedan herir– a todos
los que tienen que pasar por ahí, sean justos o pecadores, y además están los
que se sienten poderosos con un arma, o tras un volante). Y por eso hay que delimitar los terrenos, qué hay y que no hay (y el asunto del mundo no está en Dios –porque los espíritus no existen–, ni en el Big Bang –o sea, en cómo fue que inició la expansión actual del universo
en que estamos–, el asunto del mundo está en
nosotros y en seres como los perros, en los ojos de los perros, en la cabecita
de los perros, allá afuera sólo puede haber cabecitas como las de las piedras,
cabecitas como las de los perros, y cabecitas como las de nosotros –en donde están incluidas cabecitas como las de todos ustedes–, ésos son los únicos monstruos posibles del mundo, ésos son los
únicos posibles peligros extraterrestres, y las piedras –cometas, asteroides -como tal vez
eso que extinguió a los dinosaurios no aviares-, rayos gamma -como tal vez
los de la extinción del Ordovícico-Silúrico-– pueden matar, y los perros –y las bacterias– también, y
muchos de ustedes ni se diga, pero para que inconscientes parecidos a ustedes
puedan llegar hasta acá tienen que tener naves espaciales capaces de hacer
viajes interestelares –y nosotros ni siquiera
hemos podido hacer viajes interplanetarios, nada más hemos ido a la Luna, y ya
está esta explicación del mundo–), de lo que hay pruebas y de lo que no hay pruebas (cómo es esto, sin dioses, y con inteligencia rara aun en los pocos
de ustedes que consideran que no hay dioses, pero el mundo no habla y los que
hablan están raros, hablan de Dios, hablan de ciencia, hablan de política,
incluso filosofan), y no hay pruebas de que
haya Dios, algún Dios, no hay pruebas de un Creador, de un ser superpoderoso,
de lo que hay pruebas es de que el mundo es ciego, mudo, sordo, más que tonto (no tiene ni siquiera la inteligencia de un tonto), de lo que hay pruebas es de que al mundo sólo lo ven los que
tienen ojos, aunque sean ojos de perro.
Esto de hoy de nosotros no siempre es,
sólo es el resultado de 2 componentes: es el mundo, que siempre es, más la
inteligencia de tipo humano, que no siempre es, porque la vida no siempre es (porque no siempre existen las condiciones para que se dé, y una
vez que se da tienen que pasar miles de millones de años para que pueda llegar
hasta seres como los “humanos” –tiene más de
3 500 millones de años que hay vida en la Tierra, pero sólo tiene como 7
millones de años que empezó el camino definitivo que terminó en nosotros, pero
ese camino se derivó de muchos otros caminos… como del camino que se abrió
cuando cierto grupo de peces colonizaron la tierra seca y dieron origen a las
ranas, y a los dinosaurios, y a las culebras, y a los murciélagos, y a
nosotros… nuestros primos vivos -porque muchos
primos posteriores se extinguieron- más cercanos -hasta hace como 7 millones de años fuimos uno solo- son los chimpancés, y los bonobos -también llamados chimpancés pigmeos, o chimpancés gráciles-, pero nuestros primos siguientes son toda la demás vida–), pero también porque (si no han sido exterminados –por
cosas como los meteoritos–, o si no se han
exterminado en una guerra nuclear) llega un
momento en que los humanos entienden al mundo, y lo desalojan. Esto de hoy de
nosotros sólo es un momento del mundo (aunque
pueda parecer la puritita verdad –aunque nos
quiten el sueño muchas cosas que nos pasan no tenemos que olvidar que
desgraciadamente nada importa, que dentro de algún tiempo -por muchos miles de billones de años que aún falten para eso- todo lo que vemos hoy será como si nunca hubiera sido -porque va a ser desbaratado-, pero así es esto, es casi indefinible -por lo cruel que es, por lo nada que es-, pero puede ser mostrado, predicho–, es decir, que esto de hoy fuera el mundo, es decir, que así fuera
siempre, que siempre hubiera humanos –y que
humanos sólo fuéramos nosotros, que sólo aquí en el planeta Tierra hubiera
humanos, que nosotros fuéramos seres especiales, únicos–, y que lo nuestro fuera lo más importante de todo, y que todo lo
demás sólo fuera como una escenografía, sirviéndole de marco a nuestros dramas
humanos, a nuestros crímenes humanos –o incluso,
que esto de hoy sólo fuera un compás de espera en tanto se desarrollan cosas
superiores, como los planes de algún Dios. Pero no hay tal cosa como Dios, pero
crímenes humanos sí que los hay y los ha habido a montones–, pero algunos de nosotros sabemos –podemos saberlo, podemos entenderlo, podemos admitirlo, de acuerdo
a los datos que hay– que no siempre ha habido
humanos del planeta Tierra, y que no siempre ha habido planeta Tierra, y que no siempre habrá planeta
Tierra, y que algún día no quedará uno solo de los humanos del planeta Tierra –porque el universo en que estamos -el universo al que pertenece la galaxia Vía Láctea, en donde
está la estrella Sol, alrededor de la cual gira el planeta Tierra- no siempre será como es hoy–, y que, por lo pronto, de los humanos del planeta Tierra que
actualmente estamos vivos no quedará uno solo dentro de 150 años –y ya olvídense de tonterías como la criogenia -o criónica, que es la palabra exacta-–, y muchos no tendrán que esperar
tanto, porque ya mañana no estarán, más o menos 157 000 mueren cada día –y moriremos, aunque no seamos muy conscientes de eso -pero por lo pronto yo tengo que aprovechar mi ser inútil,
porque tengo que enderezarlos a ustedes -aunque
nada tenga sentido, aunque todo sea inútil, aunque nada importe, pero ustedes
no lo saben, ni los perros, pero los perros no pueden saberlo, y ustedes tienen
que saber en dónde están sus problemas--, y si tenemos oportunidad envejeceremos -y cuando se empieza a envejecer es cuando uno se da cuenta de
que esto sí es serio, terrible, y que ya hay que irse haciendo a la idea de que
cada vez sólo se va a ir haciendo peor-, pero
no va a ser bonito, ni lo uno, pero mucho menos lo otro -lo peor es que de sopetón se acabe todo, lo único que había, lo
único que éramos, como a las moscas, que pueden hacer cosas que nosotros no
podemos, como volar, pero que casi en cualquier momento pueden ser aplastadas,
y esa maravilla de volar se corta-– y toda muerte es terrible –a menos que de ti ya sólo queden puras cáscaras, o a menos que
sólo seas como una mosca, que sólo sirve para dar lata, e infección–, pero la de los asesinados después del nacimiento –que más o menos son 1 800 cada día– y la de los suicidas –que más o
menos son 2 000 cada día -pero los
intentos de suicidio son muchos más, de 10 a 20 veces más -principalmente de jóvenes y de mujeres… pero los que más se
suicidan son los hombres, más de 3 por cada mujer--– son de las peores). Esto de hoy de
nosotros y de los perros sólo es el mundo y la inteligencia de la vida. Y las
cosas de los perros son más fáciles que se den, pero las cosas tan superiores y
cuerdas de nosotros (como poder construir mejor
que los castores, como poder matar mejor que los leones, como creer en cosas
que no existen, como emborracharse, como robar, como mentir) no son tan fáciles de darse, pero
se dan.
Esto (este lío) que somos los humanos del planeta Tierra
tiene solución (y yo
sólo estoy describiendo –y batallando, contra tanto -con un mundo terrible, y distorsionado en ustedes, y
en mí, que fui criado como cualquiera de ustedes-, y haber tenido que ir a
contracorriente de todos ustedes, haber tenido que entender cómo es lo que es,
haber tenido que batallar con el mundo y sus perros, y perros buenos, y perros
malos, pero perros, que no disciernen al bien y al mal, mucho menos al mundo, a
un mundo sin ningún sentido -porque no fue creado, ideado-, pero que es lo único que es, y es eterno -porque hoy es, y no fue creado-, y es increíble, pero en él hay un
esquema, en donde los seres como nosotros juegan el papel principal– qué es todo esto, qué es el mundo, qué es
el ser humano, qué es la tontería humana, qué es la maldad humana, qué es el
drama humano –y mal
cuando se sabe al mundo, pero peor cuando no se sabe, porque entonces se es
igual que los perros, y así habíamos sido nosotros hasta hoy, sin saber qué
éramos ni qué era el mundo, por qué tan difícil–), y cada vez que haya humanos serán como nosotros (no exactamente en los cuerpos y caras,
pero sí exactamente en la tontería y maldad en que hasta hoy hemos sido
nosotros), y
tendrán un inicio (lo
que nos produjo a nosotros empezó hace como 7 millones de años, pero no salió
de la nada, se derivó de otras cosas –como las de la inteligencia sobre un cuerpo muy
semihumano, es decir sobre un cuerpo primate hominoideo, la mayoría de los
primates tienen un cuerpo parecido al de nosotros, pero los primates
hominoideos lo tienen aun más–. Y hoy ya contamos con las aproximaciones históricas de muchos asuntos,
pero la gran mayoría de ustedes no saben mucho –y no por culpa de ustedes–, y los pocos de ustedes que saben más –porque nacieron con más inteligencia– hasta hoy no han podido entender al mundo,
porque su cantidad de inteligencia aún no era suficiente, para poder entender
algunas cosas, que llevan a entender más y más cosas… eso pasó conmigo, sólo un
poco más de inteligencia, pero fue la gran diferencia) y un desenlace (y que esto ni siquiera llegue a comedia, o a broma, pero lo terrible
es vivirlo como se vive actualmente entre nosotros, por lo menos en los perros
no es tan doloroso, porque ellos no se dan cuenta de sus problemas –y ustedes sólo se dan cuenta de algunos–, pero lo peor es que tanto desgaste se da en una inutilidad total,
porque siempre termina cortándose –porque el
universo no está inmóvil, porque actualmente el universo se está expandiendo,
porque esta expansión sólo puede seguir y seguir, o va a revertirse, pero en
cualquier caso algún día no habrá ninguno de nosotros–, pero volverá a haber humanos –pero ya no nosotros, sino otros “humanos”, otros animales que
en otros planetas -de la expansión actual, o
de expansiones futuras del universo en que estamos -y actualmente en esta expansión, o en otros universos, podría
haber otras humanidades-, o de otros
universos- lleguen hasta humano, pero no
por cosa de ellos, sino por cosas de la vida y de la inteligencia–, una y otra vez, porque hoy los hay –y porque el mundo es eterno–, y no fueron creados, por un Dios –porque no hay ninguna prueba de tal cosa, tal Dios sólo está en
los más ignorantes de ustedes -pero son la
gran mayoría, pero los pocos de ustedes que no están tan ignorantes también
están increíbles, y por eso tengo que mostrar y mostrar cosas-, lo más cercano a un Dios es la inteligencia, pero la
inteligencia sólo es de la vida, y lo más que puede es lo que podemos los
humanos–. Y mientras estamos vivos somos
dirigidos por nuestros impulsos: sed, hambre, ganas de ir al baño, ganas de
dormir, ganas sexuales, y todo para nada –es
igual que lo de los perros. Y muchas veces es exactamente igual, de nuestro
paso por el mundo sólo queda el excremento y uno que otro mordido–).
Tengo que seguir precisándoles más y
más el mundo (y ya llevo más de dos tercios de
mi vida en esto, pero a alguien le iba a tocar, a alguien que naciera con una
cantidad suficiente de inteligencia –que se va
directo hasta las tripas–), porque todos ustedes están sumidos en un mundo como el de los
perros (y aunque ustedes no están
exactamente como ellos, ustedes también están limitados, por eso mismo –las cantidades de inteligencia– que a los perros los tiene como perros… y ese creer en un Dios del
que no hay ni la más mínima prueba es el ejemplo más evidente de las
limitaciones en que están todos ustedes), y
aunque a algunos de ustedes la cantidad de inteligencia con que nacieron los ha
movido un poco más (y Copérnico y el Che serían
los mejores representantes de los 2 niveles máximos de entendimiento que
ustedes pueden alcanzar… Y a pesar de todas sus carencias –ignorancias, cegueras– tipos
como el Che serían de los menos ciegos de entre ustedes, la ciencia tiene rigor
científico, pero está más ciega –y lo más
lejos que llega es a visiones liberales, incluso casi jipis, como las de
Einstein. Porque hay un mundo, una realidad, unos humanos, unos asuntos
humanos, unos problemas humanos, una historia, una infelicidad, unas desigualdades,
unas injusticias… y hay unos como sonámbulos, unos como operados del cerebro,
unos como robotitos, que ven Dios y diablo, o que no ven Dios y diablo, pero
que tampoco ven mucho, a lo que tienen frente a sus narices, ni a la historia -a los procesos de cómo se ha ido conformando todo lo de hoy-, ni a las cadenas, a las estructuras, a los fondos, no del
universo, sino del mundo, de un mundo grandioso y terrible, con mucho de bueno
y de malo, con mucho de bonito y de feo, pero ni bueno ni malo, ni bonito ni
feo, sólo inútil, e infinito, el mundo es eterno, pero no nosotros -ni la vida-, nosotros
sólo vivimos -como- 70 u 80 años -y la vida que
hay hoy en el planeta Tierra podría durar millones -o miles de billones- de años, pero
algún día será cortada-, y entonces por lo menos
esos pocos años deberían ser plenos, felices, bonitos, pero para todos, pero
así no es, así no ha sido, así nunca podrá ser, antes, porque estábamos en
ignorancia, ahora, porque ya puede saberse al mundo, a un mundo que no tiene sentido,
propósitos -y en donde la vida no puede
eternizarse, porque el universo -que es donde
somos nosotros, y los perros, y las piedras, menos la piedrota universal, o
sea, él mismo- no es una cosa inmóvil-, pero que aun y así hay tareas, hay obligaciones, cada
humanidad que surja va a tener que ser enderezada, va a tener que ser puesta de
cara a la realidad– que esos locos –rebeldes, con mucha causa, y no es para menos, sólo alguien muy
desconectado de la realidad no puede darse cuenta de tanto problema que tenemos
los humanos, de tanto que está jodiendo a tantos. Y el Che murió luchando y tal
vez ya desencantado del comunismo, comunismo que si en aquel tiempo dejaba
mucho que desear hoy está irreconocible, pero comunismo que sólo es un ejemplo
de las limitaciones de ustedes, el comunismo estaba mal, y lo peor es que los
que creían en él lo creían avalado por la realidad, creían que ya se había
entendido a la realidad, creían que en libros como el Manifiesto del Partido Comunista ya estaba plasmada la realidad -el comunismo era creído a ciegas, como cualquier religión-. Pero ninguno de ustedes puede burlarse, porque están peor…
ustedes tienen ciencia, filosofía, religión, política, y entre ustedes hay
derechistas, e izquierdistas, que tal vez nunca llegarán a los grados de
izquierda del Che. Pero nosotros sólo somos cosas, no hay culpas, no hay
méritos, hay alcances de mundo, y el factor es la cantidad de inteligencia con
que se nace, y los pocos de ustedes que nacen con más se van hacia revolución
de izquierda, o hacia ciencia, y ambas están ciegas, sólo que diferente– casi suicidas como el Che) que al
resto (y casi siempre ha sido así, casi siempre sólo
unos pocos de ustedes no han estado en el mismo nivel de embrutecimiento que
todos los demás de ustedes, y al principio todos estábamos en el mismo
embrutecimiento, cuando éramos recién nacidos, o cuando empezó ese camino que
produjo humanos, que a nosotros nos hizo humanos, y que nos separó de los demás
perros), no los ha movido lo suficiente
como para poder salirse de eso (porque fue la
inteligencia la que me movió a mí, una inteligencia que no es mérito mío, me
fue heredada, y me metió en lo que está en esta explicación –y el mundo sólo es lo que es, se enteren o no se enteren los
perros, puedan enterarse o no puedan enterarse los perros, y es tan terrible un
mundo así, que el mundo sea así, que los perros sólo sean perros–).
Esta explicación es para sacarlos a
todos ustedes de eso que son hoy, de eso que viven hoy (esta explicación era para arreglarlos, porque lo necesitamos,
pero todo esto es peor de lo que imaginaba y entonces sólo queda liberarlos). El mundo es muy raro (muy increíble,
muy inconcebible), pero no fue creado por un Dios (porque eso no existe, porque no hay ninguna prueba de eso), ni es de inteligencia (que es lo
único que puede crear con intención, pero la inteligencia sólo es de la vida,
sólo surge con la vida, y lo más que puede es lo que podemos los humanos), pero es desde la inteligencia (ella es quien realmente ve, ella es quien realmente piensa), pero la inteligencia de todos ustedes todavía está como la de
los perros, y ahí está el lío de nosotros (la tragedia de nosotros, las desgracias, las infamias –nuestra pobre historia -de
formación, de ceguera inevitable, de daño inevitable- se debe a que la inteligencia es en cantidades y en más
condiciones–), ustedes y los perros se dan cuenta de algunas cosas, pero no se
dan cuenta de que el mundo no tiene sentido (porque no fue creado, ideado), ni de que sólo son vida (una cosa
química más, pero que vive, que es vida, ése es su ser, su interés, vivir, no
entender al mundo, pero entiende al mundo… y ustedes y los perros están bien,
sólo son lo que son, pero están tontos, y en mucho daño, en mucho mal), y que algún día esa vida va a ser cortada… y si la vida no fuera
cortada podría eternizarse (porque se
reproduce), y los seres como nosotros
podrían inventarse un ser, a pesar de todo, a pesar de que todo (lo que es, lo que puede ser, en este mundo tan raro que va a
seguir por siempre –porque hoy es y no fue
creado–) sea para nada.
Qué es el mundo, qué
somos nosotros… un mundo y un nosotros (que sólo
somos una parte del mundo) que están
estrechamente relacionados (el mundo es,
siempre es, aunque no siempre sea como está hoy aquí, pero ya podemos saberlo,
sus cosas, sus alcances, un mundo raro –increíble,
inconcebible, pero terrible, sin sentido -porque
no fue creado, ideado-–, que sólo “emerge” más –porque en -la “piel” de- las bacterias
del planeta Tierra de hace 3 500 millones de años ya ha emergido, ya puede
sentirse,– cuando hay ojos y pensamiento,
pero emerge mal, y en donde podemos ver más eso es en los perros, en sus afanes
–aun más necios que los nuestros–, pero todo esto no es tan simplón, tan inofensivo, todo esto es en
un embrollo terrible, trágico, en donde ustedes y los perros andan creyendo
cosas, y causándose daño, por eso hay que aclarar este embrollo –aunque a la larga nada importe -porque todo lo que vemos hoy va a ser desbaratado -porque es de una expansión de universo, es de movimiento-, pero todo esto que vemos hoy es solo, o sea que volverá a ser -una y otra vez-, pero será ya
sin nosotros -la humanidad del planeta
Tierra jamás volverá a ser-, pero habrá
otros, que se parecerán a lo que hoy somos nosotros, porque sólo hay seres
vivos y seres no vivos, e inteligencia en distintos grados, porque todo lo que
hay sólo es eso, sólo puede ser de eso-, pero
hoy está importando, hoy está siendo la puritita verdad, hoy está doliendo,
está destrozando, está matando, rápida, y lentamente–, pero no va a ser fácil, pero este embrollo siempre termina
aclarándose –nosotros sólo somos una
humanidad más dentro de la película del mundo -pero esa película no tiene principio ni final, pero es una
película acabada, porque puede saberse, que el único enredo está en ustedes,
porque los demás seres que tiene además de nosotros sólo son como los perros -y demás seres vivos con excepción de los humanos-, y como las piedras, no hay seres sobrenaturales, no hay seres
mágicos -no hay hadas-, no hay seres espirituales -como eso llamado Dios, o como los fantasmas-, esos seres sólo están en la gran mayoría de ustedes, y en
todos nosotros, cuando somos niños- esto que hoy
estamos siendo nosotros sólo es una de sus escenas, y la escena no se llama los
humanos del planeta Tierra, la escena se llama los humanos, así serán los
humanos, así será cualquier ser vivo que llegue hasta este nivel “humano”, sólo
los cuerpos y las caras no serán exactamente iguales a los nuestros, pero si
aun aquí las caras y cuerpos de los humanos pudieron haber sido diferentes a
los nuestros -incluso muy diferentes, tal
vez hasta de tipo dinosaurio-, y el que las
caras y cuerpos de los humanos del planeta Tierra fueran exactamente como son
hoy era sólo una posibilidad entre millones–, pero no es tan fácil romper las cadenas naturales en que están
todos ustedes, unas cadenas que son casi como ésas en que están los perros,
pero las cadenas de los perros no pueden romperse, pero esas cadenas de los
perros no van a ser por siempre, porque algún día no habrá ninguno de los seres
vivos del planeta Tierra, pero volverán a ser, en otros perros, de otras
expansiones del universo en que estamos, o de otros universos), un mundo que se conecta a través de cosas como los ojos y el
pensamiento (que pueden verlo, que pueden
pensarlo), unos ojos y un pensamiento que
los seres como nosotros tienen en su máximo, pero que hasta hoy no ha sido así
con todos ustedes (pero nosotros y los perros no
somos libres, nosotros y los perros somos de aquí, de este mundo que no fue
creado por nadie, de este mundo raro, terrible, pero en el que los perros andan
como si nada –como si estuvieran en casa–, y los perros son lo que son porque tienen vida, y un poco de
inteligencia, y así ustedes), por eso meto a
los perros, para mostrar que la inteligencia (una inteligencia que surge en la evolución de la vida –una vida que es de combinaciones de los elementos químicos–, una vida que siempre empieza desde cero –desde cero vida, pero que sigue caminos de sobrevivencia–, una inteligencia que siempre empieza desde cero –desde cero inteligencia, cada vez que en algún planeta la vida
puede empezar, e individualmente nosotros nacemos como bebés, y nacemos con
cierta cantidad de inteligencia, que tiene que desarrollarse–) es en niveles (pero tiene 2 niveles principales: un nivel que empieza desde cero
y que llega hasta como está en los perros, y otro nivel que puede ir más allá
que eso, un nivel como en el que estamos nosotros –pero que tiene la etapa en que aún hoy están todos ustedes. Y
yo nací, y empecé a aprender -y me enviaron
a la escuela, y ahí me di cuenta de que no todos nacemos con la misma cantidad
de inteligencia, y me di cuenta por las calificaciones, y después por lo que
empecé a ver del mundo, y que ya no me dejó en paz-, y aprendí de Dios, y de la injusticia, y que había que
arreglar a los humanos -que había que sacarlos de
la pobreza, pero también de la irresponsabilidad, del vicio, de la vileza, del
egoísmo, de malos gobiernos, de estructuras, como las del dinero-, pero había más elementos -como el estado en que están todos ustedes, que parece que no
ven, los problemas, los asuntos-, y he llegado
hasta lo que está en esta explicación. Y son muchos los temas, por ejemplo, no
bastaba con entender que el mundo no era de Dios, que el mundo no había sido
creado, el problema no era Dios, el problema era que no lo había, y entonces
todavía faltaba resolver cómo era todo esto -además de eterno y de “conectado” -más- con nosotros-, incluido ahí el estado increíble -parecido al de los perros- en que están todos ustedes… Y otro de los temas ejemplares es
eso que ustedes llaman homosexualidad -pero
no hay tal cosa, sólo hay heterosexualidad… no hay homosexualidad, ni
bisexualidad, ni asexualidad-, y muchos
podrían decir que los “homosexuales” son grotescos… pero no, no son
homosexuales, su problema es que nacieron con los cuerpos revueltos, los gais
son mujeres, las lesbianas son hombres… y algunos están grotescos -en la voz, en la cara, en el cuerpo, y generalmente ésos son los
que se notan más, pero ésos sólo son un poquito de la punta de un iceberg, y
podríamos decir que a ésos les tocó muy mala suerte, de quedarse a medio
camino, pero ya del otro lado, porque hay algunas mujeres que aunque parezcan
completamente mujeres, aun sin ropa, no son mujeres verdaderas -sino hombres, tienen testículos, pero están atrofiados, y no
están visibles, lo que pasó ahí se llama síndrome completo de insensibilidad a
los andrógenos-, no tienen ovarios, y hablando
de verdaderos, los hombres y mujeres 100 % -o muy cercanos a eso- son menos de
los que uno podría creer… porque la mayoría de los humanos tenemos algo o mucho
del sexo contrario, pero no al grado de gay o de lesbiana-, pero no es su culpa -son
producto de desórdenes del desarrollo sexual, y esos desórdenes son más de 50,
un pene o una vagina no lo dicen todo, sino los apetitos, los hombres o las
mujeres más o menos “normales” lo somos no porque nos lo propongamos, sino
porque no podemos evitarlo-–), y cantidades, y que en ustedes
todavía está como está en los perros, limitada, como programada, para entender
sólo hasta cierto punto (y la gran
mayoría de ustedes son el ejemplo perfecto para mostrar las limitaciones de
todos ustedes, esa gran mayoría que son capaces de creer en cosas como Dios, es
decir, en cosas como espíritus, en cosas ya muy anacrónicas hoy, pero que son
parte de algo que llega hasta las peores bobadas, como el tarot).
Tengo que
explicarles el mundo, porque hay que enderezar a nuestro mundo humano (esto debería de ir por delante de todo lo
que quiero que quede fijado en esta explicación, porque lo urgente es empezar a
darle cordura a una humanidad como de locos, a una humanidad muy irresponsable,
muy injusta, muy desigual, muy violenta, muy enviciada, muy vil, muy egoísta,
muy prejuiciada, muy ignorante, muy miserable, pero desgraciadamente, para
poder empezar a enderezar al mundo de los humanos primero tengo que lograr que
esos humanos entiendan al mundo, porque si actualmente los humanos estamos en
medio de tanta porquería es porque somos parte de un mundo raro, terrible,
solo, un mundo que tiene algunos cauces, y son esos cauces los que hacen que
haya humanos, pero también son esos cauces los que hacen que hoy todos ustedes
estén tontos, no sólo los más tontos), a un mundo humano que tiene cosas como el amor (y como el hambre, y como la sed, y como el
sueño, y como las ganas de ir al baño, y como las necesidades sexuales), cosas que nos atrapan, cosas que nos
dirigen, pero el mundo no es así, el mundo es de que no tiene sentido (porque no fue creado, ideado), el mundo es de que en él pueden ser
muchas cosas (como las
estrellas, como la vida), pero que siempre son desbaratadas (la vida y las estrellas algún día no
pueden seguir siendo –porque el universo en que estamos se está expandiendo, y esa expansión
va a tener que resolverse de algún modo, hacía expansión y más expansión, o
hacia contracción, es decir, hacia disgregación, o hacia aplastamiento de todo
lo que contiene -y
no tenemos que perder de vista que la expansión actual tuvo un inicio, y que en
ese momento en este universo no había estrellas ni vida, y para que pueda haber
vida primero tiene que haber habido estrellas, porque en las estrellas se
producen más elementos químicos -en el inicio de la expansión del universo sólo se produjeron átomos de
Hidrógeno, Helio, Litio y Berilio--–), el mundo es de que su único testigo e
intérprete es la inteligencia (a través de cosas como los ojos y el pensamiento), el mundo es de que lo que hoy estamos
siendo los humanos del planeta Tierra sólo es una de las cosas que puede haber
en el mundo (y por
tanto repetible –porque
hoy nosotros somos y no somos especiales, no somos de un Dios, porque no hay
ninguna prueba de que haya tal cosa–, una y otra vez, por toda la eternidad, pero nosotros jamás volveremos
a ser –porque
sólo una vez se nace -y porque algún día no va a haber nada de la vida del planeta Tierra-–, pero los que sean serán como nosotros, y
durante mucho tiempo estarán como están todos ustedes, que no se dan cuenta de
tantísimas cosas, como, de que nosotros sólo somos vida –de necesidades de la vida -como comer, como copular-, de modos de ser de la vida -vivir, es decir, sobrevivir-, de capacidades de la vida -vivir, sentir -tocar, ver, oír, oler, saborear… y lo
del pathos-,
pensar-, una
vida que es de las capacidades de los elementos químicos–, y que a nivel personal nos debemos a una
gran cadena de hechos circunstanciales, y que si en lugar de nosotros hubiera
sido otra humanidad aquí en el planeta Tierra –pero parece que hace como 66 millones
de años cayó un asteroide, que tal vez fue el causante de la eliminación de los
dinosaurios no aviares -y de los pterosaurios, y de los plesiosaurios, y de los mosasaurios, y
de los ammonoideos-,
y que terminó haciendo que este hoy de nosotros fuera posible– todos los que nacieran también se
sentirían especiales, dignísimos, porque así funciona el pensamiento, y hasta
podrían ufanarse, o avergonzarse, porque podrían creerse responsables de sí
mismos, no dándose cuenta de que no tuvieron nada que ver en haber nacido
fuertes o débiles, bonitos o feos, inteligentes o tontos, buenos o malos, sino
que simplemente el mundo no es de justicia, pero que tampoco es de injusticia,
pero hay injusticia, y no es buena, no es bonita), su cosa más capaz (menos esclavizada), que ni siquiera en la igualdad máxima
podría ser (pero
ustedes podrían intentar permanecer aquí, y para eso necesitarían la justicia…
y la idea de justicia de ustedes es la que actualmente rige, al infierno que
tienen ustedes, al manicomio que tienen ustedes).
Y ya saber la película del mundo… ya
saber todo lo que puede ser (sólo hay seres
como las piedras, seres como los perros –y demás seres vivos con excepción de
los humanos– y seres como los humanos… y sólo
en los seres vivos hay, o puede haber, inteligencia, y la inteligencia es la
que percibe al mundo, es la que ve al mundo, es la que piensa al mundo, es la
que interpreta al mundo –a un mundo
que no tiene sentido, a un mundo inútil, a un mundo en donde nada importa–, pero la inteligencia de todos ustedes todavía está como la de los
perros, limitada, y de ahí es el mundo de ustedes, un mundo de tontos, o de
locos, o sólo de pobres seres, que andan en un mundo, como los pobres perros
andan en otro)… ya saber que hoy estamos en
algo terrible, pero que está normal, pero que nosotros ya vamos a liberarnos de
lo que hasta hoy hemos sido (porque ya
podemos hacerlo, antes no podíamos, porque no sabíamos. Y los perros nunca se
liberan)… ya saber que todos ustedes están increíbles, en un estado como el de los
perros (viviendo un
mundo irreal, ajenos al mundo),
pero que lo de ustedes sólo es una etapa, lo de los perros no, lo de los perros está completamente cerrado, completamente
condenado… ya saber que siempre que alguien logre entender al mundo (por haber nacido con la inteligencia suficiente para eso… para que
en él pueda empezar el proceso que lleva hasta eso) encontrará a los demás (en
injusticia, en ignorancia, en maldad, y) en
religión, en ciencia, en filosofía, en política (y la religión es muchísima ignorancia, muchísima ceguera, y la
ciencia es conocimiento ciego, y la filosofía es especulación ciega, y la
política es todo lo anterior aplicado al diario vivir)… ya saber que no podemos defender ninguna idea religiosa (porque no hay Dios ni nada que se le parezca), ni ninguna idea política (porque
los humanos sólo somos cosas, que son parte de un mundo sin sentido –porque no fue creado, ideado–, inútil –e inútil completamente,
no sólo porque es para nada, sino porque siempre llega un momento en que son
desbaratadas las cosas que pueden producirse en él, cosas como la vida, o sea
que ni siquiera podríamos engañarnos con la vida -inventar una vida feliz, pero feliz para todos,
igualitariamente feliz para todos-, con una vida
que sólo es una cosa química, pero que vive, y que tiene su forma humana -y que no está tan mal -y que
hasta hoy no ha estado tan mal sólo para el 4 ó 5 % de los humanos que han
vivido-, si no fuera por la muerte, y
por el envejecimiento, y porque es para nada-, no sólo como la de los demás pobres perros… o como la de las
malditas moscas–. No podemos defender ni a la
mejor idea de justicia, y sólo nos queda enfrentarnos a la injusticia, a la
desigualdad, a la irresponsabilidad, a la ignorancia, a la tontería, a la
maldad, a todo ese mundo terrible en que están todos ustedes).
¿Y quién creó al mundo? Nadie, ¿y qué
es el mundo?…, ¿y cómo es el mundo? En el mundo hay seres como piedras, hay
seres como perros (y demás seres vivos con
excepción de los humanos), y hay seres
como nosotros… y hay inteligencia (y ahí es en
donde está la distorsión, los ladridos a lo tonto, las preguntas ciegas, como
ésa de qué es el mundo, porque no alcanzan a darse cuenta de cómo es el mundo,
de que el mundo sólo es visto y pensado por la inteligencia, de que
el mundo no es de inteligencia, de que el mundo no tiene sentido –porque no fue creado, ideado–, de que el mundo es muy raro, pero que está encerrado en sí, y en
la inteligencia de los perros y de todos ustedes, y que así podrían llevársela –los perros, ustedes, y el mundo… en
tanto los perros y ustedes no fueran exterminados–, como tontos perfectos, como tales para cuales, como hasta hoy,
pero ojalá todo esto fuera inofensivo, pero no lo es, es muy terrible), que en seres como nosotros es en su máximo, pero que en todos
ustedes todavía está muy limitada (y eso está muy
visible en la mayoría de ustedes, que cree en un Dios del que tal vez desde
hace más de 4 300 años –que es de cuando tenemos los testimonios escritos más antiguos de
algunas cosas profundas que ya pensaban algunos de los humanos -y la escritura a la que ya se le puede
llamar escritura apenas se inventó hace como 5 200 años-– ya no hay
ni la más mínima posibilidad, hasta antes de esa fecha el mundo era más desconocido,
y por tanto Dios todavía era algo posible).
Hoy sólo es un
momento del mundo (y no me refiero a nuestras
muy cortas vidas personales, sino a todo lo que vemos hoy), pero la gran mayoría de ustedes no se dan mucha cuenta (hoy que los humanos del planeta Tierra ya estamos en el final de
lo humano, de lo que es lo humano, de lo que hay para el humano… nacemos, y
poco a poco se nos van haciendo ideas de las cosas, pero la gran mayoría de
ustedes nunca pasan del sonambulismo de que la vida y el mundo son lo mismo –o que incluso el mundo está dentro de la vida–, creen que la vida que viven es parte de algo que es así –creen que la vida -aunque tenga
muerte- siempre es–: vivo –creen que esto de hoy es
todo, creen que ya saben al mundo, que ya han conocido al mundo, que el mundo
es lo de hoy, y que si hay más es lo de Dios, y lo de los muertos -lo de los espíritus de los muertos-, pero que no significa una gran diferencia con respecto a lo de
hoy–), y los pocos de
ustedes que se dan más cuenta de algo de lo del mundo (por haber nacido con más inteligencia), tampoco entienden gran cosa (a un
mundo sin sentido –porque no fue creado por
un Dios -que no existe, porque la
realidad no es así, no es espiritual, fantástica, mágica-, y porque no es producto de la inteligencia, que es lo único en
donde hay voluntad, e imaginación, pero que lo más que puede es lo que pueden
los humanos y los perros, unos humanos que están muy mal, y unos perros que
están como perros–, y a la vida que constriñe –constriñe a los perros, nos constriñe a nosotros–, a vivir –y para eso tiene que
mantenerse, y por eso tiene que comer -y de
la comida sale energía, y excremento, y gases-, y reproducirse -y en los
humanos eso llega hasta el “amor”-–. Y lo que se necesita más es justicia, una difícil vida que podría
paliarse un poco, pero el mundo no puede ser paliado, estamos sujetos al mundo,
y a la vida, y a la inteligencia… de ustedes, estamos sujetos a cosas como
pobreza, fealdad, enfermedad, ignorancia, egoísmo, irresponsabilidad, y con la
igualdad podríamos tratar de hacer felicidad para todos los de las generaciones
futuras –hacer una humanidad sin
pobres, pero también sin feos, sin enfermos, y para eso habría que llegar hasta
la clonación -cada humano sólo es un
producto, un resultado, una posibilidad, pero que cuando es, siente, y ya no
podemos permitir que siga habiendo tantos condenados-–, pero sería inútil… mientras no
sabemos al mundo sólo somos como perros, unos perros diferentes, con más
capacidades, pero como perros, siendo ciegamente un ser, un tipo de ser, un
tipo de capacidades, y cuando sabemos al mundo ya no podemos ser, porque
podemos ver lo que es este lugar), los humanos
del planeta Tierra tenemos como 7 millones de años que empezamos (es un decir, nosotros no somos autónomos, nosotros no tuvimos nada
que ver con lo que somos hoy, nosotros somos un resultado, de los elementos
químicos que pueden producir vida, y de la vida que tiene cosas como la
inteligencia) el camino que nos llevó a ser
seres humanos cada vez más (y eso fue
después de que los que un día seríamos nosotros y los que un día serían
chimpancés y bonobos dejáramos de ser uno solo, así como 3 millones de años
antes ese ancestro –las cosas no son
sencillas, los seres vivos que hay hoy son el producto de ancestro sobre
ancestro, después de que los que un día nos darían origen se diferenciaron de
los que un día darían origen a los chimpancés y a los bonobos pasaron por una
gran serie de transformaciones, por una gran serie de ancestros, de los que
sólo han quedado algunos fósiles -como los de
los australopitecos y los de los neandertales-, tanto de nuestra línea directa, como de las líneas que se
extinguieron– dejara de ser uno solo con lo que
algún día daría origen a los gorilas), antes
de eso no éramos (hace 395 millones de años los
peces sarcopterigios de los que descendemos nosotros y las culebras –y las ballenas, que son parientes de los hipopótamos, pero que
volvieron a tomar formas parecidas a las de los peces -cuando se metieron al agua todavía más que los ancestros de los
hipopótamos actuales-, y la ciencia puede
probar esto, eso es conocimiento científico -conocimiento con pruebas-, un
conocimiento muy bueno, pero muy corto, ante la realidad -porque parece que vive en otro mundo -en un mundo de sabios científicos, en un mundo de sabios ciegos,
de sabios sonámbulos-, pero sólo es parte del
estado increíble en que están todos ustedes, que están como programados, como
los perros -pero el conocimiento científico
sólo lo manejan muy pocos de ustedes, la gran mayoría de ustedes vive en cosas
parecidas a cuentos como el de Adán y Eva… y estoy tratando de hacer que vean a
un mundo que ninguno de ustedes entiende, y no todos ustedes están como ésos de
Adán y Eva, pero ésos de Adán y Eva son el mejor ejemplo de lo que somos
nosotros y los perros, sólo cosas, con capacidades, con limitaciones--, y así también están los
intentos de justicia de ustedes, muy cortos ante la realidad, pero ese tipo de
conocimiento y esos intentos de justicia son lo más alto que pueden ir ustedes,
por eso es necesario liberarlos, y siempre han estado necesitados de
liberación, cuando se los comían los tigres, o los Hitlers, o cuando se han
comido y se siguen comiendo entre ustedes, cuando están atrapados en un vivir
de tontos, de retrasados mentales, cuando los veo en las calles vendiendo
cosas, cuando los veo enfrascados en vicios y en violencia, cuando los veo casi
como perros, que viven en un presente inmediato, totalmente ajenos al mundo del
que forman parte, y que hoy los hace ser– todavía
andaban en el agua, nadando, con sus aletas lobuladas: carnosas), y dentro de algunos años no seremos (y hasta hoy nosotros sólo habíamos sido lo que debíamos ser, sólo
seres que todavía no habían alcanzado todo su potencial y que por eso no habían
tenido el nivel de inteligencia suficiente para –ser mejores, mucho menos para– entender a esta cosa, al mundo –y lo grave es que ambas cosas vienen en el mismo paquete, y ya
no podemos ser mejores, al entender al mundo podemos darnos cuenta de que no
podemos ser, pero mucho menos podemos seguir siendo la tragedia -con mucho de porquería- que
hasta hoy hemos sido. Y qué bueno que tanta porquería tiene explicación, que
sólo es parte de un estado -de vida e
inteligencia- como el de los perros, ¿en
verdad creen que eso que son está bien, que está coherente, y no que sólo es
una cosa de un mundo sin sentido y de una inteligencia como está en los
perros?, qué bueno que no estamos condenados a sólo seguir siendo -mientras fuéramos, mientras no nos extermináramos nosotros
mismos, o mientras no nos exterminara alguna causa externa antes de tiempo,
porque la expansión actual -del universo- algún día no va a poder albergar vida- lo que hasta hoy hemos sido, esas cegueras -normales, inevitables, inimputables-, esas injusticias, esas desigualdades, esos egoísmos, esos
negocios, esos vicios, esas vilezas, esas maldades, esas ignorancias -esos prejuicios… esos racismos, clasismos, sexismos,
homofobias, pero es que de todo lo que hemos sido lo único que se salva es la
justicia, el bien, la bondad-–… y así también les ha pasado y les seguirá pasando por siempre –el mundo es eterno -porque hoy
es, y no se ve ningún Dios, de algún modo es todo, pero ese algún modo no
incluye fantasía, ni inteligencia, porque la única inteligencia que hay es la
de la vida, y esa inteligencia es lo único que puede desenredar al mundo,
porque ella es lo único que lo enreda, porque ella es lo único que ve, que
piensa-– a los extraterrestres, a los extraterrestres de tipo humano, no a
los extraterrestres de tipo perro o de tipo piedra).
Y sé que los leones no tienen la culpa,
pero pobres cebras, ñus y demás seres que les sirven de alimento (y durante mucho tiempo también nosotros les servimos de alimento.
Pero a nosotros las vacas y muchos otros seres nos sirven de alimento, y en
estos años en que yo he estado entregado en cuerpo y alma a resolver al mundo –para poder con él, pero para poder con ustedes, para poder
arreglarlos a ustedes, sus tonterías, sus injusticias, sus cegueras, sus modos
naturales de bondad y maldad ciegas, su inteligencia todavía a medias, como la
de cebras y ñus, cebras y ñus que aunque les haya tocado sufrir mucha
injusticia por parte del mundo también entre ellos se hacen injusticias, como
cuando los machos pelean por las hembras, y gana el más fuerte -pero ése es uno de los caminos a través de los cuales la vida
se fortalece, porque se reproducen más los que tienen más grandes las fuerzas,
o los impulsos de “lujuria”-, y ustedes
pudieran decir que ésos sólo son instintos, pues el asunto es que los humanos
también los tenemos, son cosas inherentes a la vida, a los humanos todavía nos
mueven mucho cosas como el sexo -a pesar del
mucho debilitamiento sexual inevitable que ya hemos tenido, porque por muchas
razones -como los intereses económicos,
o como los desarrollos tecnológicos-, los que en
la naturaleza hubieran tenido casi nulas -o
nulas- probabilidades de reproducirse se han
reproducido, lo más seguro es que ahí está la explicación de por qué cada vez
hay algunas cosas más que antes, como las enfermedades, o como la
intersexualidad, o incluso como el debilitamiento del interés sexual, que en
donde está más marcado es en Japón y en Corea del Sur, pero son cosas normales,
así y más es el mundo, y tengo que decirlo lo más exactamente posible, para
poder con eso en que están todos ustedes, con un estado como el de las cebras,
pero ustedes son humanos, y el nivel de inteligencia de los humanos es
diferente del de las cebras, el de ustedes sólo está atorado, muy atorado, aun
en los pocos de ustedes que tienen un poco más de inteligencia, es decir, que
nacieron con un poco más de inteligencia-, pero
en los humanos también son inherentes las creencias en Dios y la búsqueda
científica, unas creencias en Dios que no tienen ninguna base, y una búsqueda
científica tan exacta, pero tan desconectada de la realidad del mundo -porque el mundo no tiene sentido -porque no fue creado, ideado--, pero que son cosas que
ustedes van a terminar haciendo, son parte de una programación, de unos instintos,
de un nivel de inteligencia, de una cantidad de inteligencia, que no les
permite sustraerse a ciertas cosas, así como los leones no pueden sustraerse de
la injusticia que cometen contra cebras y ñus, o como las cebras no pueden
sustraerse de la injusticia que se cometen entre sí–, el mundo ha seguido su curso normal de modos de ser que no son de
inteligencia, y antes yo trataba de apurarme –allá por tiempos de Reagan–, porque me preocupaba –pero era más
que preocupación, era que la pesadilla podía ser peor– la posibilidad de una guerra nuclear, y ahora –que cada vez está más completo todo esto que he ido haciendo a
ciegas -y que ya había atrapado desde
hace más de 20 años, pero que tenía que atrapar aún más, porque ustedes están
en unas cadenas casi como las de los perros -pero afortunadamente ustedes pueden entender más-, y por eso tengo que dejarlo lo más completo posible-– ustedes están un poquito más
violentos y desalmados que casi siempre). Y qué
mundo tan espectacular, que tiene cosas muy bellas, pero que no mira hacia
todos los lados, hacia todo de todas las ovejitas. Y las actitudes de ustedes (las actitudes de los pobres revolucionarios izquierdistas, las
actitudes de la ciencia, las actitudes de los religiosos, las actitudes de las
ratas y cucarachas) ante un mundo así, inepto,
era más fácil asumir que era un mundo solo, sin dirección, sin corazón, sin
inteligencia (que sólo se veía inteligencia en
nosotros y en otros seres vivos, pero que la inteligencia de todos ustedes
estaba muy rara, que estaba como la de las cebras –tonta, limitada–, como programada, para funcionar sólo de cierta manera), y tratar de ordenarlo, tratar de atraparlo, fijarlo, marcarlo,
enmarcarlo. Y durante mucho tiempo he estado batallando con el mundo, porque
había que explicarlo, porque había que restregarlo… a ustedes, para poder con
todos ustedes, con tontos y con malos.
Esto de hoy sólo es
un conjunto de circunstancias del mundo (esto que
hoy es no siempre ha sido y no siempre será, el mundo siempre es, pero no
siempre está como está hoy, y sobre todo, es la única vez que seremos nosotros –individual y colectivamente– los perros y los humanos del planeta Tierra. Y no siempre hay seres como nosotros, porque para que haya
seres como nosotros se requieren condiciones que no siempre hay, pero las hay,
se dan, se producen –porque hoy nosotros
estamos aquí y no hay ningún Dios, porque no hay ninguna prueba de eso–, los humanos del planeta Tierra sólo somos una humanidad más –y los seres como los perros son el nivel de inteligencia que
hay abajo del nivel en que se produce lo que somos nosotros. Y ciertamente que
lo que existe es sorprendente, maravilloso, increíble, y casi incomprensible -casi casi candidato para que fuera obra de algún Dios-, si no tuviéramos la realidad de todos los días, y si no
tuviéramos tantas evidencias históricas de nosotros, del planeta y del demás
universo -y esas evidencias evidencian a
cualquier Biblia, no sólo a la tan infantil y tan malhecha que hicieron aquí-, y si no tuviéramos tantos ejemplos de terribilidad del mundo,
entre los que está la estupidez humana–, y no siempre hemos sido como somos hoy, el humano surge a partir
de niveles de inteligencia como los de los perros, pero una vez que se cruza
cierta barrera se termina llegando –la vida
termina llegando, no nosotros, nosotros los humanos sólo somos una posibilidad
de la vida, una capacidad de la vida, y la vida sólo es una posibilidad, una
capacidad, de los elementos químicos– a lo que
hoy somos nosotros), pero los perros y ustedes
viven como si todo fuera normal (como si supieran
lo que están viviendo, lo que están siendo, como si fueran libres… pero sólo
mientras se está como perro es como se puede ser en esto, pero no se trata de
matarse a lo loco, se trata de entender lo que las otras humanidades
entendieron –que aquí en el mundo -en lo único- no se puede
ser, ni siquiera en la igualdad máxima que los humanos pudieran hacer -por medio de la clonación-, porque no hay sentido, y porque además algún día -por mucho que eso tarde en suceder- la vida que haya en la expansión actual del universo no podrá
seguir sosteniéndose, porque la expansión infinita la desmembrará o porque
aparte de expansión infinita sólo podría haber contracción, aplastamiento…
desde ahora puede saberse que la vida sólo es un fenómeno químico sujeto a un
mundo físico, y a la inteligencia–, y que por eso
ya no están –pero antes de irse tuvieron
que arreglar, reparar -porque cuando se llega a
un punto como el de hoy siempre se está como hoy estamos nosotros, como si todos
estuviéramos tontos, o locos, sobreviviendo, en medio de la injusticia, de la
desigualdad, de la irresponsabilidad, de la violencia, del crimen, del vicio,
de la vileza, de la mentira, de la ignorancia-, prepararse–), sin poder darse cuenta de lo descerebrado (sin sentido, y completamente inútil) que es el mundo (a pesar de que
haya cosas bonitas, y a pesar de los sentimientos de perros y de humanos). Y hasta hoy todos nosotros habíamos estado igual que los perros (o que las estrellas), como títeres,
pero el problema es que no hay titiritero, sino que el mundo sólo es un
conjunto de modos de ser físicos (y químicos), el mundo es físico, material, no es espiritual, nadie creó a
esto, y eso de los perros y de ustedes sólo es el mundo ciego y una inteligencia
a medias, pero los perros no lo saben, y hasta hoy ustedes tampoco (hoy –que ya se saben tantas
cosas– ustedes siguen hundidos en una vida que
algunos –sólo algunos, la mayoría de
ustedes no logran despegarse siquiera un poquito de tanta ceguera increíble, y
pensar en algo diferente, mejor, justo, bonito, pero para todos, ésa es la
diferencia mejor entre ustedes, pensar en todos, o por lo menos en los que
sufren más, tratar de liberar a todos, o por lo menos a los que sufren más– de ustedes intentan –o han
intentado– salvar –o sea, todos esos justicieros, todos esos revolucionarios
sociales–, o que incluso algunos otros de
ustedes pueden negar –como los suicidas–, o evadirse –como los
cínicos -fundados por Antístenes en el
siglo IV antes de Cristo y que perduraron como 8 siglos-, como los cirenaicos -fundados
por Arístipo de Cirene en el siglo IV antes de Cristo, pero no duraron mucho
tiempo -porque fueron surgiendo abismos
doctrinales, como el de Hegesias--, como los epicúreos -fundados por
Epicuro a fines del siglo IV antes de Cristo y que perduraron como 7 siglos-, como los libertinos -principalmente
los libertinos eruditos del siglo XVII-, como
los nihilistas -principalmente los nihilistas
rusos del siglo XIX-, como los de la filosofía
del absurdo–, sin entender que todo tiene que
tener un fondo más grande, en donde todo –todo
lo malo, todo lo bueno, todo lo tonto– tiene una
explicación). Pero yo he podido saber, y yo
soy lo mismo que ustedes, pero aquí no hay méritos ni culpas, hay condiciones,
capacidades, posibilidades, y simplemente yo nací con una inteligencia adecuada
(porque fue la inteligencia –que
empezó a evidenciarse en las calificaciones que obtuve desde mi primer año de
escuela, y 9 años después no sólo ya me había dado cuenta de que hace falta
justicia, arreglo, sino que también me di cuenta de que todos ustedes están
como tontos, como sonámbulos, como pericos, como merolicos, como si estuvieran
en otro mundo, o en otro canal, o en otro nivel… de inteligencia, y durante los
primeros años de mi vida yo estuve en lo mismo en que están ustedes -también metido completamente en ese mundo normal de todos
ustedes-, pero en cierto momento empecé
-pero yo no lo hice, así nací- a salirme, y cada vez me fui saliendo más, es todo un proceso
de conocimiento -asentado en la cantidad de
inteligencia con que se nace- el poder
superar todo lo de ustedes, tanto lo increíble por su ignorancia -como las creencias en Dios -o sea lo religioso- o en el tarot
-o sea la charlatanería--, como lo increíble por su cordura limitada -o sea la ciencia y la justicia-, pero además están todos los revoltijos que hay en medio -como lo filosófico, como lo político-, pero que mayoritariamente tienden más hacia ignorancia que
hacia cordura limitada– lo que hizo que yo pudiera
entender al mundo, porque es la inteligencia la diferencia entre perros y
humanos, y es la inteligencia la diferencia entre ustedes, entre una gran
mayoría muy retrasada, y una minoría que sólo ha podido llegar hasta ciencia e
izquierda auténtica, es decir, hasta un conocimiento como el científico –que puede ser verificado, sometido a prueba, por
cualquiera, una y otra vez, pero que está como ciego ante muchas cosas del
mundo, así como los que creen en Dios o en el tarot están como ciegos ante casi
todo lo del mundo– y hasta lucha por la
justicia), en un tiempo ya adecuado (cuando el mundo ya pudiera verse tanto –porque lo humano ya estuviera muy avanzado– como para que alguien –que naciera
con la inteligencia suficiente– pudiera darse
cuenta de que todos ustedes tienen una inteligencia rara, como de perro), pero puede ser que por lo menos desde hace más de 4 300 años el
tiempo ya era adecuado.
El mundo es todo lo que existe, todo lo
que puede existir, pero sólo tiene cosas como las piedras, cosas como los perros (y demás cosas vivas con excepción de los humanos) y cosas como los humanos, porque sólo hay vida y no vida, e
inteligencia en distintos grados (no hay cosas
sobrenaturales, la creencia en esas cosas sólo está en los más ignorantes de
ustedes, pero son la gran mayoría), y nosotros y
los perros sólo somos vida (que se da dentro
de los modos de ser del universo), que tarde o
temprano va a ser cortada (el universo en
que estamos no está fijo, se está expandiendo… y parece que se expande a una
velocidad cada vez mayor –y entonces
tal vez la expansión actual no terminará en un Big Crunch, en donde todo lo que vemos también hubiera sido
desbaratado, pero en este caso aplastado, no disgregado a partículas–, pero esto último sólo se descubrió hace 23 años –pero tiene muchos años -tal
vez más de 4 300 años- que alguien -que hubiera nacido con la inteligencia suficiente- ya hubiera podido entender que el mundo no tiene sentido, que
es para nada -porque no fue creado, ideado-, y que por tanto ni siquiera en la igualdad máxima -que pudiéramos hacer-
podríamos ser, pero mucho menos en la desigualdad, en la injusticia, en la
ignorancia, en el mal–, y lo del Big Bang –o inicio de la expansión actual– apenas se empezó a plantear hace como 94 años). Lo nuestro y todas las demás cosas que hay son muy increíbles,
pero sólo son como humo, que se forma, y que se deshace, pero las partículas
por ahí quedan, y algún día volverán a constituir cosas (sin sentido, y completamente inútiles) como las que vemos hoy (habrá otros
como nosotros –y ya ha habido otros como
nosotros, muchísimas veces, tantas como la eternidad–, y por consiguiente todo su contexto: vida, planetas, estrellas).
Y algún día este universo en que
estamos no podrá albergar vida, y sin embargo volverá a haber vida una y otra
vez (simplemente porque hoy nosotros y los perros
somos y no se ve ninguna cosa como un Dios, sólo se ven seres como ustedes, y
como los perros –y demás seres vivos con
excepción de nosotros–, y como las piedras; sólo se
ve poder como el de ustedes, y como el de los perros –y demás seres vivos con excepción de nosotros–, y como el de las piedras –y el
mundo en su conjunto es como las piedras, sin vida, sin inteligencia, pero en
donde hay potencias -las piedras están hechas
de átomos -y también los perros y nosotros
estamos hechos de átomos-, y los átomos
están hechos de partículas elementales-–), vida como ésta que hoy hay en
el planeta Tierra, o más incipiente, pero que si avanza lo suficiente producirá
seres (aún más
móviles) como los perros, y si avanza más producirá seres (aun más pensantes) como nosotros. Y no toda la vida entiende, y si la vida que sí
entiende no entiende mucho, entonces muchas veces ladrará a lo tonto, o estará
como ustedes, que no ven que nosotros somos producto de la vida y de su inteligencia (y que el mundo sólo es visto y pensado –y enredado -con cosas
como Dios y los espíritus -y con más
cosas de la inteligencia, como razones, propósitos, sentido--– por la inteligencia), que no ven que
el mundo es para nada (que es inútil, que no tiene
sentido, porque no fue creado, ideado), que no
ven que el mundo sólo es, y que siempre ha sido y será (porque no fue creado, porque aquí lo único que puede crear –algo, no mucho– es la
inteligencia), pero no nosotros, porque los universos
producen y desbaratan (todo lo que producen) dentro de sus modos de ser (y que sólo ahí puede haber ojos, que sólo ahí son los ojos, y el
corazón), y que en algo así ni siquiera
los mejores anhelos de justicia pueden ser, los mejores anhelos de hacer un
mundo humano bonito, bueno, justo, igualitario (lo más igualitario posible, y para eso tendríamos que llegar hasta
la clonación, porque no es suficiente con que no haya pobres –ni dinero, ni negocios, ni vicios, ni fronteras… ni malos–, sino que no debería haber ni feos –o enfermos, o débiles, o enanos, o con Down, o intersexuales,
que es en donde se explican ésos que ustedes llaman “homosexuales”, pero que no
son eso, son intersexuales, es decir, hombres o mujeres al revés, hombres o
mujeres que nacieron con partes masculinas y femeninas, se noten o no se noten…
y hay muchísimos más intersexuales, sólo que no cualquiera puede notarlo–, es decir, ninguna causa de infelicidad evitable), pero que por lo pronto vamos a tener que ser hacia eso, hacia lo
más bonito, bueno, justo e igualitario que podamos, y sabiendo bien que es una
misión casi imposible, porque ustedes están terribles (casi tan idos –en sus
mundos– como los perros), y más la mayoría de ustedes.
Estamos encadenados (en el torbellino del mundo, y tenemos que comer –y tenemos que conseguir esa comida, y para eso tenemos que
trabajar, o robar, o prostituirnos–, y tenemos que
dormir, y sentimos amor, y sentimos dolor –por muchas cosas, hasta por el amor–, y algún día vamos a morir –todos,
y no quedarán ni recuerdos de ningún humano del planeta Tierra, porque no
quedará nadie de nosotros -porque el
universo en que estamos no siempre va a ser como es hoy -y no siempre ha sido como es hoy-, algún día la vida no va a ser posible en él-, y entonces desde hoy podemos saber que todo lo nuestro -individual y colectivamente- termina absolutamente en nada, que sólo es producto de la vida -que a su vez sólo es producto de las capacidades de los
elementos químicos- y de su inteligencia,
pero vida que tiene fuerzas, y durante toda nuestra vida vamos a estar sujetos
a esas fuerzas tan demandantes, fuerzas que a muchos nos obligarán a
enamorarnos -es decir, a querer todo con
alguien, es decir, a estar más que en una idea fija, a estar en ese imán que te
jala, que te atrapa no sólo el cerebro, sino casi todo el cuerpo, sólo se
salvan los brazos y las piernas, y que a veces no dura mucho, pero sí lo
suficiente como para que la vida tenga la probabilidad de reproducirse, de
continuarse, y ha continuado-, fuerzas que
nos obligarán a tener que comer -y luego a
tener que ir al baño-, fuerzas que a los leones
los lleva a matar -pero cómo se llama eso
que les hacemos a las gallinas que nos comemos-, fuerzas de la vida, no de nosotros ni de los leones, fuerzas
que nos hacen buenos o malos–), pero tenemos que saberlo, tenemos que saber qué es todo esto, y
todo esto es el mundo, pero también es la inteligencia, y todo esto sólo es un
momento del mundo, una parte de un drama, que hasta hoy todos nosotros habíamos
estado siendo igual que los perros, sin saber, sólo siendo lo que somos, pero
que no está bien.
Todo es regular, normal, pero inútil (somos de un mundo que no es de inteligencia –ni de justicia, pero tampoco es de injusticia, pero tiene
injusticia, no tiene justicia–, ni de nada
relacionado con la inteligencia –sentido,
propósitos, razones, voluntad, “alma”–, pero de
ahí es esto que somos nosotros, este ser, esta vida, esta inteligencia, pero el
nivel de inteligencia que se alcanza en la etapa en que hasta hoy habíamos
estado todos nosotros es el que había interpretado al mundo, es el que había
pensado que la realidad era de inteligencia, ya fuera porque existía un ser de
inteligencia llamado Dios, o porque la inteligencia era la misma realidad, como
en el caso de la filosofía idealista –aunque
ellos la llamaran Idea– más extrema –porque hay filosofía idealista que toma cosas de aquí y allá,
tratando de acomodarse un poco con la realidad innegable–, o su culmen –al afirmar
que la conciencia -o pensamiento, o idea, o
espíritu… y ahí no iba ninguna de esas palabras, sino la palabra inteligencia,
porque la conciencia depende de inteligencia… hasta hoy esa famosa conciencia
humana había estado igual que la de los perros, parcial- es producto de un nivel superior de organización de la materia,
o sea, del cerebro–, en el caso de la filosofía
materialista –cuyo mejor representante es el
marxismo -que casi deificó a la materia-, que amalgamó realidad material con justicia, pero sin entender
casi nada de la realidad material -… predicaba
que una humanidad sin clases sociales estaba escriturada en la materia- y por eso sin entender un poco más a la justicia, a una
justicia que sería lo único que podríamos intentar en esta realidad material
sin sentido -porque lo único que podría
justificar a la vida en un mundo sin sentido sería la felicidad, el ser
felices, pero todos, absolutamente todos, y lo más que se pudiera, y para eso
se necesitaría la igualdad máxima posible -se tendría que llegar hasta la clonación-, pero no podemos -engañarnos con
una felicidad igualitaria-, porque algún
día la expansión actual del universo no podrá albergar vida, y entonces sólo
nos queda liberarnos del estado terrible en que hasta hoy hemos sido-… nuestro ser es como una tragedia, y tener que liberarlo -tener que desatorarlo, en quienes puede ser desatorado, en los
perros y demás seres que sienten no se puede-… y los que quisieron arreglarlo con sus buenas intenciones
ciegas, sin haber podido darse cuenta de que los que queremos hacer algo estamos
solos ante esta cosa, solos, y rodeados de humanos y de perros que no entienden
mucho– o de la ciencia –que piensa que se puede hacer una vida aquí–, una ciencia que está agarrada de los pelos, su sustento está en
que el universo puede ser medido, y aprovechado, tecnológicamente, y ahí está
su éxito, su permanencia, aunque sea conocimiento también de sonámbulos, pero
es conocimiento imponente –y es muy
útil, para situar un poco al mundo en que nacemos y al que desde que nacemos
empezamos a conocer, a descubrir, a entender–, pero la mayoría de ustedes no pueden entender ese conocimiento –y ninguno de ustedes entiende lo que ese conocimiento revela -sin querer-: un universo
físico -es decir, sin Dios, y por
tanto sin sentido-, que está en expansión -una expansión que algún día va a tener que resolverse, y que
ahí va a ser desbaratado todo lo que vemos hoy-–, la mayoría de ustedes no
entienden casi nada, pero sí pueden algunas cosas, pueden aprender a decir
mentiras, o a manejar carros), con
mucho de maravilla, pero con mucha terribilidad, con algunas mujeres muy
atractivas, pero que se marchitarán (y algún
día la planta será destrozada), pero que
volverá a haberlas (a través de modos de ser
ciegos, que empiezan, que finalizan, y que volverán a empezar –porque el mundo es eterno -porque hoy es y no fue creado, porque no hay ninguna prueba de eso-, y porque hoy aquí hay una expansión de un universo, y
en esa expansión se ha producido todo lo que vemos hoy–, y a finalizar –porque
la expansión o la reversión de la expansión va a terminar desbaratando a todo
lo que vemos hoy–, y así por siempre, pero no
nosotros, nosotros moriremos, y la humanidad del planeta Tierra algún día no
será, ni el planeta Tierra, ni el Sol, ni las demás estrellas del universo
actual –pero las moscas que andan vuela y
muele no lo saben, y tampoco casi nadie de ustedes, y millones de millones de
moscas y de humanos ya han muerto, y todo sigue como si nada, y los que hoy
vivimos y los que han vivido valemos lo mismo, pero la mayoría de ustedes y
todas las moscas que hoy andan volando andan como si lo único importante del
universo fueran ustedes, como si el universo sólo fuera para sus pequeñas vidas
miserables, pero nosotros y las moscas sólo somos como títeres, que actuamos,
cuando el mundo nos hace actuar, y sólo cierto nivel de inteligencia puede
oponerse un poco a esto, a no ser tan mosca, pero eso no abunda, por eso hasta
hoy nosotros hemos tenido tanto mal… una vida que los humanos -o sea, los animales a los que la inteligencia hace llegar
hasta ese nivel- viven como humanos, pero no
es tan sencillo, porque la vida como humano no siempre es igual, sino que hay
una serie de desarrollos por los que pasan -por
los que tienen que pasar- esos humanos -fueron necesarios como 7 millones de años para que
nosotros pasáramos de inteligencia de tipo perro a la inteligencia de tipo
humano que tenemos hoy, que ya estamos en el final de lo humano-. Unos humanos a los que la inteligencia fuerza a vivir
en forma diferente a la de cualquier otro animal, por una cantidad de
inteligencia que puede rebasar cierto nivel hasta donde se es como “animal”,
hasta donde no se puede evitar ser sólo un animal, y una vez que se rebasa ese
nivel la inteligencia ya no tiene límite, pero eso en que hoy están todos ustedes
muestra que aun después de que se rebasa el nivel que alcanzan los animales
comunes y corrientes todavía la inteligencia tiene otro nivel, un nivel en
donde todavía no puede verse la terribilidad, la inutilidad, el sinsentido, de
todo esto que es, y ni siquiera puede verse mucho de la injusticia, por eso
ustedes no pueden entender más… si ustedes no pudieron hacer una vida mejor
para todos -sin ninguna injusticia, sin
ninguna desigualdad, una humanidad sin pobreza, ni irresponsabilidad, ni
enfermedad, una humanidad de puros clones bellos y felices, que lo único que
harían sería vivir, hasta morir, pero que antes envejecerían- es porque el paquete de la cordura es uno solo, y es
tajante: se tiene o no se tiene… y no cesa, sino hasta que se llega hasta el
fondo de todo esto que es–)… Y el balance general del mundo es de terribilidad, de
engendro, de que lo que hoy estamos viendo es todo (porque podemos ver sus máximos, sus máximos alcances, sus
máximas posibilidades, sus máximas criaturas, sus máximos monstruos –es decir, nosotros–, sus
máximos enredos –es decir, ustedes–… que sólo puede tener seres como las piedras, seres como
los perros –y demás seres vivos con
excepción de los humanos–, y seres como
nosotros, que no hay más seres, que no hay espíritus –como eso llamado Dios–,
ni algún otro tipo de inteligencia –aparte
de la de nosotros y de la de los perros–, que
seres como nosotros y como los perros somos sus seres de más autonomía, y que
todo lo demás es como las piedras –como las
estrellas–, con más límites), y sólo desnudarlo, quitarle su misterio, su esclavitud
(pero nosotros sólo podemos quitarlos en estos humanos
del planeta Tierra), que por momentos (en algunas esquinas de espacio y tiempo) se puede saber al mundo, y todo es normal, inevitable, sin
mérito, sin culpa, pero hoy todos ustedes están como los perros, siendo perros
(los humanos somos unos perros más, de un mundo sin
sentido, porque no es de inteligencia –porque
no se ve esa inteligencia, sólo se ven fuerzas ciegas, e inteligencia como la
de ustedes y como la de los perros–, porque no
es producto de “Dios” –porque no hay ni el
más mínimo indicio de eso, eso -esas
creencias, esas ignorancias increíbles- sólo
está en los más ignorantes de ustedes, que son la mayoría de ustedes–), y no dándose cuenta de
eso… Y sólo se trata de dar sentido a tanto, a
tanta maravilla, y a tanta terribilidad, a tanta condena, solamente señalar en
dónde había más razón, menos ceguera (que el
mundo no es mágico, arbitrario, caprichoso, sino de modos de ser –modos de ser raros, pero no mágicos, no espirituales, ni
de inteligencia, sino solos, eternos, pero que sólo son vistos y pensados por
la inteligencia, pero la inteligencia de ustedes no discierne, no ubica cosas,
como la justicia, como la falta de sentido, como un ser inútil, el del mundo, y
por tanto el de nosotros–, modos de ser que
algún día borrarán todo lo que vemos hoy, pero que siempre habrá la posibilidad
de que vuelva a armarse más o menos como está hoy, pero ya no con nosotros,
sino con otros, con otros como nosotros, que volverán a caer en todo lo que
hemos caído nosotros, y que por mucho tiempo tendrán una vida –y cómo decirla, tal vez los que la han llevado peor son
los que mejor podrían describirla, todos ésos que han sido asesinados, o todos
ésos que han sufrido mucho, pero no por su culpa, sino porque así es el mundo y
sus humanos– como de sonámbulos, Dios o la
religión no tienen ninguna base, y la ciencia parece que no sabe que el
universo no siempre será como es hoy y que por tanto todo lo que vemos hoy está
condenado, que es completamente inútil, que sólo es de modos de ser físicos y
químicos, y la filosofía menos ciega habla de materia y de conciencia, pero
habla desde una conciencia muy ciega que no se da cuenta de los demás elementos
que tiene el mundo, y la política es un batidillo de todo lo anterior y en
donde resultan 2 tendencias, hacia derecha –hacia
mantener situaciones injustas, algunas basadas en creencias como las de Dios, y
otras en simples conveniencias personales o de pequeños grupos– o hacia izquierda –hacia
búsqueda de justicia, de libertad, de igualdad. Y el asunto del mundo está
hacia posiciones como las de la ciencia, o como las de la filosofía
materialista, o como las de la izquierda, pero va muchísimo más allá–)… y de ahí salí yo, de
caminos de corazón, de justicia, de cordura… de eso
que sólo es una parte (muy pequeña, pero que
hace diferencia, la hizo conmigo, la empezó a hacer desde que nací, y luego
cuando fui a la escuela, y a los 17 años de edad ya no pude seguir así, y
empecé a vivir –a sobrevivirme– sólo para saber, para pensar, para resolver a tanto –lo que necesitaría el mundo es sentido, razón, pero ahí
nada puede hacerse, y lo que necesitaría el humano es arreglo, pero lo único
que puede hacerse es sacarlos a todos ustedes de ese estado como de perros en
que están hoy, ponerlos de cara al mundo, empezar a enderezarlos, y empezar a
prepararlos para lo que sigue, para lo que han hecho las demás humanidades que
ya ha habido en este mundo eterno, todo lo del mundo sigue esquemas ciegos,
como de robots, pero llega un momento en que las humanidades pueden oponerse un
poco a esos esquemas ciegos, sólo para darse cuenta de que sigue habiendo
esquemas, que las humanidades tienen que irse, porque aquí no se puede ser, ni
siquiera en la igualdad máxima–, porque cada
vez yo veía más y más cosas, injusticias, desigualdades, ignorancias,
incapacidades) de un mundo difícil, terrible.
Es mucho lo que tengo que contar,
mostrar, demostrar, desembrollar, porque el mundo es en un ovillo, y la
inteligencia es su única punta (su salida, su
ventana, su testigo, su intérprete, su revelación, pero ustedes no se dan
cuenta, y hasta están en Dios –creen que el
mundo fue hecho por un Dios, pero sólo le están dando a ese Dios algunos de los
atributos de la vida… y de la inteligencia, como ése de la voluntad, o como ése
de que puede crear cosas, o como ése de que puede creer que hay objetivos,
propósitos, razones, sentido– y en cosas como
de ciencia ficción –fantaseando con que las
humanidades tienen futuro, que pueden desparramarse por el universo, que hoy
hay muchísimas humanidades -surgidas en
otros planetas- desparramadas por el universo,
pero que no las vemos porque se han miniaturizado, o porque están en otras
dimensiones, porque -ellas y su “inteligencia
artificial”- se han vuelto
inteligentísimas. Pero el mundo es prosaico, es este mundo en que nuestra vida
es muy frágil, y muere -y envejece, y se pone
decrépita-, y que además es cortada por
los modos de ser del universo… esta vida, el único lugar en que es la
inteligencia, una inteligencia que puede ver, que puede soñar, pero que
pertenece a un mundo que no es así–, pero todo eso
que muestran ustedes y los perros es lo que permite entender al mundo, y a la
inteligencia, porque podemos ver al mundo, podemos ver cómo es el mundo, y
podemos ver lo que ustedes y los perros dicen del mundo, es decir, lo que hacen
–Y ya poder decir tajantemente algunas cosas, aunque sean
obvias, ya poder afirmar que no hay Dios, que no existe eso, pero ya también poder
afirmar que todo lo que existe es muy raro -y el humano tuvo que haber salido de alguna parte, y también el
perro -o el tipo de lobo del que desciende, y que
no es ninguno de los lobos actuales-, y también la
vida, pero no el mundo, el mundo siempre ha sido -no fue creado, porque no hay ningún Dios, porque no se ve nada
como eso-, pero el mundo también es como
está en la cabeza de los perros, y en la cabeza de ustedes, porque ambos andan
como Juan por su casa, andan como si el pedazo de mundo que hoy es fuera el
mundo, como si así fuera siempre, y los perros ni siquiera saben de la muerte,
y muchos de ustedes creen en una futura vida eterna-, pero que no es como ninguno de ustedes lo cree, o lo medio
entiende… todos ustedes están como ciegos ante el mundo… porque el mundo no
tiene sentido -porque no fue creado, ideado-, porque el mundo sólo es visto y pensado por la inteligencia… y
yo he tenido que reconstruir a todo esto, para poder con ustedes, que andan
como los perros, en sus mundos -de
inteligencia increíble-, creyendo cosas–), pero a ustedes no les es fácil
entender, porque la inteligencia de todos ustedes está como la de los perros,
limitada (y por eso ustedes no han
entendido qué es esto que vivimos los humanos y los perros, ustedes lo viven
como si tuviera sentido, propósitos, como si fuera una realidad continuada –es decir, permanente, estable, no esta cosa de procesos que
empiezan y que terminan, y que vuelven a empezar, y a terminar–, o como si fuera de algo que alguien hubiera ideado, planeado,
creado… pero sólo son impulsos ciegos –de
vida– que fuerzan a ser –todo lo de ustedes es sin culpa -aun lo peor-, sin mérito -y lo único rescatable de todo lo de ustedes es el bien, aunque
no sea mérito de ustedes -porque está
relacionado con cantidades de inteligencia innata-, pero si alguna vez hubiera alguna especie de Juicio Final -si alguna vez tuviéramos que tomar decisiones muy profundas- el bien sería la medida, qué tanto bien hiciste, qué tanto mal -es decir, daño- impediste-, y a los perros les va a dar por oler traseros, y ustedes van a
caer en religión, en filosofía, en ciencia, en política, en derecha, en
izquierda–… ustedes no entienden lo
suficiente como para en verdad poder entender –¿y cómo llegué yo hasta qué es todo esto, hasta cómo es todo
esto? Pues para mí fue algo muy natural, difícil, pero muy natural, sin mérito,
así nací -cómo decir a una inteligencia
que puede darse cuenta de la realidad, no como la de los perros, que está rara,
limitada, encapsulada. Y la inteligencia muestra una coherencia con las
calificaciones generales de los primeros años de escuela. Y tienen que ser de
los primeros años de escuela, porque tiene que ser lo más parejo posible -y si es en contra mejor, yo era por lo menos un año menor que
mis compañeros de salones de clases, y aun así la diferencia siempre fue
grande-, y tienen que ser las
calificaciones generales, porque una inteligencia sólo apta para determinada
área -o áreas- se parece mucho a una inteligencia relacionada con alguna forma
de autismo-, me fue inevitable, no pude
evitar no darme cuenta de tanta terribilidad y estupidez, y de la incapacidad
de todos ustedes para darse cuenta de esa terribilidad y estupidez -pero durante mucho tiempo estuve con un pie en el mismo mundo
en que están todos ustedes, y con el otro pie en un mundo en donde ni la
justicia es suficiente y en donde una y otra vez confirmaba que todos ustedes
estaban en algo como eso de los perros-–), no muy capaz, ya sea porque no
es mucha o porque está muy incompleta (todo
esto de hoy sólo es un momento del mundo, los seres humanos del planeta Tierra
no siempre hemos sido, y no siempre hemos sido como somos hoy, y no siempre
seremos, pero la gran mayoría de ustedes creen que el mundo siempre es más o
menos así como es hoy –como ven al mundo desde
vida e inteligencia creen que el mundo es así, de eso -y no al revés-, creen que la
vida y la inteligencia lo abarcan todo, lo penetran todo, y que además también
hay cosas que no tienen vida, y que nosotros morimos, pero que pertenecemos a
un mundo vivo, que nuestros espíritus tienen vida -que tenemos espíritu-, que
Dios vive–, y los pocos de ustedes que saben
más –por haber nacido con una mayor cantidad
de inteligencia– tampoco han podido entender, y
viven en algún otro tipo de sonambulismo). Nosotros
los humanos del planeta Tierra sólo estamos repitiendo lo que se es en humano,
pero ustedes no lo saben, ahí está el lío de todo, ustedes se creen libres,
sabios, poderosos, únicos, cuando en realidad están muy tontos, muy ciegos, muy
ignorantes, y lo peor, muy malos (y no hay culpas
–y nada importa, nada debería importarnos, preocuparnos–, pero la maldad no debe seguir teniendo permiso), pero el modo de ser en humano tiene esa parte tan terrible en
que hoy están todos ustedes, pero como el mundo que es sólo es desde la
inteligencia, entonces ustedes podían seguir así, mientras no hubiera alguien
que los pusiera en su sitio, es decir, alguien que les mostrara su realidad de
perros, que lo que somos no es cosa de nosotros, sino de un mundo terrible (ciego, igual que ustedes, aunque ustedes tengan ojos, pero los
ojos sí pueden darse cuenta, de que el mundo es ciego, de que nosotros somos
una humanidad más, de que en nosotros hay una etapa ciega, de que nada importa,
pero que en todo esto hay un esquema, una explicación), que ahora nosotros ya vamos a poder enfrentar, porque de eso se
trata (de que ustedes ya no sigan como perros,
perdidos en necedades innatas, y aunque nada importa cada humanidad que ha
habido ha tenido que hacerlo, los perros –y
demás seres vivos con excepción de los humanos– y las piedras no pueden hacer nada, porque no pueden darse cuenta
del mundo), de enfrentar a eso en que están
todos ustedes, a eso en donde está lo peor de nuestro ser, de nuestra suerte,
¿y cómo definir a eso de los perros, cómo definir a eso que ustedes dicen que
son instintos?, pues en unos “instintos” (en unas
“programaciones”, ya sea que sean caminos exitosos de la vida –como el hambre, como lo sexual, como lo maternal, como el
dominio de los más fuertes–, o sólo bajas
cantidades de inteligencia –como la
perversidad–) parecidos está asentada toda esa injusticia e ignorancia en que
están todos ustedes, y lo terrible es que no hay final feliz (porque ni siquiera en la justicia más completa que pudiéramos hacer podrían ser
las generaciones futuras –ni aun llegando hasta la
clonación, porque no es suficiente con que no haya pobres, sino que tampoco
debería haber feos, ni enfermos, es decir, ninguna causa de infelicidad
evitable–, porque no hay sentido, porque es
un ser para nada –y además, la vida siempre es
cortada, porque los universos tienen modos de ser y llega un momento en que no
pueden seguir albergando a la vida que puede producirse en ellos–, porque sólo es ser, mientras se es, porque sólo es un ser lo que
se es, seas piedra, perro –cebolla–, o humano), pero hoy estamos en el
infierno.
Esta explicación es porque hay que
liberarlos a ustedes (porque hay que sacarlos de modos del mundo que todavía los tienen como
perros –entendiendo
algo, pero sin entender que el mundo no tiene ningún sentido -el mundo es para nada, el mundo no es
de razones, de propósitos, de ideas, de voluntad, es decir, no es de ninguna
cosa de las que hay en la inteligencia, el mundo sólo es fenómenos, uno de
ellos es el de la inteligencia -y la inteligencia es de la vida, que es otro fenómeno--, sin entender que sólo son vida -de necesidades de la vida, de intereses
de la vida, vida que algún día no va a poder continuar, porque va a ser
cortada, por un universo que es en modos de ser, el universo en que estamos
está en expansión, y en esa expansión se ha producido todo lo que vemos hoy-, e inteligencia –inteligencia-, vida e inteligencia que una y otra vez
serán -porque
hoy son, son cosas posibles de ser-, porque por eso es que es este hoy, porque el mundo -es, pero- sólo es desde la inteligencia–), esta explicación es porque sin avisarme yo fui
metido en lo que está en esta explicación, y la única explicación de esta
explicación es la inteligencia con que nací, inteligencia que no es mérito mío (y en este mundo hay muchos factores, pero
la diferencia principal que hay entre sus seres es la inteligencia, sus seres
como las piedras no la tienen, sus seres como los perros –y demás seres vivos con excepción de
los humanos– tienen una
poca, y sus seres como los humanos la tienen hasta su alcance máximo, pero
hasta hoy ustedes no la han tenido así), inteligencia que quedó reflejada en mi
historia escolar, y que ahora está reflejada en lo que está escrito aquí, y que
es de una vida que he tenido que dedicarla a tratar de entender (porque no podía hacer otra cosa, porque
antes que nada había que “arreglar al mundo”) por qué, no sólo la pobreza o la maldad
humanas, sino por qué todos ustedes están como en otro mundo (como sonámbulos, como retrasados mentales,
con un entendimiento increíble, limitado, muy ciego, muy ignorante, y más la
gran mayoría de ustedes. Todos ustedes están como en otro mundo, no en éste, en
donde hay problemas y causas, en donde hay cosas maravillosas, pero en donde la
terribilidad lo permea todo), y mucho (casi
todo, sólo se salva lo que la ciencia ha investigado científicamente, es decir,
con rigor científico, es decir, con pruebas –todo lo demás de ustedes son creencias,
opiniones, suposiciones, vislumbres, algunos más o menos fundamentados -como las ideas políticas más hacia la
izquierda-, pero
otros sin nada de fundamento, como las creencias en Dios o en el tarot–, pero esa ciencia –que sólo muy pocos de ustedes -científicos o no- pueden medio entender, una ciencia que
debía llevar a una comprensión más integral, más totalizadora de la naturaleza,
entre la que estamos nosotros y nuestros problemas, todos nuestros problemas,
principalmente los más terribles, como los de nuestra condición de cosa, que se
puede ver en la terrible historia que hemos tenido– es una ciencia como de ciegos, como todo
lo demás de ustedes
–como todo lo demás que pueden ustedes -lo religioso, lo filosófico, lo
político, lo revolucionario, lo marxista, lo anarquista -desde el anarquismo bienintencionado y
fraternal de “ni Dios ni amo”, hasta el anarquismo más tonto, destructivo,
caótico--, pero lo que no pueden es la cordura,
para mirar las fallas de todo eso, lo infundamentado o lo insuficiente de todo
eso–, aun lo
de esos pocos izquierdistas que ven un poquito de lo verdaderamente importante
del mundo) de ese
mundo puede probarse fácilmente que es ignorancia y sólo ignorancia, y algunas
cosas de plano franca desfachatez, como eso de la astrología, o como lo del
tarot, para los muy modernos, porque cuando yo era niño usaban más eso de
“echar las cartas”, con la baraja española (y Dios o la religión –y si hago la distinción es porque
algunos de ustedes dicen que lo suyo no es religión, sino que lo suyo es una
relación personal con Dios -con ese personaje de fantasía, pero los que creen en él no lo saben,
porque casi no saben nada de lo básico del mundo, saben muchas cosas
intrascendentes, y también saben muchas tonterías-– son ignorancia, pero sólo en algunos casos
llegan hasta el nivel de desfachatez).
Y
nosotros y los perros estamos metidos en nuestros asuntos, creyendo que son muy
importantes, pero aquí nada importa (los humanos
contemporáneos del planeta Tierra somos el resultado de una larga cadena de
injusticias, de desigualdades, de azares, de buena suerte para unos y mala
suerte para otros, pero al final, si éramos, íbamos a ser más o menos como hoy,
no exactamente en las caras y en los cuerpos, pero sí con la misma tontería –e íbamos a tener idiomas, países, religiones, y la ciencia iba
a terminar en lo que es hoy -en ese tipo
de conocimiento tan preciso, tan fundamentado, pero que no se da cuenta de que
está en un mundo que no tiene sentido, y en donde sólo durante lapsos se da el
humano, y su Dios, y su filosofía, y su política, y su ciencia-, y la filosofía siempre termina como hoy -en nada-, y la
política siempre termina definiéndose en sus 2 tendencias posibles -y los elementos que las separan son cosas como los conceptos de
libertad, de justicia, de Dios-, y aquí en la
Tierra tienen como nombres izquierda y derecha–), porque el ser permanente sólo
es física y química (eternas), no es de inteligencia… y esta cosa de locos tiene que ser
enfrentada, y no escapando, sino renunciando (entendiendo que es increíble, pero que es terrible, y la terribilidad
que hemos tenido –y la de los demás animales
devorados– debería de darnos pistas de lo que
es esto, sólo una cosa natural en donde hay mucha terribilidad, pero que aun y
así a partir de un momento como el de hoy los humanos podrían hacer –pero sólo por un tiempo, aunque ese tiempo fueran miles de
billones de años– una vida mucho mejor, pero el
problema es que sería para nada), pero no sin
antes detenerla, enderezarla, mostrarla, demostrarla (no somos la única humanidad, y el mundo es eterno, siempre ha
sido, ya ha habido innumerables humanidades, desde siempre, pero siempre
terminan entendiendo que aquí –en lo único– no se puede ser –que
desgraciadamente esto sólo es para perros -y para piedras-, y para
cuando los humanos están como los perros–).
El problema es que todos ustedes están
como los perros, siendo ciegamente su ser (y no
tienen la culpa, pero los perros tampoco tienen la culpa, de ser perros, sólo
perros… y este mundo de palos dados tiene que darnos pistas de qué es, de cómo
es, y de lo ciegos y tontos que están ustedes), y sólo muy pocos de ustedes tienen las herramientas suficientes (pero no por mérito propio, sino por circunstancias, principalmente
por la cantidad de inteligencia con que se nace) para poder traspasar (si se les
señala, si se les encamina) eso, esa
normalidad, esa naturalidad, esa inevitabilidad, esa etapa, sólo algunos
revolucionarios izquierdistas y algunos científicos podrían entender que hay
que liberar a la humanidad… y sé que hoy sólo es un momento, que pasará, que
esto de hoy no será siempre (y que nada
importa, y que algún día no habrá humanos del planeta Tierra, pero que humanos
seguirá habiendo una y otra vez –porque hoy
nosotros somos y no hay Dios–, y que siempre
tendrán una etapa como ésa en que hoy están todos ustedes –y el mundo sólo se abre en un punto como éste de hoy–), y que siempre las humanidades
terminan entendiendo al mundo (si es que no se
destruyen antes), pero mientras tanto nosotros y
los perros estamos viviendo, amando, odiando, pero ustedes y los perros se lo
creen, pobres criaturas ciegas de un sinsentido, en donde no hay nada sagrado,
en donde todo lo de nosotros es como lo de los perros, capacidades,
limitaciones, es tonto asumir que somos libres (que podemos jugar a las comiditas, sin poder ver que lo de hoy es
parte de una Bestia –eterna, sola, sin
sentido, y completamente inútil–, y que nosotros
los “humanos” somos una de sus bestiecitas), ése es el error (la limitación,
la ceguera, la ignorancia, el sonambulismo) de la ciencia, y la religión es pura ignorancia (y tal vez buenas intenciones, pero de pura ignorancia), y los revolucionarios izquierdistas tal vez sólo sean buenas
intenciones (mucho corazón, o mucha locura, porque sólo alcanzan a darse
cuenta de un poquito de lo del mundo, principalmente de la injusticia, y
algunos de ellos tratan de apuntalar sus buenas intenciones con filosofía
materialista –como pasó -y todavía pasa- con algunos marxistas–), y los de la filosofía del absurdo tampoco entienden gran cosa,
porque el asunto no es tan sencillo como ellos
creen, el mundo no tiene sentido, pero tiene modos, y sí, uno no debiera
preocuparse, porque todo es inútil, pero aun y así hay tareas, enderezarlos a
todos ustedes, liberarlos, porque hoy están igual que los perros, siendo
ciegamente a un mundo ciego.
Humanos y perros somos de lo mismo,
sólo vida e inteligencia (los humanos sólo
somos ciertas características, ciertas cualidades, ciertas capacidades, que
también tienen los perros –lo que
nosotros somos parece muy grandioso, pero también lo son los perros, y sólo es
vida -vida que sólo es una cosa química más,
vida que es tan fácil de matar, y vida que es en los modos de ser del universo
y eso la condena, puede durar miles de billones de años, pero al final es
cortada, todo lo de ella es, sucede, vive, muere, pero no vale, porque siempre
es borrado del pizarrón- y su
inteligencia -y nosotros sólo somos el nivel
de inteligencia siguiente del de los perros, pero el de ustedes todavía está
como el de los perros-–, pero ustedes se creen casi divinas garzas, y como hasta hoy nadie
los había puesto en su lugar, como los perros no hablan, como los perros se ven
tan inferiores, tan “animales”, tan otra cosa, tan diferentes de los humanos,
pero todos ustedes aún están como los perros, también están ignorantes de su
ser, ignorantes del ser, ignorantes del mundo, en una inteligencia aún
amarrada, como programada, como de robot, con límites, ciega, tonta, todos ustedes están increíblemente tontos,
pero no es culpa de ustedes, es por cosas de la
inteligencia, pero también por cosas de la inteligencia los perros son perros,
sólo perros), y los perros sólo pueden ser lo
que son hoy, y mayoritariamente hoy ustedes están muy ignorantes (más del 99 % de ustedes, en una gran variedad de grados, pero
abrumadoramente tienden más hacia cosas como las de la religión o como las del
tarot –hacia cosas que no existen– que hacia ideas políticas de izquierda, que es hacia donde está lo
de menos ignorancia que ustedes pueden alcanzar), y el máximo conocimiento que alcanzan es como de ciegos (o como de autistas) y es muy
minoritario (muy poquitos de ustedes manejan
conocimiento científico). Pero no hay
culpas, nosotros sólo somos unos seres naturales más, como todo lo demás que
hay a nuestro alrededor, pero el mundo no está bien, pero los perros y ustedes
no lo saben, sólo viven, sólo son, su ser, un ser.
La vida es una cosa química, en donde
hay inteligencia, y por tanto mundo, un mundo que es, independientemente de que
en él haya o no haya inteligencia, pero que sólo a través de la inteligencia
puede ser visto, pensado, incluso entendido. La vida es increíble (es portentosa, pero es como fuegos artificiales), pero muere, y se acaba totalmente todo lo que había ahí, todo lo
que era ahí (es decir, se acaba
el mundo, para el que muere, pero algún día –por
muchos millones -o miles de billones- de años que falten para que eso ocurra– se acabará toda la vida que ha surgido en el planeta Tierra
–porque la expansión de universo sólo puede
seguir y seguir, o contraerse -pero la
habitabilidad del planeta Tierra va a durar mucho menos, pero ustedes podrían
intentar correr hacia el planeta Marte, o hacia algún planeta de alguna
estrella enana roja -ellas no son como el
Sol, que es una estrella de tipo G, conocidas antes como enanas amarillas, las
enanas rojas permanecen en estabilidad muchísimo tiempo-, pero sólo recuerden que no va a ser tan fácil, nosotros
somos organismos del planeta Tierra, constituidos de acuerdo a la atmósfera,
presión atmosférica, fuerza de gravedad y más -no
nos creó un Dios, fuimos formados por la naturaleza- que hay en el planeta Tierra-, y son varias las posibilidades de lo que podría pasarle
al universo en el futuro -pero todo lo que
vemos hoy va a ser desbaratado-, a un
universo que no está inmóvil, fijo, fijado, el universo se está expandiendo, se
sigue expandiendo, empezó a expandirse hace como 13 800 millones de años–, es decir, todo lo que vivimos y hemos vivido los humanos y
los perros se va a volver nada, va a ser como si nunca hubiera sido… pero los
perros se lo creen, no saben que sólo son de la vida, de cosas –caminos, modos de ser, necesidades– de la vida –el único
lugar en donde puede haber ojos, y creencias–,
y que la vida sólo puede producirse en las expansiones de universo –que sólo ahí es, que sólo de ahí es, que sólo ahí puede
ser–, y que eso y más es parte de un mundo que
no tiene sentido, porque no fue creado, porque no hay eso llamado Dios –no hay seres fantásticos que a partir de nada pueden
crear cosas con el poder de su voluntad–, la
única voluntad, sentido, propósitos, poder de creación con intención –pero sólo de algunas cosas, y no a partir de la absoluta
nada– e ideas que existen son los que hay en la
inteligencia –lo demás del mundo no es así,
el mundo es muchas cosas -pero no es de
inteligencia, pero es desde la inteligencia, pero la inteligencia de todos
ustedes está como la de los perros, no les ha alcanzado para en verdad poder
entender -pero muchos de ustedes sí pueden,
si se les encamina--, es muy raro, pero no es de voluntad -no muestra voluntad-,
no es de idea -no muestra idea-, no fue planeado -no
muestra planeación-, el mundo es material,
no es sobrenatural, no es caprichoso -el
mundo tampoco muestra magia, ni milagros, ni espíritus, ni nada relacionado con
ello, ni aun en lo más desconcertante de la mecánica cuántica-, el mundo es un conjunto de leyes regulares, de
comportamientos regulares, constantes, sin sorpresas, en donde se produce la
inteligencia, y no siempre la inteligencia puede entender al mundo, y eso es lo
que pasa con los perros, y con nosotros en la etapa -en el nivel de inteligencia- en que aun hoy están todos ustedes–).
El mundo sólo tiene, o puede tener
(porque no siempre hay todo lo que hoy hay aquí), 3 tipos de seres (los diferentes
seres del mundo se pueden reducir, se pueden simplificar, desde que los seres
como nosotros son los más diferentes –los
más peligrosos, los más complicados, los más engañados–, pero se ve de dónde venimos, de dónde salimos): seres como las piedras (o
como las estrellas, o sea, seres no vivos),
seres como los perros (o como las estrellas de
mar, o sea, seres vivos, pero menos perceptivos que nosotros) y seres como los “humanos” (los
humanos del planeta Tierra sólo somos una humanidad más –el mundo es eterno, porque hoy es y no fue creado, y no
fue creado porque los datos del mundo no muestran ningún creador, ninguna
posibilidad de creador, absolutamente ninguna -porque
no hay ningún Dios -porque no hay ninguna
prueba de tal cosa-, y porque el mundo no
muestra que sea de inteligencia -que es lo
único en donde hay voluntad, propósitos, poder de creación con intención-, porque no muestra nada de inteligencia -no muestra idea, no muestra propósitos, no muestra
voluntad, “alma”, sólo muestra procesos ciegos, sordos, mudos, insensibles,
indiferentes- aparte de la inteligencia que
hay en la vida y cuyos máximos exponentes hasta hoy han sido ustedes, es decir,
una inteligencia tonta, en donde están los enredos del mundo, de un mundo que
sólo es en la inteligencia, es decir, un mundo que sólo la inteligencia puede
ver, pensar-, el mundo sólo es -es la realidad, es el ser, eternos, hacia atrás y hacia
adelante-, y en él se producen cosas, se
crean cosas -pero no por obra de poderes
sobrenaturales -que no los hay-, ni de inteligencia -la
inteligencia sólo puede crear una que otra cosita, pero las crea a partir de lo
que hay, de lo que es--, y es muy increíble, muy inconcebible -principalmente la vida -porque
puede vivir- y
la inteligencia -porque puede pensar-,
tan diferentes de todo lo demás-, pero es
solo, es “natural”, funciona de alguna manera, pero ahí no está el problema del
mundo, sino en los ojos y en el pensamiento, porque el mundo sólo repercute en
cosas como los ojos y el pensamiento, y hasta hoy en el planeta Tierra sólo
había repercutido en unos ojos y en un pensamiento como los de los perros y
como los de todos ustedes–), no hay más tipos de seres (las
plantas pueden ser agrupadas con los perros, con los demás seres vivos
diferentes a nosotros, y los seres vivos salimos de lo mismo de donde salieron
las piedras y las estrellas: de modos físicos y químicos), no hay seres como ese Dios (y demás mundo sobrenatural) en que
creen la gran mayoría de ustedes (Dios –y todo lo religioso– no
es asunto de amor, o de piedad, o de elección, Dios es asunto de muchísima
ignorancia, Dios no significa amor, piedad o libre albedrío, Dios significa
muchísima ignorancia, la que se necesita para creer en algo de lo que no hay la
más mínima prueba, pero Dios no es el problema –por
eso los “ateos” tampoco entienden mucho–,
problema es que no lo haya, porque entonces el mundo es solo, sin sentido, sus
piedras, perros –y demás seres vivos con
excepción de los humanos– y humanos están
solos, y sólo son y pueden ser lo que sus modos de ser les hacen ser –y el mundo en su conjunto es como las piedras, porque
actúa como las piedras, no vive, no ve, no piensa–, y los humanos en la etapa en que están todos ustedes
estarán tan ciegos como los perros), no hay
seres como los espíritus (el mundo se ha
quedado sin sorpresas, así como ha sido así seguirá siendo, sólo con la
posibilidad de tener piedras, perros –y
demás seres vivos con excepción de los humanos–,
y humanos).
El mundo es, pero sólo “es” en la
inteligencia, el mundo es, pero sólo “emerge” a través de (cosas como los ojos y el pensamiento de) la inteligencia, pero la cantidad de inteligencia con que nacen
la gran mayoría de ustedes no permite entender mucho, y el resto de ustedes
nacen con un poco más de inteligencia, pero hasta hoy no había sido suficiente
para entender más, y por eso todos ustedes seguían en una situación (en que inevitablemente siempre va a caer la inteligencia una vez
que vaya más allá del nivel de inteligencia en que están los perros) todavía no muy diferente de ésa en que están los perros (ustedes están muy increíbles, y sólo naciendo con una inteligencia
suficiente es como alguien iba a poder superar eso, esa parálisis, ese atasco,
esa inercia).
Todo está trabado, el mundo sólo es
desde la inteligencia, el mundo está atado a la inteligencia, como la de todos
ustedes (y como la de los perros), no sólo como la de la gran mayoría de ustedes que casi no saben
nada (de lo realmente importante, porque sí saben
muchas cosas… que los lleva a creer en cosas que no existen, como en eso
llamado Dios), porque algunos de ustedes saben
que el universo en que estamos no siempre va a estar como está hoy, y que eso
va a cortar a la vida, pero no han entendido las implicaciones de eso (que entonces lo que vivimos nosotros y los perros va a ser como si
nunca hubiera sido, que se vuelve completamente inútil, pero tampoco han
entendido que el mundo no tiene sentido –porque
no fue creado, ideado–, que es para nada –que sólo da vueltas en torno a sus capacidades físicas y
químicas, en donde de tarde en tarde se produce la vida, y con ella la
inteligencia, que puede llegar hasta ojos y pensamiento que pueden ver y
pensar–, que es inútil, que sólo es modos
de ser físicos y químicos –y lo de que
todo lo que vive la vida está de más -porque
va a ser borrado- sólo es un pilón–)… no pueden entender mucho, por
eso no han entendido que lo de todos ustedes sólo es una etapa de uno de los 3
tipos de seres que puede haber en el mundo, que lo nuestro no es nuestro, que
nosotros sólo estamos siendo (repitiendo)
un modo de ser, que los extraterrestres sólo pueden
ser como piedras, como perros (y demás seres
vivos con excepción de los humanos), o como
nosotros (pero los extraterrestres del tipo de
nosotros no son muy frecuentes, porque la vida no es muy frecuente –porque no es fácil que se produzca y arraigue–, y porque una vez que entienden al mundo ya no duran mucho –porque se van, voluntariamente, colectivamente–, y por esas 2 razones no hemos tenido noticias de ellos –pero también puede ser que nosotros seamos la primera
humanidad de esta galaxia, y también puede ser que las humanidades se aniquilen
a sí mismas en guerras nucleares–, y porque en
su etapa de mucha inconsciencia –como en la
que hoy están todos ustedes– no pueden mucho –pero la
etapa de conciencia no es algo raro, no es algo esotérico, sólo es darse cuenta
de qué es todo esto que es, es decir, de cómo es todo esto que es–, los viajes espaciales interestelares tripulados son casi
imposibles –porque las distancias entre estrella
y estrella son grandísimas–, y la humanidad
terrícola ni siquiera ha podido viajar al planeta Marte –sólo ha enviado sondas, naves no tripuladas y robots…
pero en el planeta Marte no hay seres como nosotros, y tampoco los hay en los
demás planetas y lunas del Sistema Solar, y puede ser que ni siquiera haya vida
primitivísima, muy estancada–, y apenas tiene
como 100 años que empezó a radiar ondas –de
radio– al espacio, y ya está esta explicación
del mundo, y así más o menos les pasa a todos los extraterrestres del tipo de
nosotros –y tal vez desde hace más de 4 300
años ya podía haberse llegado a lo fundamental de esta explicación–… Pero los seres como nosotros durante mucho tiempo no
sabrán qué es eso que viven, por eso vivirán
–como hasta hoy nosotros, aunque sea una vida de casi muerte, aunque vivan en
injusticia, en desigualdad, en irresponsabilidad, en violencia, en crimen, en
maldad–, y cuando lo saben se van, porque no se
puede arreglar a los humanos –aquí no se
puede ser ni siquiera en la justicia máxima -es
decir, en la igualdad máxima- que pudiéramos
hacer, ni siquiera llegando hasta la clonación–,
porque sólo son una cosa química, y que además no puede ser continua por
siempre, porque en los modos de ser del universo se pueden producir seres –como las estrellas, como los perros, como nosotros–, pero ahí mismo son desbaratados –no sólo es la muerte personal, sino que algún día no
quedará nada vivo de esta vida que se produjo en el planeta Tierra, y tampoco
quedarán estrellas, ni planetas–, pero volverán
a producirse –en el futuro de este universo -pero muy en el futuro, si es que eso es posible, porque
hoy este universo va encarrerado hacia una disgregación, pero tiene que ser
posible, porque si no fuera así este universo en que estamos quedaría truncado,
pero de alguna manera es todo lo de este mundo eterno que nadie creó y que hoy
nosotros estamos viviendo, desde este universo. Y el mundo es eterno porque hoy
es, pero sólo es desde cosas como los ojos y el pensamiento, que son de la
vida, como ésta del planeta Tierra, y que todavía podría seguir siendo durante
millones o tal vez miles de billones de años más, pero que sólo es una cosa
química, de un mundo físico, material -solo,
no fue creado, no es espiritual, no hay espíritus, sólo son un invento, de la
inteligencia, de una inteligencia que sólo surge en la evolución de la vida-, pero que ustedes no entienden, y que sin embargo lo
viven, pero también los perros lo viven, pero ustedes y los perros no siempre
han sido, ni esta vida que hay hoy en el planeta Tierra, un planeta Tierra que
tampoco siempre ha sido y que algún día será achicharrado, o puede que hasta
tragado, por un Sol que seguirá su ciclo de estrella de tipo G… Y la mitad de
lo inmediato anterior es información científica, pero lo de que el mundo es
eterno -y que sólo es desde cosas como los
ojos y el pensamiento, y que no es espiritual y que por tanto no tiene sentido- no lo es, pero ustedes no han entendido cosas como ésas,
y tampoco han entendido que porque el mundo no tiene sentido no se puede
arreglar lo de los humanos, pero que tampoco podemos seguir como hasta hoy,
como perros por el mundo-, o en otros
universos que actualmente pudiera haber, pero que no resuelven al universo en
que estamos, a éste sólo lo resolvería una contracción, una reversión–, una y otra vez –porque
seres como las piedras, seres como los perros
-y demás seres vivos con excepción de los humanos, o sea, seres vivos que jamás
entenderán al mundo, tengan o no tengan ojos y pensamiento- y seres como los humanos son los únicos tipos de seres
que podrían producirse, porque sólo hay vida y no vida, e inteligencia en
distintos grados–, y una y otra vez serán
desbaratados –porque el universo es en
desarrollos, despliegues, y tal vez también en repliegues -pero todo es hacia adelante, nada es hacia atrás, nada
es hacia el pasado-–).
El mundo es increíble, pero sólo es en
los ojos y en el pensamiento, pero los ojos y el pensamiento de todos ustedes
todavía están como los de los perros, y ahí es en donde están los líos de un
mundo que sólo tiene seres como las piedras, seres como los perros (y demás seres vivos con excepción de los humanos) y seres como nosotros… y sólo puede haber estos 3 tipos de seres (hoy sólo hay seres que se pueden clasificar dentro de estos 3
tipos, y por más que uno busque –o trate de
imaginarse– no hay más, no podría haber más,
sólo la vida es la que aporta seres diferentes a como son las piedras –a como son las estrellas, a como es el aire–), y los únicos seres que
faltarían (que podrían faltar, que podría
haber, para cubrir todas las posibilidades de todo) serían los seres fantásticos, como los espíritus, como Dios (pero esos seres sólo son nosotros imaginados poderosísimos, e
inmortales), pero esas creencias sólo están
en los humanos, al principio en todos (como en
el planeta Tierra hasta hace –por lo menos–
2 400 años… o como cuando somos niños), pero después sólo en la gran mayoría.
Los humanos del planeta Tierra somos de
uno de los 3 tipos de seres que hay en el mundo, pero ustedes no se dan cuenta,
pudiendo ver que además de nosotros sólo hay seres como los perros (o como las plantas, seres vivos que en términos generales tienen
una inteligencia más incapaz que la de ustedes) y seres como las piedras (seres no
vivos)… que no hay seres espirituales (como eso llamado Dios, es decir, seres con capacidades de
inteligencia imaginadas hasta el infinito, y que además son eternos, seres que
si existieran serían los que podrían crear cosas como el mundo), que no hay seres misteriosos, mágicos, la creencia en seres
espirituales sólo está en la gran mayoría de ustedes, no en la realidad (ése es el problema de Dios –que
desafortunadamente no haya algo como eso, que no haya alguien -o algo- cuidado, protegiendo,
amando, a todas las cosas, o por lo menos a todos los humanos, pero
absolutamente a todos, aunque dejara a los demás seres vivos como están,
sujetos a los modos de ser de la naturaleza, en donde hay perros grandes, y
perros chicos, perros con suerte, y perros sin suerte–, que está al revés de cómo debía estar, no está en la realidad,
sólo está en la ignorancia, de los más ignorantes de ustedes).
Todos ustedes viven con cegueras (a un mundo ciego, y de él son los ojos, y las cegueras), y eso está mal, pero no está mal, es como lo de los perros, que
están mal, pero que no están mal, así es su ser, ellos no pueden evitarlo, y
hasta hoy nosotros tampoco habíamos podido evitarlo, porque el mundo tiene
modos de ser, y en esos modos de ser hay mucho mal (es decir, daño, el mal no es mal, es daño –y la maldad humana no es maldad, es tontería, ignorancia,
incapacidad–, el mundo no es malo, ni bueno,
pero en él se dan situaciones, de bien y de mal… y la mayoría de los humanos
tendrán vidas terribles, serán pobres, feos, enfermos –y todo lo que vivan los humanos siempre será como si nunca
hubiera sido, porque algún día no habrá ningún humano–, y entonces, cómo asistir impasibles a tanta inutilidad, a tanto
sinsentido, a tanta terribilidad, que sin embargo es, ha sido, seguirá siendo,
aunque ahora nosotros ya podamos enfrentarla en nosotros), y los perros no pueden liberarse (pero también algún día va a ser como si nunca hubiera habido
ningún perro del planeta Tierra), pero nosotros
sí (y sé muy bien que a los perros no se les
puede explicar, pero a ustedes sí –aunque con
gran parte de ustedes va a ser como tratar con un avispero–), nosotros sí podemos hacer algo,
y simplemente lo que nos corresponde hacer, ya no seguir como perros.
Y qué opinar de ustedes (aunque no tengan culpa), pero más de
los más malos de ustedes. Nosotros los humanos sólo somos unos pobres perros
más, pero todos ustedes están igual que ellos (en un tipo de inteligencia parecida: parcial), y cómo enfrentar esto, y tener que hacer que vean, para que se
conduelan, para que vivan con los ojos abiertos, para que ya dejen de andarse
con tanto cuento (y con tanto daño hacia los demás), para que vean que sólo somos vida, sólo una cosa química (que tiene sus modos de ser y que si no estuviera sujeta a los
modos de ser del universo podría ser eterna, porque –aunque tiene muerte– se
replica, se reproduce, y así hasta podría no importar que el mundo no tenga
sentido –y los seres como nosotros
podrían inventarse un ser, pero ya lo hubieran hecho, atrás de nosotros ya ha
habido eternidad, pero no se ve nada de ellos. Y esto de hoy de nosotros viene
desde abajo, aquí en el planeta Tierra la vida tuvo que empezar de nuevo. Y los
datos que hay son pistas, de cómo es todo esto, que hoy nosotros estamos
viendo–, pero la vida es aniquilada una y
otra vez –y esto sólo es la puntilla, el
mundo no tiene sentido, es para nada -porque
no fue creado, ideado-, el mundo sólo es
fenómenos, físicos, y químicos, nosotros sólo somos de necesidades de la vida,
de intereses de la vida, pero de una vida en la que hay inteligencia y que sólo
ahí el mundo es visto, pensado -y se hace este círculo humano,
este lío en que hoy estamos nosotros-–, porque el universo no siempre está como está hoy, porque el
universo no está inmóvil, se está expandiendo, y esta expansión tuvo un inicio,
y va a tener un final… va a llegar un momento en que no haya condiciones para
que la vida pueda seguir siendo –así como hubo
un tiempo en el pasado -de esta expansión de universo- en que la vida no podía ser–, y entonces todos los afanes de los seres vivos se vuelven
completamente inútiles, nada).
Y el asunto es que hay que enderezarlos
a todos ustedes (sacarlos de la injusticia, de la
desigualdad, de la irresponsabilidad, de la ignorancia, de la tontería, de la
violencia, del crimen, del vicio… sacarlos de tanta ceguera, es decir, sacarlos
de los modos de ser de un mundo ciego que a todos ustedes todavía los tienen
ciegos… ojalá lo único contra lo que tuviéramos que enfrentarnos fuera la
desigualdad –es decir, la pobreza, la
enfermedad, la fealdad–, ojalá el mundo fuera otra
cosa y todo estuviera en nuestras manos... o en las de Dios), para eso es esta explicación, pero el problema es que la
tontería en que están todos ustedes es parte de un asunto muchísimo más grande,
muy complejo, y que si están tontos es porque el mundo no es de inteligencia, y
porque la inteligencia no es muy inteligente (y no sólo están los perros como ejemplo, sino que también está la
gran mayoría de ustedes).
Nosotros los humanos somos de aquí (y tenemos inteligencia, pero nos domina el cuerpo, porque si no
comemos nos morimos, y después de lo de la comida la vida tiene que poder
reproducirse, porque si la vida no se reproduce no sigue, aunque coma, por eso
el sexo también domina), de lo que es el mundo (de nada con inteligencia, de nada con sentido, de nada con
razones, de ser, para ser), de lo que es
la vida (la vida sólo es una cosa química –una
vida que lo único que hace es vivir, supervivir, sobrevivir, y por eso tiende
tanto hacia la fuerza, y un poco hacia la belleza, pero no mucho hacia la
inteligencia–, en donde hay inteligencia, el único lugar en donde hay
inteligencia –que es
lo único que ve, que piensa–, una
inteligencia que también es como la de los perros, y como la de ustedes, y ahí
están los enredos), pero todo esto no está bien (cómo va a estar bien una cosa en donde la ignorancia –y su
tontería– puede mandar, forjar, como hasta hoy en nosotros, cómo va a estar
bien una cosa en la que sus humanos durante mucho tiempo van a estar
esclavizados, sujetos a un mundo ciego –en
donde hay mucha terribilidad–, y a cantidad incompleta de
inteligencia, y por tanto también ciega, terrible –y los
pobres perros están peor, porque ellos no pueden ser liberados–), pero los perros no se dan cuenta, y hasta hoy todos ustedes
tampoco (y siempre van a tener que ser
liberados, siempre alguien tendrá que explicarles el mundo).
Y verlos a ustedes y a los perros
esclavizados (e independientemente de los
caminos seguidos el resultado en los seres vivos sólo puede ser: seres que
actúen como los perros –y demás seres vivos con
excepción de los humanos–, y seres que
actúen como los humanos, y en los humanos habrá dinero, negocios, fronteras,
ideas políticas, ciencia, filosofía, creencias religiosas –creencias religiosas increíbles, increíblemente ignorantes,
como las de aquí del planeta Tierra, estamos solos y es terrible, es lamentable
que no haya nadie, que no haya un Padre -o una
Madre-… Y ahora por fin puedo con todo esto, con
las estructuras de un mundo ciego en donde ustedes y los perros quedan
esclavizados, sumidos en mundos increíbles… y afortunadamente nosotros podemos
hacer algo, los perros no, ellos seguirán así mientras el universo -o el Sol- les permita
ser–), por un mundo que no es de
inteligencia… y por una inteligencia que los hace ladrar, mover la cola,
llorar.
Y el Sol está siendo su ser, pero no se
entera (y los perros tampoco, y ustedes
no mucho), y algún día el Sol no será (ni el planeta Tierra, ni ninguno de los humanos del planeta
Tierra, aunque evacuen el planeta, porque no pueden evacuar el universo, algún
día la expansión actual del universo no va a poder albergar vida, ni estrellas), pero seguirá habiendo estrellas (porque hoy las hay, porque son algo posible de esta cosa sola que
es), seguirán formándose (y desbaratándose) estrellas (y humanidades –es decir,
seres de inteligencia como la de nosotros. Y hasta hoy no han venido humanos
extraterrestres a la Tierra -porque, para
empezar, no hay ninguna prueba de eso, así como no hay ninguna prueba de Dios-, porque los humanos son como se los cuento, no es muy fácil que
se produzcan -porque no es muy fácil que la
vida arraigue-, pero se producen -porque aquí estamos nosotros, y no se ve ningún Dios, ni
ninguna otra cosa creadora con voluntad, aparte de la inteligencia, que sólo
surge en esa cosa química que es la vida, pero que lo más que puede es lo que
podemos los humanos-, y una vez que se
producen pasarán mucho tiempo como hasta hoy hemos estado nosotros -soñando, hasta con viajes espaciales tripulados-, y nosotros no hemos podido viajar a otro sistema solar -porque no es tan fácil, las distancias entre estrella y
estrella son enormes, son muchisísimo más que ir a la Luna, o a algún planeta
del Sistema Solar-, y ya está esta
explicación, que pone límite a los sueños y tonterías de los seres como
nosotros–).
Y ya saber que no hay arreglo para
nosotros (pero que tampoco vamos a seguir
como hasta hoy. Nosotros siempre hemos estado necesitados de arreglo, y los mejores
arreglos sólo podrían estar en la justicia, en la igualdad, en la felicidad,
pero para todos, absoluta, completa, igualitariamente para todos, pero la falta
de sentido del mundo –porque no fue creado,
ideado– convierte en inútil a todo, el mundo es para
nada –la vida de humanos y de perros es para
nada, sólo es una cosa química, que vive -que
muere, que se reproduce-, que
sobrevive, que va sobreviviendo, eso es lo que en realidad hace, la vida sólo
es sobrevivencia–, pero hoy estamos como los
perros, gruñendo, o moviendo la cola, pero naufragando, en este naufragio
eterno), pero que hay modos de ser, y
que ahí está lo nuestro (lo que somos, lo
que hemos tenido que ser, lo que pasará con nosotros), que estamos atrapados, pero que esto tiene estructuras, que
nosotros tenemos una estructura, y haber podido entender (pero no porque yo me lo propusiera, sino porque me fue inevitable), a esto, a terribilidad y a estupidez, a tanta terribilidad que
tiene el mundo, y a tanta estupidez que tiene el humano, y ya saber al mundo,
que no tiene sentido, y que sus humanos y sus perros siempre son cortados (y es terrible tanto drama, que será por siempre, el mismo circo,
pero con diferentes payasos, y nadie de allá afuera sabrá de los payasos del
planeta Tierra, pero podrán imaginarse, así como nosotros ya podemos saber cómo
serán todos los demás humanos y perros del mundo eterno), y ver a los humanos, y a los perros, ver a seres indefensos, a
seres tontos, e indefensos, y ver que los perros no pueden llegar hasta cordura,
que no pueden entender al mundo, que no pueden entender cómo es el mundo, que
no pueden entender qué son ellos, pero que ustedes sí pueden entender, y yo
entendí por verlos a ustedes, y a los perros (y demás seres vivos), y a las
piedras, y a mí, que de algún lugar salí, y tuvo que haber algo diferente,
tiene que haber algo diferente, y la única diferencia relevante que he tenido
ha sido la inteligencia.
Y cómo mostrarles el mundo a unos como
ustedes, que no alcanzan a arañar mucho (pero que están normales, ése es el problema, que nosotros sólo
somos unas criaturas del mundo, que somos de acuerdo al mundo, no de acuerdo a
nosotros –que si tenemos buen juicio o
mal juicio no es por nosotros, sino por la cantidad de inteligencia con que
nacimos, y por la cantidad -y calidad- de conocimiento que hemos adquirido, que hemos podido adquirir -a partir de la inteligencia con que nacimos, y del tiempo en
que nacimos, no siempre los humanos hemos tenido la misma cantidad de
conocimiento disponible, hubo un tiempo en que sólo podíamos saber casi lo que
puede saber un perro-–, el mundo –sus modos de ser, sus
capacidades, sus disparidades– es el que nos da
nuestro ser, es decir, todo lo que somos), a unos
como ustedes que lo más a lo que pueden llegar por sí solos (pero es porque la cantidad de inteligencia con que nacieron sólo
puede llegar hasta eso, para que hubieran podido ir más allá de eso –por sí solos, en la oscuridad en que hasta hoy habíamos estado
todos– les faltaba más inteligencia, nacer con un
poco más de inteligencia, sólo un poco más, para que pudieran darse cuenta de
más cosas, que llevaban a más y más cosas, que llegaban hasta cómo es todo esto
del “mundo”) es a ciencia (a conocimiento científico, un tipo de conocimiento muy bueno, de
calidad, comprobable, pero muy ciego, muy capaz para investigar al universo,
pero no para entender al mundo, es decir, a la realidad, al ser), a filosofía (y la filosofía
no entiende ni al mundo ni al universo, pero a veces hasta puede apantallar,
pero los merolicos sólo pueden enredar) y a
izquierda (una izquierda –unas ideas políticas de izquierda– que sólo es un poco de sentido común, resultado de darse cuenta un
poco de la injusticia, de la desigualdad, de la materialidad del mundo, de
algunas estructuras del mundo), pero sólo muy
pocos de ustedes, porque la gran mayoría de ustedes están peor, la gran mayoría
de ustedes están creyendo en cosas que no existen, y creyendo por ingenuidad,
por infantilidad, por mucha ceguera, por poca inteligencia, por haber nacido con
poca inteligencia.
El mundo es muy terrible para
muchísimos, y por eso se necesita justicia, igualdad, igualar, pero no es
suficiente (pero se necesita, es necesario,
no podemos seguir como los perros, es terrible el estado en que se encuentran ustedes,
y el problema es que son todos ustedes –no
sólo los más tontos, no sólo los malos–, que
están viviendo desconectados –ignorantes– de la realidad, y no es culpa de nadie, así es el mundo, tiene
mucha terribilidad, y en nosotros –y en los
perros– es en niveles de inteligencia
innata), porque aunque arreglemos al
humano (lo máximo posible, es decir,
hasta la igualdad máxima posible), seguimos
siendo parte de un mundo sin sentido (porque no
fue creado, ideado), un mundo que es en
círculos, en modos de ser eternos (como los de la
vida, como los del universo, vida que se produce y que se corta dentro del
universo, universo que tiene periodos en donde hay estrellas, planetas, vida, e
inteligencia –desde la que el mundo puede
ser visto y pensado–), pero que ustedes no saben, no entienden, pero que nosotros los
humanos podemos saber, que, por ejemplo, sólo tiene (o puede tener, porque 2 de ellos no siempre los hay, pero siempre
hay seres como las piedras, porque el universo es como las piedras, se comporta
como las piedras) 3 tipos de seres, como piedras,
como perros (y demás seres vivos con excepción
de los humanos) y como humanos (y las propias experiencias personales de penosa construcción –nacemos como bebés, y tenemos que aprender todo– y de fin absoluto –morimos, es
decir, abruptamente pasamos de estar siendo todo a ser nada– dan una idea de lo que es este tipo de cosa que hoy estamos siendo
nosotros, esta experiencia humana, que es grandiosa, ilusionante, pero
completamente inútil –porque algún día será como
si nunca hubiera habido nuestra humanidad del planeta Tierra–, pero que puede reincidir –pero
ya nunca más esta humanidad de nosotros–, una y
otra vez –por eso es que somos nosotros
en el planeta Tierra, porque la vida -esa
cosa química- aquí -por ciertos asuntos, principalmente de habitabilidad- pudo llegar hasta humano–, pero que
siempre será cortada, por eso mismo por lo que se produjo, por los modos de ser
del universo).
En ustedes es en donde están los dramas
más grandes del mundo, dramas peores que los de las cebras siendo comidas por
leones (o que los de las cebras y leones
siendo exterminados por caídas de asteroides y cometas)… y las cebras miran y miran, y siguen comiendo plantas, porque se
los pide el cuerpo, y siguen mirando, pero no entienden al mundo, no pueden
entenderlo (pero entienden otras cosas –más sencillas–, y así ustedes,
aunque ustedes entiendan más, aunque a ustedes las capacidades de inteligencia
que tienen les permitan entender más cosas –incluso cosas que ni siquiera son–), y ustedes sí pueden entenderlo,
pero hasta hoy han estado como las cebras (en
inteligencia incipiente), perdidos en
él, siguiendo necesidades de la vida, comiendo, enamorándose, ilusionándose, y
muriendo, pasando.
Y ya poder con ustedes, que están
siendo un ser raro, increíble, con conocimientos, y con cegueras, ustedes que
han descubierto al universo (aunque la gran
mayoría de ustedes no entiendan eso, pero sí que se sirven de la tecnología
resultante), ustedes que están capacitados
naturalmente para poder descubrir al universo, pero que no pueden entender a lo
que es, a lo que hay.
Estar aquí, viendo que todo es
terrible, y que todos ustedes están como los perros, que nacen al mundo, y son,
sólo son, su ser, no dándose cuenta de que sólo son perros, y que están
sometidos a su ser de perro.
El mundo es un lío interdependiente,
autocontenido (el mundo es, pero sólo es visto y
pensado por la inteligencia, pero una inteligencia incompleta cae en mundos de
inteligencia incompleta, como los de ustedes y como los de los perros), sin sentido (porque no fue
creado, ideado), en donde nada importa (porque algún día todo lo que vemos hoy va a ser desbaratado), pero aun y así es necesario liberar a esta humanidad del planeta
Tierra (porque es lo que corresponde, porque ustedes
pueden ser liberados, los perros no), y sólo
podremos hacerlo conociendo la verdad, es decir, la realidad.
Ustedes pueden ver a los perros, es
decir, ustedes pueden ver al mundo de los perros, a eso en lo que andan los
perros, y no tendría que sorprender que los perros sean lo que son, todo lo de
aquí es natural (todo lo de aquí es de aquí), incluidos nosotros los “humanos”, pero las cosas se complican
cuando alguien puede ver que todos ustedes andan en una cosa muy parecida a ésa
en que andan los perros… El problema (la
complicación –la
sorpresa, la buena nueva–, es que el mundo
puede ser entendido, que el mundo no sólo es eso de ustedes y de los perros,
eso en que andan ustedes y los perros) es que
el mundo puede verse completamente (que no tiene
sentido, y que tiene mundos como los de ustedes y como los de los perros,
esclavizados ambos, pero que ustedes pueden ser liberados), no sólo como lo ven los perros (no sólo lo que ven los perros), no sólo como lo ven ustedes (no sólo lo que ven ustedes), aunque
cada uno de ustedes vea cosas diferentes, y la gran mayoría de ustedes ven
cosas muy increíbles, de muchísima ignorancia.
El mundo no tiene sentido (porque no fue creado, ideado), lo único que piensa en sentidos es la inteligencia, lo único que
piensa es la inteligencia, pero este asunto de la falta de sentido del mundo no
es tan sencillo, no se trata de nihilismo, todos los temas de ustedes están muy
cortos, y ustedes trataron casi todo, excepto, que el error estaba en todos
ustedes, en la inteligencia de todos ustedes, pero ustedes no podían ver que
ustedes estaban mal, los perros tampoco se dan cuenta de que sólo son perros,
es decir, sólo impulsos de vida, e inteligencia a medias… El mundo no tiene
sentido, pero entonces, qué es esto, cómo explicar tantas cosas, hay ser, hay
vida, hay ojos, hay pensamiento… y hay cosas bonitas… y hay injusticia, hay
ignorancia, hay mentira, hay maldad… hay cadenas, que es necesario enfrentar…
El mundo no tiene sentido, pero hay cadenas, hoy nosotros estamos en ellas,
como los perros, sujetos a fuerzas, pero nosotros podemos enfrentar a esas
fuerzas, los perros no, pero hasta hoy ustedes no han podido, porque así es el
mundo... El mundo no tiene sentido, pero hay cadenas, y modos, las humanidades
siempre terminarán enfrentándose a su condición, de eso trata esta explicación,
de un mundo raro, y terrible, pero en donde hay un esquema.
Ustedes que creen que saben, ustedes
que pueden ver a los perros y que no saben que (los humanos somos como ellos, que somos de lo mismo que ellos,
pero que todos ustedes) están igual que ellos,
igual de ciegos, igual de inconscientes (y ustedes
que creen que tienen conciencia, pues hasta hoy ha sido como la de los perros,
con límites, que no han podido rebasar), y casi
igual de ignorantes (y más la gran mayoría de
ustedes), y quién les dio a los perros
ese ser de perro, quién condenó a los perros, a ser perros, a sólo ser perros…
pues eso mismo hasta hoy nos ha condenado a nosotros: los modos del mundo.
El mundo ya puede saberse (el mundo es sorprendente, y parece
incomprensible, pero es pequeño, tiene límites, y su principal límite es que no
es de inteligencia, que no se maneja por inteligencia –que es lo único en donde hay
propósitos, razones, sentido, voluntad, racionalidad, y la mayoría de ustedes
creen que la racionalidad de un Dios creó al mundo, y todos ustedes se creen
muy racionales, pero hasta hoy la racionalidad de ustedes ha estado muy
irracional, ha estado igual de programada -de limitada, de cerrada, de dirigida,
de impuesta, de ciega -y así también está la famosa conciencia que muchos de ustedes cacarean
tanto-- que la pequeña racionalidad -pensamiento, entendimiento- que alcanzan los perros, que tienen los
perros, que hay para los perros, y que por eso son perros, si tuvieran más
serían humanos, y ya no serían perros, ni parecerían perros, tendrían cuerpo
como de humano -¿y
los cuerpos de los chimpancés, y de los gorilas, y de los orangutanes, y de los
gibones y de muchos de los demás primates que tienen cuerpos más parecidos a
los de nosotros que a los de los delfines?, y esto nos lleva a 2 cosas, nos
lleva a que la inteligencia de tipo humano proviene directamente de cuerpos
semihumanos, y nos lleva a que la inteligencia de tipo humano es tajante, y que
la inteligencia de tipo perro máxima puede incluso tener un cuerpo muy
semihumano, como el de los chimpancés, o que puede tener un cuerpo como el de
los delfines. Y los humanos no descendemos de los chimpancés, descendemos de
algo que nos dio origen a nosotros y a los chimpancés -y a los bonobos-, y ese algo -que ya tenía un cuerpo muy semihumano- vivió hace como 7 millones de años -pero desde hace como 19 millones de años
que en el planeta Tierra ya hay cuerpos muy semihumanos, hace como 19 millones
de años se diferenciaron los gibones y los homínidos, es decir, ésos que algún
día darían origen a orangutanes, a gorilas, a chimpancés, a bonobos, y a
humanos-, y una
vez que se separaron nuestros caminos, humanos y chimpancés pasamos por una
gran serie de antepasados propios, y en algún momento nosotros caímos en el
punto irreversible que hace que haya humanos, inteligencia de tipo humano-–, y la inteligencia también tiene límites,
pero es la única cosa en donde hay ojos y pensamiento), porque la inteligencia ya puede saberse (que produce entendimientos raros,
parciales, tontos, como los de los perros… y como los de ustedes, como los de
todos ustedes… está el mundo y sus datos –sus hechos–, está la inteligencia, que puede entender,
y están los mundos de ustedes y de los perros. Cuando se pregunten qué es el
mundo, tienen que ver hacia el mundo, y hacia la inteligencia –que es quien entiende–, y lo mismo que les dio a los perros esa
inteligencia tan rara se los dio a ustedes: las cantidades de inteligencia,
esas cantidades de inteligencia que ven Dios en donde no hay nada, esas
cantidades de inteligencia que entienden ciencia, pero que no entienden
justicia, porque no ven las causas de la injusticia, porque no están totalmente
capaces, para en verdad poder ver, y trataron de ver al mundo y a sus partes, y
a eso le llamaron filosofía, pero no pasó mucho, y establecen reglas para vivir
el día a día, y a eso le llaman política, pero no se han dado cuenta de que no
se puede, que sólo sería administrar seres como los perros, igual de
condenados, a sólo ser lo que un mundo sin inteligencia da para ser, y a unos
los hacen perros, y a otros los hacen humanos, perros humanos).
Todos ustedes andan en el mundo como
andan los perros (todo
lo que viven ustedes y los perros es un mundo irreal, y viven y mueren en ese
mundo, siéndolo, creyéndolo), sin saber qué son (que sólo son cosas, que sólo son vida, que sólo son animales, que
tienen inteligencia, pero que no es mucha, y que la gran mayoría de ustedes
incluso tienen menos), sin saber al mundo (que no tiene sentido, y que es completamente inútil), impotentes (padeciendo –en ustedes, o en el prójimo– infelicidad, injusticia, desigualdad, irresponsabilidad, estafa, poder, ignorancia,
maldad, modos de ser del mundo y del humano), como tontos (en vicios, en países, en dinero, en
egoísmo, en negocios), como locos (en
vilezas, en bestialidad, en crimen, en violencia, en guerras religiosas,
políticas y sociales), pero sólo están limitados, programados (es decir, condicionados, obligados, a ser
de determinada manera, sólo el conjunto de capacidades y de límites que les
permiten su cuerpo y su cantidad de inteligencia)… lo que están siendo sólo es una etapa
del humano (y no hay
nada para nadie, pero los perros y ustedes no lo saben, y los perros no pueden
saberlo, pero ustedes sí, y cuando pasa eso el final ya estaría cerca –pero ese final no es a lo loco, tiene
que planearse muy bien–, porque se dan cuenta de que sólo son vida, e inteligencia, y de que
aquí no se puede ser, que lo más que podrían ser sería perros conscientes, pero
que serían para nada, que lo único que hay para ser es como para perros –y para piedras–, que no pueden saber su ser, al ser).
Y hay mujeres muy atractivas (que también están condenadas a la ignominia de tener que ir al
baño –y de expeler gases–, y que se marchitarán, y ellas se producen en la evolución de la
vida, de un tipo de peces salieron vacas y ratas, y también de ahí salieron los
cuerpos y las caras de las mujeres de ensueño), pero también hay muy feas, y ellas no tienen la culpa, pero todo
es como una broma para los seres que pueden verlo, sentirlo (los humanos sentimos hambre, y ganas sexuales, que incluso llegan
hasta eso que es el amor sexual, y el hambre es porque casi todos los animales
así es como mantienen su vida del día a día, y las ganas sexuales son porque la
reproducción sexual es una más de las formas de cómo la vida puede seguir y
seguir generación tras generación –y a través de
la reproducción sexual la vida puede desarrollar todo su potencial, que no está
en la inmortalidad -como parece que es lo de
las planarias, lo de las hidras y lo de la medusa Turritopsis dohrnii -inmortalidad que en caso de que sea posible
también será desbaratada algún día, cuando la expansión actual del universo se
resuelva en desmembramiento o en aplastamiento… y la inmortalidad también puede
acabar comida por algún otro animal--, sino en la inteligencia–), y pregúntenle a la gallina que se van a comer (y si ya hemos matado muchísimas gallinas es porque no somos
animales herbívoros como las vacas, pero las gallinas tampoco son animales
herbívoros, también matan, gusanos y más) si todo no es como una broma, como una broma macabra, y ser el
aguafiestas de un carnaval para tontos, en donde hay tanto daño, pero sólo es
el mundo, así es el mundo, ustedes y las gallinas son a los que una
inteligencia de gallina les hace creer cosas.
Y el mundo carece de sentido, es inútil
–y es completamente inútil, porque cosas como las que vemos hoy
se producen y se desbaratan–, pero los
perros no lo saben, ellos andan en sus cosas (como loquitos, sin saber que van a morir, sin saber lo que es la
vida –que es sólo una cosa química, y que su ser
es sobrevivir–, sin saber cómo es el mundo –que es mundo e inteligencia, un mundo que es, pero que sólo es
a través de la inteligencia, pero que la inteligencia es en cantidades–, sin saber casi nada), en sus
apetitos, en sus peleas, en sus mundos de dominio… Y es estar obligado a que
ustedes entiendan al mundo, aunque nada importa, pero cómo asistir incólume a
esta terribilidad en donde todos ustedes están como los perros. Y ser de aquí,
igual que todos ustedes, pero haber podido entender al mundo (pero no porque yo me lo propusiera, sino porque así nací, con más
inteligencia)… Y lo primero que debió haberse
percibido es la injusticia, la desigualdad, la ignorancia, la mentira, pero la
mayoría de ustedes ni siquiera podía darse cuenta de esas cosas tan obvias, y
había más, mucho más (hay estructuras, hay modos
de ser), pero eso ya los incluía a todos
ustedes, porque todos ustedes están en una inteligencia muy incompleta. Todo lo
de ustedes es como lo de los perros, sólo capacidades ciegas, y pueden tener
mucha tecnología, pero mucha cordura no tienen.
Y hoy estoy en este
terrible hoy, que sólo es una partecita de un mundo terrible (el fondo es de terribilidad, porque nada tiene sentido, porque
todo es inútil, y porque las desgracias serán una y otra vez –eternamente–, siempre va a
haber la posibilidad de que haya –como aquí ya
los hubo, eso espero, que ya no los vuelva a haber más– tipos como Hitler que a muchísimos les destruirán la vida –y no todo es tan negro, pero al ser inútil todo, entonces todo
es nada, pero hoy estamos siendo esta nada–), en donde nada importa, pero en
donde aun así hay responsabilidades, deberes (y por eso yo ya no pude pensar en ser un “licenciado” –o un médico, o un guerrillero–, cuando esto era muchísimo más –cuando el
mundo no es lo que ustedes creen, cuando todos ustedes viven un mundo irreal–, y cuando tenía que llegar hasta el fondo de todo esto –tenía que atraparlo, y tenía
que poder decirlo lo más exactamente posible–, de esta cosa que es lo único que es, lo único que hay, y ahora ya
puedo ver –no sólo vislumbrar– que los licenciados –y los médicos
y los guerrilleros– sólo están en los mundos de
ustedes, tan irreales como los de los perros).
Y yo no quisiera
meterme con eso llamado Dios, pero no tengo alternativa. Esto (el mundo, la realidad, el ser, la naturaleza, las cosas, todo) sólo podría ser de Dios (es decir,
de un Creador, de una Inteligencia), o podría no
ser de Dios (pero tampoco es del diablo, Dios
y diablo son del mismo cuento de espíritus), y no es de Dios (porque no hay la
más mínima prueba de tal cosa), y entonces,
qué es, cómo es, de eso trata esta explicación (de un mundo “natural”, que sólo es a través de inteligencia… y
también a través de inteligencia tonta, como la de los perros, y como la de
todos ustedes).
Y no hay nada como eso que ustedes
creen que es la vida (pero siempre los humanos
caerán en eso, porque son parte de nuestros “instintos”), ustedes se inventan un mundo, inventan cosas como las
religiones, como las formas de gobierno, como el matrimonio, y todas las demás
cosas “humanas” (el no hacer del baño a la vista
de todos, las tazas de baño, el papel para –medio– limpiarse el ano), todas las
demás cosas que no tienen los perros, todas las demás cosas que si los perros
tuvieran nuestras instintos también inventarían, nosotros sólo somos unos
perros más avanzados, y tarde o temprano llegamos a un momento en que el mundo
puede verse, y puede verse lo que somos nosotros, y lo que son los perros, y en
lo que están ustedes (hay un mundo perro –el mundo que los perros ven, el mundo
que los perros entienden–, y hay un mundo ustedes –el
mundo que ustedes ven, el mundo que ustedes entienden–,
pero sólo hay un mundo, el real, de eso trata esta explicación, del mundo real,
y de los mundos de los perros y de ustedes –del mundo de los humanos cuando están
en la etapa en que hoy están todos ustedes, y antes yo también vivía en eso… y
sigo sintiendo ganas de comer, y de ir al baño, y de dormir, y de sexo, pero
ahora ya sé qué es todo esto, y por lo menos los humanos ya no andamos a 4
patas, porque si así fuera yo tendría que seguir andando a 4 patas, aun
sabiendo ya a tanta cosa natural sin sentido, inútil–).
Los humanos sólo somos unas cosas más
del mundo, y somos en modos de ser (nosotros
venimos desde un nivel de entendimiento casi como el del perro, y ustedes ya
debían de haber entendido al mundo, y sin embargo no ha sido así, pero no es
culpa de ustedes, la inteligencia tiene modos de ser, la inteligencia es en
niveles, desde los más mínimos y hasta el nivel en que están los perros, y
luego hasta el nivel en que están todos ustedes –aunque no todos ustedes estén en el mismo nivel–, y en el nivel que sigue ya se puede entender al mundo, y yo nací,
y he podido entender al mundo, porque nací con un poco más de inteligencia –y porque ya se podía entender al mundo -pero tal vez desde hace más de 4 300 años que ya se podía-, porque la humanidad ya había avanzado lo suficiente para eso–), y además de nosotros sólo hay
perros (o seres como ellos, es decir,
seres vivos, pero menos inteligentes que nosotros), y piedras (o seres como
ellas, es decir, seres no vivos), no hay más, no
hay dioses ni nada que se les parezca (no hay
Dios, ni espíritus, ni fantasmas, ni aparecidos, ni brujería, ni
clarividencias, ni milagros. Y no los hay porque no hay ninguna prueba de cosas
como ésas, cosas mágicas, inteligencia espiritual, sólo hay un mundo muy raro,
pero que no es de inteligencia –en él sólo
hay modos de ser físicos y químicos–, inteligencia
sólo la hay en muchos de los seres vivos –pero
puede estar tan poco inteligente como está en todos ustedes y en los perros–. Pero la tortilla se voltea cuando la inteligencia –de un nivel como en el que sigue estando la gran mayoría de
ustedes– inventa a los espíritus, y
entonces le da superpoderes a la inteligencia –y entonces cree que la inteligencia está detrás de todo, cree
que la inteligencia es la fuerza máxima del mundo -que ella creó al mundo-, o
cree que el mundo es como es la inteligencia, que tiene voluntad, que tiene
propósitos–), pero la gran mayoría de ustedes creen en cosas como ésas (y la gran mayoría de la gran mayoría de ustedes que creen en cosas
fantásticas creen en eso llamado Dios –aunque
cada quien lo crea a su manera, una manera que sólo es el resultado de lo que
hay acumulado en el cerebro, o sea, en lo que cada inteligencia ha podido
extraer del mundo–, pero generalmente a ese
Dios lo tienen muy revuelto con muchas otras creencias, como la de “la Llorona”
–un fantasma femenino que se lamenta por sus hijos–, o como lo del tarot –o como lo de
la astrología, o como lo de la brujería, aunque algunos -de los creyentes en Dios- no
confíen en esas cosas, porque las creen del diablo, diablo que sólo es “el
Coco” del cuento de Dios–, o con fantasías
de humanos extraterrestres –que según
algunos de los creyentes sólo vienen y se van -y a veces sólo vienen a hacer figuras en los campos de trigo de
Inglaterra, han de ser humanos extraterrestres con retraso mental-, pero otros de los creyentes dicen que actualmente hay humanos
extraterrestres en el planeta -y que son millones-, que algunos viven entre
nosotros, y que otros viven bajo tierra–… y seres
como nosotros los ha habido y los seguirá habiendo, pero hasta hoy no han
venido al planeta Tierra, porque no hay ninguna prueba).
Y
yo he llegado a lo que está en esta explicación de una forma natural, para mí
ha sido inevitable, imperioso, nunca pude dejar de seguir todo lo que veía del
mundo. Y de lo de ustedes lo que más se acerca a esto son las ganas que han
tenido algunos de ustedes de querer “cambiar al mundo”, de querer hacerlo
mejor, darle justicia, arrancarlo de manos de la injusticia (y no hay diablo, pero la injusticia se le parece mucho), porque por ahí pasé yo, cuando tenía 16 años, pero también veía
más cosas.
Y
hoy sé que los humanos sólo somos cosa, capacidad, y procesos, los humanos no
siempre hemos sido como somos hoy, pero lo que hoy se sabe del mundo ya es
suficiente (y tiene tiempo que ya era
suficiente, tal vez más de 4 300 años –algunos
testimonios de tiempos de Urukagina muestran que el humano ya podía darse
cuenta de muchos asuntos de fondo del mundo–) para poder darse cuenta de él,
pero ustedes no han podido. Y yo nací, y durante algunos años viví como
cualquiera de ustedes (en la normalidad que viven
ustedes, en el sonambulismo que viven ustedes), y un día vislumbré que todos ustedes estaban como están, como
tontos, como ciegos, muy ignorantes (y malos, y
buenos, pero que aun su bondad tiene ignorancia. Pero que su maldad tiene
ignorancia y sólo ignorancia. No hay diablo, pero la injusticia y la ignorancia
se le parecen mucho).
Todo lo de ustedes ha sido dentro del
esquema del mundo, y ahí podían darse esas revoluciones científicas de
Copérnico o de Darwin, que movieron mucho al mundo de ustedes, pero que
terminaron asimilándose al mundo de ustedes, por eso todavía hoy algunos de
ustedes pueden seguir creyendo en tonterías como lo de la Tierra plana, y por
eso todavía hoy la mayoría de ustedes pueden seguir creyendo en cuentos como el
de Adán y Eva (y era
necesario evidenciarle algo a una Biblia tan infantil, pero hace falta
evidenciarle más cosas, como eso de que “varón y hembra los creó” –todos con voz de hombre, todas con voz
de mujer, todos con un pene más o menos normal, todas con una vagina más o
menos normal, ninguno con el pene muy pequeño, ninguna con la vagina
incompleta… pero más o menos una de cada 4 000 -de las mujeres nacidas vivas- nace con agenesia mulleriana -la agenesia mulleriana -la agenesia mulleriana es causada por
anomalías en el desarrollo de los conductos de Müller, los conductos de Müller
forman el útero, las trompas de Falopio y la parte superior de la vagina en
casi todas las mujeres… y en algunos hombres- hace que las mujeres nazcan sin o casi
sin la parte superior de la vagina -y sin o casi sin útero ni trompas de Falopio-- o con síndrome completo de
insensibilidad a los andrógenos -el síndrome completo de insensibilidad a los andrógenos hace que los
hombres nazcan como mujeres… y casi todas nacen con la vagina incompleta, o muy incompleta, o
casi sin vagina-,
y uno de cada 166 -de
los hombres nacidos vivos- nace con micropene, o sea, actualmente -enero de 2025, estimando que los
humanos del planeta Tierra somos, más o menos, 8 150 millones- en el planeta Tierra hay como 1 018 000 mujeres que nacieron con agenesia mulleriana o con síndrome completo de
insensibilidad a los andrógenos y hay como 24 548 000 hombres que nacieron con micropene.
Y la cantidad de pene, o de clítoris, o de mamas, o de caderas, son buenos
indicadores de lo que somos realmente, pero hay paradojas, principalmente
referentes al pene, muchas tienen pene, y cuando sienten amor -sexual-, o deseo, usan lo que tienen -Y micropene es menos de 7 centímetros
en erección, y ya me dirán si el mundo es hermoso, para todos, y actualmente ya
se puede hacer algo por las vaginas, pero no mucho por los micropenes. Y además
de los micropenes hay los minipenes, y son muchos más… y casi todos son por
desórdenes del desarrollo sexual, como es en el caso de los güevedoce, que son consecuencia de
problemas en la enzima 5 alfa reductasa 2, y se les llama güevedoce porque como a esa edad les salen -al exterior, al escroto-, y también el pene -apenas a esa edad empieza a parecer pene-, pero no les salen plenos, y así sus
vidas-–).
Los humanos del planeta Tierra somos de
uno de los 3 tipos de seres que puede haber en el mundo (sólo hay seres como las piedras, seres
como los perros –y
demás seres vivos con excepción de los humanos– y seres como los humanos. No hay seres
como Dios o como el diablo, los seres espirituales sólo existen en la
imaginación. Sólo hay seres que tienen vida y seres que no tienen vida, y la
vida sólo es una capacidad de los elementos químicos –porque de ellos está hecha, y no hay
Dios–, y no
siempre hay vida, no siempre hay eso en donde puede emerger el mundo… a través
de cosas como los ojos y como el pensamiento… y cuando la vida llega hasta
pensamiento es cuando se complica el mundo, porque en el pensamiento el mundo
es en ideas, sólo en el pensamiento hay ideas, ideas como las de nosotros,
ideas como las de los perros. Y el pensamiento de ustedes –revelado por sus cegueras– y de los perros –revelado por sus ladridos y más gestos– es lo que permite desnudar al pensamiento,
y cuando se desnuda al pensamiento se puede desnudar a todo los demás. En el
mundo lo único que es en pensamiento es el pensamiento, él es el único que
piensa, imagina, cree, crea ideas, hace conceptos, pone nombres, inventa
cuentos, tiene ilusiones, es en ilusiones, en sueños… Y pareciera que vida y
mundo son sinónimos, pero lo único que pueden hacer muchos seres vivos es
percibir a lo que existe, pensar a lo que existe, ver a lo que existe –pero no todos los seres vivos que
tienen ojos ven lo mismo, los perros no ven todo lo que nosotros vemos, y no
todos nosotros vemos lo mismo, no todos nosotros entendemos lo mismo, la
inteligencia tiene niveles–), pero lo
humano es la cosa más compleja del mundo (lo humano se produce cuando las
características de la inteligencia pueden ser hasta su límite, en los seres
como los perros la inteligencia llega hasta cierto límite, y así sus cuerpos,
cuerpos de chimpancés, o de delfines), pero tiene una etapa como en la que todos ustedes
están hoy (y ahí
está el enredo de todo), con la gran mayoría de ustedes en muchísima ignorancia (creyendo en cosas como Dios o como el
tarot), y en
donde ninguno de ustedes ha podido llegar a los máximos alcances de la
inteligencia (o sea,
poder entender a los 2 mundos, al mundo real y al mundo que es desde
limitaciones de la inteligencia… Y eso llamado ciencia es sorprendente, pero es
un conocimiento como de ciegos, como de sonámbulos. Y eso llamado filosofía no
es sorprendente, es especulación de merolicos. Y de eso llamado política lo más
rescatable está hacia la izquierda y hacia la revolución, aunque la mayoría de
eso que se dice izquierda dé vergüenza, y aunque las revoluciones izquierdistas
siempre estén tan contaminadas de humanidad de la más común y corriente). Pero los humanos sólo somos cosas, no
hay méritos ni culpas (sólo son una serie de condiciones las que hacen posible que algún “animal”
llegue hasta “humano”), sólo somos un modo de ser, sólo somos algunas capacidades (ni nosotros ni los perros hemos inventado
nada, sólo hemos sido lo que está dentro de nuestras capacidades de vida e
inteligencia).
Y habría que arreglar al mundo
(sus problemas, sus males, sus miserias, sus
injusticias, sus desigualdades, sus irresponsabilidades, sus infelicidades), y no sólo hoy, sino siempre (pero apenas hoy nosotros podemos hacer algo), y no sólo para nosotros los humanos (todos los humanos tendrían que ser iguales, en todo, no
sólo para que no hubiera pobres, sino para que no hubiera feos ni todas las
demás causas de mal. Pero ni aun la clonación podría resolverlo todo, porque la vida
envejece, y muere, y porque el mundo no
tiene sentido, es para nada –porque no fue creado, ideado–, y porque
la vida se vuelve nada, porque se produce cuando en el universo hay condiciones
para eso, pero también llega un momento que en el universo ya no hay
condiciones para que siga habiendo esa vida), sino para todos los demás seres que necesiten arreglo
(pero nosotros no podemos meter orden en los perros,
sólo en los humanos, y sólo en los humanos del planeta Tierra)… Y el asunto es lo malo, el problema es lo malo, y el
querer arreglar a lo malo me llevó hasta lo que está en esta explicación, y
desde el mundo en que están encerrados todos ustedes lo más lejos que se puede
ver es hasta revolución izquierdista, y sólo muy pocos de ustedes pueden llegar
a ese máximo.
Y quisiera poder decir que si hubiera Dios
(porque el mundo sólo podría ser solo… o de Dios, es
decir, de alguien, creación de alguien), pues
que entonces los problemas de los humanos se los dejáramos a Dios y que él los
resuelva cuando quiera, pero que si no hay Dios, pues que entonces esta explicación
del mundo sólo sería un intento de explicación, pero no puedo, Dios y todo lo
que hay en el mundo de ustedes está sosteniéndose en la ignorancia y en el
conocimiento increíbles de todos ustedes, en la ignorancia profunda en que
están la gran mayoría de ustedes (se necesita
tener demasiada ignorancia para creer en Dios, o en la astrología, o para ser
un “antivacunas”. Creer en Dios no es un asunto de bondad, de piedad, de
elección. Y creer en la astrología –o en el tarot– es sinónimo de casi babear), y en el
poco conocimiento profundo que pueden alcanzar ustedes, sólo muy pocos de
ustedes (y ustedes pueden algunas cosas,
pero los perros también tienen algunas gracias, es decir, algunas capacidades,
ciegas).
Seres como los humanos y como los perros
somos los únicos que somos el mundo desde ideas, juicios, conceptos (en la inteligencia hay mundos, como el mundo que viven los perros,
el mundo que ven los perros, el mundo que entienden los perros, o ustedes. La
clave del mundo está en la inteligencia, porque sólo ahí el mundo es en cosas
de inteligencia, en voluntad, en sentido, en propósitos, en ideas, en juicios,
en razones, en querer encontrar razones, pero no hay razones. El mundo es solo,
sin un Creador, es decir, sin un Dios, es decir, sin una inteligencia general.
Y en un mundo así lo único a lo que los humanos podrían aferrarse sería a la
justicia hasta la igualdad máxima posible. Porque no hay razones, no hay
sentido. Sólo Dios, o algo como eso, podría haberle dado sentido al mundo, pero
desgraciadamente los seres espirituales no existen más que en la inteligencia
de la gran mayoría de ustedes, en los mundos de una inteligencia que ve, pero
que no ve, como la de los perros, pero así también están todos ustedes, en ojos
como programados, para sólo ver determinadas cosas, y muchísimos ven Dios, y
otros ven desde ciencia, o desde filosofía, o desde política, o en mezcolanzas
de todo eso, pero si de por sí la política y la filosofía son ya una mezcolanza
de creencias y de conocimientos, de esas creencias cuya expresión máxima es eso
que ustedes llaman Dios, de esos conocimientos que lo más lejos que llegan en
ustedes es hasta ciencia por un lado, y hasta revolución izquierdista por el
otro).
Y meterse con el avispero de ustedes
está de locos, pero tarde o temprano cada humanidad tiene que enfrentar al
mundo real (y a la cita ustedes llegan
normales, bastante normales, con la gran mayoría muy tonta, y con muchos malos,
y con algunos muy, pero muy malos). Esto que hoy
estamos siendo nosotros ya ha sido innumerables veces (porque hoy es y no hay Dios, no es especial, único) en la eternidad del mundo que ya ha habido antes de nosotros (el mundo es eterno porque hoy es y porque no hay ningún Dios, sólo
hay fuerzas naturales, fuerzas sin idea, sin propósitos), y en algún momento dado toda humanidad deja de estar tan sujeta
al mundo como lo están los perros, y cuando eso sucede esos humanos sólo tienen
2 opciones, quedarse, o irse (y si deciden
irse tienen que ser todos, y a la de tres. Pero eso tiene que ser bien
planeado). Y lo más seguro es que las
humanidades no se quedan, porque en inteligencia completa aquí no se puede ser (aquí sólo se puede ser en inteligencia como la de los perros, o
como la de ustedes. Aquí no se puede ser porque no hay sentido –el mundo es para nada, es inútil–, sólo sería hacerle al tonto, y no sería fácil, porque son muchas
las goteras, y no todas se pueden reparar, algún día la vida no podrá
continuarse –la
vida sólo es una cosa química -una combinación más de los elementos químicos-, que vive, y que muere, pero que se
reproduce, que se continúa, pero que no puede tener una continuidad eterna–, la vida está sujeta a un mundo físico –es decir, a un mundo material, no
espiritual, no mágico–, natural –es decir, solo, que es como es, como
hoy está siendo -y
que sólo es a través de cosas como ojos y pensamiento, que ven y piensan en
relación a cantidades de inteligencia-–, raro, que no
tiene sentido –porque
no fue creado, ideado–, y que lo que hay en él
siempre es cortado –porque
el universo -dentro
del cual se da la vida- es en modos de ser, no está inmóvil, el universo en que estamos se está
expandiendo, las cosas son en periodos, por lo menos las que vemos hoy no
siempre han sido, pero pueden ser, son posibles que sean, en la etapa de la
expansión del universo como la que hasta hoy ha sido aquí–, y que entonces sus humanos ni siquiera pueden engañarse queriendo
inventarse un mundo –que
tendría que ser de justicia, de igualdad -hasta la clonación-, no lo de hoy, que ni siquiera es de
engaño, sino que es de un nivel de inteligencia todavía como el de los perros,
tonto, pero normal, inevitable–). Pero sea lo que sea lo que decidan hacer, primero tienen que
enderezar su ser, que hasta ese momento habría sido igual que en los perros,
sin mérito, sin culpa, dado (“caído del
cielo”), robótico, ciego, tonto.
Y todavía a veces me parece increíble
que el mundo sea así como lo estoy diciendo, pero no hay Dios (ni nada como eso, es decir, no hay seres que puedan crear cosas de
la nada con el poder de su voluntad, y lo único que se acerca un poquitito a
eso es la inteligencia, pero la inteligencia sólo es de la vida, ahí surge –en la evolución de la vida, de una vida que sólo es una cosa
química más–, y lo más que puede es lo que podemos
los humanos. Pero también de ella son los líos del mundo, porque el mundo sólo
es desde ella, ella es la única que ve, la única que piensa)… y hay muchas cosas buenas (pero no
hay sentido, el mundo es para nada –porque no fue
creado, ideado–, y lo único que puede hacer la
vida es vivir, mientras es –mientras los
modos de ser del universo se lo permiten–, pero
vive para nada, sólo vive para mantenerse –y por eso hay cosas como el hambre y como el sexo–, es decir, sólo vive para sobrevivir, sólo son vueltas de más,
aunque en nosotros sea muy sofisticado, en los perros es más bestial)… y hay ignorancia, y mentira, y desigualdad (hay perros chicos y grandes, hay belleza y fealdad, hay
enfermedad), y daño (hay muertos, hay asesinados, hay sufrimiento), y mala suerte (como tal vez ésa
que exterminó a los dinosaurios, antes de tiempo, porque algún día toda la vida
que surgió en el planeta Tierra será exterminada)… es decir, sólo hay cosas naturales, y hay cosas humanas, que
también son cosas naturales, pero los únicos que hablamos somos nosotros, y
hasta hoy el mundo era de ustedes, de lo que decían ustedes.
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RESUMEN
Al mundo (o realidad, o ser) podríamos
llamarlo universo si el universo en que estamos fuera el único, y actualmente
este universo se está expandiendo, y esta expansión empezó hace como 13 800
millones de años, y en esta expansión se han producido los elementos químicos
de los que están hechas las estrellas y la vida, y algún día esta expansión se
va a resolver de una u otra manera (va a seguir y
seguir o va haber contracción), pero todo lo
que vemos hoy (incluso los elementos químicos,
que no podemos ver a simple vista) va a ser
desbaratado, ya sea que sea desmembrado o comprimido.
Y eso es lo peor, pero el problema es
que el mundo no tiene sentido, propósitos, que es para nada, porque no fue
creado, porque no hay ningún dato que sostenga a esa posibilidad de que alguien
haya creado al mundo (y aquí –en este todo tan extraño que es– todo podría ser posible, pero no lo es –porque aquí hay datos, hechos–, y la inteligencia es lo único que puede aclarar a todo esto –porque de ella es el mundo, porque de ella son cosas como los
ojos y el pensamiento, con los que se puede ver y pensar–, a un mundo increíble –inconcebible–, y en donde todos ustedes están increíbles, como ciegos, como
sonámbulos), porque eso llamado Dios no
existe (porque no hay ninguna prueba de
eso), y porque lo único en donde hay ideas y
poder de creación voluntario (porque aquí hay
mucho poder de creación, pero no es de voluntad, es de modos de ser físicos y
químicos) es en la inteligencia (pero sólo puede crear algunas cosas, pero no mágicamente –es
decir, a partir de la más absoluta nada–, sino a partir de lo que hay en el mundo), en una inteligencia que sólo es
de la vida (surge en la evolución de la vida
química).
Inteligencia sólo la hay en los seres
vivos, y en donde hay más es en animales como nosotros y como los perros. Y en
nosotros hay mucha más inteligencia que en los perros (incluso en la gran mayoría de ustedes que no nacieron con mucha
inteligencia y que por eso son capaces de creer en cosas como Dios o como el
tarot, y que además pueden actuar con mucha maldad), pero en todos ustedes todavía está como está en los perros, y
ahí está el lío del mundo, en una inteligencia que tiene ojos, pero que sin
embargo no ve lo suficiente como para entender al mundo.
Los humanos del planeta Tierra somos de
uno de los 3 tipos de seres que hay en el mundo, sólo hay seres vivos y seres
no vivos, e inteligencia en distintos grados, sólo hay seres como las piedras,
seres como los perros (y demás seres vivos con
excepción de los humanos) y seres como los
humanos (nosotros somos una humanidad más,
lo de nosotros sólo es la inteligencia más allá del nivel que alcanzan los
perros, y en ese nivel ya se puede entender en verdad, no como en ese nivel en
que están los perros… y también todos ustedes, pero lo de ustedes sólo es una
etapa del humano. Y hasta hoy todos ustedes han estado en la misma incapacidad
de no poder entender en verdad, pero no todos ustedes están igual, algunos –pocos, poquitos– de ustedes
nacieron con más inteligencia, y eso los tiene en ideas de izquierda de más
izquierda –de más justicia, de más
igualdad, de más responsabilidad–, y otros –poquitos– de ustedes están
en conocimiento científico. Y la gran mayoría de ustedes creen en cosas que no
existen).
Todo lo de ustedes está increíble (no sólo la religión, sino también la ciencia, y la filosofía, y la
política, pero en algo de las ideas políticas de izquierda es en donde está lo
menos ciego de ustedes, porque incluso el conocimiento científico está ciego,
es de ciegos, que ni siquiera pueden darse mucha cuenta de las raíces de tanto
problema que ha jodido y sigue jodiendo a los humanos –como la injusticia, como la desigualdad, como la ignorancia,
como la irresponsabilidad, como el vicio, como la vileza, como la violencia,
como el crimen, como la mentira–, y de la falta
de sentido del mundo ni hablemos), pero no es de
ustedes, es de las cosas que son como nosotros en la etapa en que están todos
ustedes, aquí no hay culpas ni méritos, hay cosas y modos (y lo de ustedes sólo iba a poder superarse cuando alguien naciera
con la inteligencia suficiente como para poder darse cuenta de que todos
ustedes están ciegos ante lo que más tenemos frente a las narices: terribilidad
y estupidez, y a partir de eso –de
terribilidad y de estupidez, y de la ceguera en que están todos ustedes ante
esa terribilidad y estupidez– ese alguien iba a llegar hasta lo que es todo
esto, hasta cómo es el mundo).
Y no podemos quedarnos en igualdad (en la igualdad máxima que pudiéramos hacer, es decir, hasta la
clonación, no sólo hasta la igualdad económica), no podemos hacer un mundo mejor para el humano (porque el mundo no tiene sentido, es para nada, es inútil –porque no fue creado, ideado–, y porque algún día todo lo que vemos va a ser desbaratado, o sea
que todo es completamente inútil), pero mucho
menos podemos quedarnos en lo que hoy están ustedes… y todos ustedes van a ser
sacados de sus cuentos, y de sus estructuras de tontería, de dinero, de
fronteras, de egoísmo, de problema, de daño (y no he querido tratar lo de la reconversión mínima que se tendría
que hacer, pero mucho de lo de hoy tiene que volcarse, y construirse algo
basado en igualdad máxima hoy posible, y en todo lo contrario a
irresponsabilidad, a estupidez). Y el asunto
era tajante, o era en verdad saber, o era estar como hasta hoy, es muy abrupto,
es pasar de la tontería y locura a la nada, es pasar de ser perros a ser nada.
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INTRODUCCIÓN
El mundo es eterno, y hoy yo me
encuentro en él… y puedo ver, desde mi inteligencia… Y veo y veo y no veo a
ningún Dios, a ningún Creador, sólo veo cosas y modos de ser… Y veo a la
inteligencia que también tienen los perros… y los veo a ustedes, y a los
perros, perdidos ambos... Y veo a algo del planeta Tierra (y veo a la Luna, y al Sol, y a algunos
planetas del Sistema Solar, y a algunas estrellas)… Y tengo que encontrar una explicación de
todo, principalmente de las cegueras increíbles de todos ustedes, porque ahí
estamos atorados los humanos, ahí está atorada la justicia, ahí está atorada la
cordura.
Todos ustedes están increíbles (y por eso
va a parecerles increíble lo que voy a decir en esta explicación), pero no es culpa de ustedes, y los perros también están
increíbles, tan bobos (tan tontos ante el mundo
del que son parte, tan perdidos en su mundo de perros, tan reaccionando sólo a
sus “instintos”, es decir, a sus programaciones, forjadas en el curso de la
evolución), pero tampoco es su culpa, así es
el mundo.
Los seres humanos tenemos muchos
problemas (pobreza, enfermedad, violencia,
crimen, vicio, irresponsabilidad, mentira, vileza, egoísmo, prejuicios,
ignorancia, injusticia, desigualdad, infelicidad…), y cualquiera de nosotros tendría que darse cuenta de ellos, y
tendría que tratar de hacer algo para solucionarlos, pero no sucede así, a lo
largo de la historia humana sólo pocos se han dado cuenta, y sólo de algunos de
los problemas, por eso hoy todavía seguimos muy mal, pero son cosas de los
modos de ser del mundo. En esta explicación voy a mostrar lo que yo veo (pero las cosas no son de opiniones, desde pequeño siempre hubo una
gran diferencia entre todos mis compañeros de salones de clases y yo, y eso me
fue marcando, y un día a todos ustedes los vi tan mal que empecé a leer y a
leer para algún día poder gobernarlos, pero terminé hasta lo que está en esta
explicación –en donde ya no hay lugar para
ningún gobierno -ni siquiera para el mejor que
pudiéramos hacer-, ni para nada–. Y la diferencia que había era de calificaciones, de saber –y con el tiempo esa diferencia se hizo más y más, ya no en las
calificaciones, sino en el saber, las calificaciones fueron constantes desde mi
primer año de escuela–. Y cuando empecé lo que
ahora está en esta explicación fue porque a todos ustedes los percibí como
operados del cerebro, y ahora puedo decir que sí, que están como operados del
cerebro, que están en un estado parecido al de los perros, que sólo entienden
hasta cierto punto). Y de lo que se trata es de
solucionar los problemas de los humanos, de lo que se trata es de ponerle un
alto a tanto que no debería ser, pero que es, ha sido, tenía que ser así,
porque así es el mundo.
En esta explicación voy a mostrar al
mundo, o sea, a eso a lo que también se le llama realidad, naturaleza, ser. Y
también voy a mostrar a los humanos, y a los perros y demás seres vivos, y a
las piedras, a los seres no vivos. Y también voy a mostrarlos a ustedes, que
sólo son una etapa de los humanos.
Esta explicación es para empezar a
corregir una situación natural, la única situación incoherente que se da en el
mundo (en un mundo en donde no hay deber ser sólo a
la inteligencia podría calificársele de incoherente): una inteligencia que ya puede entender al mundo (y no siempre fue así, los humanos no siempre hemos sido lo que
somos hoy, lo humano surge a partir de niveles mentales casi como los de los
perros, pero ya tiene muchos años –tal vez más
de 4 300 años– que el mundo ya hubiera podido
ser ubicado, enmarcado, marcado, fijado, porque ya podían verse los mundos en
que están encerrados ustedes y los perros, porque ya podía verse que el mundo
de ustedes sólo está dentro de ustedes, y que el mundo de los perros sólo está
dentro de los perros, ya podía verse que sólo hay “conciencia” –ojos, tacto, oído, olfato, gusto, pensamiento– y “materia” –un mundo
material, no espiritual -con
“espíritu” sólo en seres como nosotros y como los perros-–) y que sin embargo sigue tonta, entendiendo sólo parcialmente,
ocupada en asuntos menores del mundo, igual que los perros.
Y el problema es que son todos ustedes
los que están muy increíbles, como ciegos, como sonámbulos, pero no es culpa de
ustedes, pero tampoco es mérito lo de nosotros los humanos, que somos lo que
somos porque tenemos un poco más de inteligencia que los perros, y si todos
ustedes todavía están como los perros es porque todavía les faltaba un poco más
de inteligencia, y por eso no han podido entender al mundo (por sí solos), por eso todavía
están atrapados, igual que los perros (aunque lo
que ellos hagan más sea ladrar, a lo tonto la mayoría de las veces. Y ustedes
tienen política, y religión, y filosofía, y ciencia, pero esas cosas son de
cegueras increíbles, de ignorancias increíbles, son de una inteligencia
parecida a la del perro, que sólo puede entender algo de lo del mundo. Y la
inteligencia tendría que poder entender todo –o por lo menos hasta cómo es este todo
que es–, pero la inteligencia tiene
niveles, como los de los perros, como los de nosotros, como los de ustedes,
como los de las plantas), igual que los
pobres perros, que sólo son lo que son, y también así los pobres de nosotros,
sólo títeres, cosas, resultados.
La inteligencia de nivel humano sí
puede entender al mundo, pero hoy (que
comprobablemente ya se puede –porque tal vez desde hace más
de 4 300 años que ya se podía–) todos ustedes están ajenos a eso, en los humanos hay una etapa
como en la que hasta hoy habíamos estado todos nosotros, una etapa
completamente cerrada, un mundo completamente cerrado, como el de los perros.
En un sumerio llamado Urukagina puede
verse que desde hace más de 4 300 años los humanos ya podían darse cuenta de
muchas cosas del mundo, pero ustedes tienen barreras, y eso se ve en la
política (que lo más lejos que ha podido
ver es revolución izquierdista), y en la
filosofía (que siempre debió darse cuenta de
más cosas, pero no pudo, y en Heráclito de Éfeso puede verse que muy pronto la
filosofía llegó casi a sus potencialidades máximas, y luego siguieron 2 500
años de filosofía que lo más que pudo ver fue hasta algo tan obvio como la
materialidad del mundo, pero tan limitadamente la vio que por eso terminó en el
callejón del marxismo), y en la ciencia (que es conocimiento del mejor, pero desviado de los problemas más
primarios de los humanos: las desigualdades, las estructuras).
Y no ha sido fácil atrapar a esta cosa
que es el mundo. Y luego no ha sido fácil encontrar desde dónde decirla (lo filosófico y lo científico no sirven para decir a un mundo tan
atrapado dentro de sí, y lo político podría servir algo, al mostrarles que la
lucha política se queda muy corta ante las soluciones que necesitamos los
humanos para poder con todos nuestros problemas, que aun las mejores intenciones
políticas de ustedes se quedan cortísimas ante la realidad, ante un mundo que
no tiene sentido –que
es para nada -porque
no fue creado, ideado-, que sólo es de modos de ser físicos y químicos–, y ante una vida que algún día será cortada, porque algún día todo
lo que vemos hoy va a ser desbaratado).
Y no es fácil estar obligado a tener
que abrirlos a ustedes, pero no tengo de otra, a pesar de que nada importa, de
que nada tiene sentido, de que todo es completamente inútil, pero ustedes no lo
saben, ustedes están como los perros, pero ustedes pueden saber, por los perros
no se puede hacer nada.
Y me fue inevitable no poder ser como
ustedes, en esa inteligencia inconsciente (de la que ninguno de ustedes tiene la culpa. Y el que alguien pueda
llegar solitariamente a esta explicación es cosa de procesos sujetos a tiempo,
y a cantidad de inteligencia, se necesita nacer con la inteligencia adecuada,
en un tiempo ya adecuado, cuando la cantidad de conocimiento acumulado ya es
suficiente –pero que la gran mayoría de
ustedes no sabe, no maneja, no entiende, la gran mayoría de ustedes creen en
cosas como Dios o como el tarot–, y así va a ser
siempre –los humanos del planeta Tierra
sólo somos una humanidad más–, en el mundo hay
esquemas, la inteligencia de todos ustedes se queda increíble, estacionada,
atorada –como ésa que se queda en
perro–, y sólo naciendo con una inteligencia
suficiente es como va a poder desatorarse esto, porque se tiene que tener la
inteligencia suficiente para poder verlos a todos ustedes –que están tontos, como ciegos, como sonámbulos -ante los datos que hoy hay, datos que llevan y llevan -no crean que ha sido muy sencillo llegar- hasta lo que está en esta explicación-, aun los pocos de ustedes que saben -y que por eso medio vislumbran- más–, y a pesar de lo muy difícil
que es entender al mundo a contracorriente de todos ustedes se tiene que seguir
y seguir –porque se llega a sentir que
el destino de los todos los humanos -principalmente
lo peor, la injusticia, la pobreza, el vicio, la vileza, el crimen, la
violencia, la mentira, el daño, la infelicidad, el sufrimiento- depende de uno, y cuando resulta que no se andaba errado, que
así es como se rompía esto– todo lo que se
ve, a un montón de cosas extrañas, entre las que están todos ustedes, muy
incapaces, tan perdidos en el mundo como lo están los perros. Y tal vez suene
rudo, pero por lo menos hay algunos de ustedes que se dan cuenta de que esas
ideas de Dios en que creen la mayoría de ustedes ya son muy incoherentes a esta
altura del desarrollo de la humanidad, de una humanidad que hace 200 000 años
todavía andaba desnuda… y hace 200 000 años los humanos todavía no nos limpiábamos el ano, y
actualmente ya casi todos los que pueden hacerlo se lo “limpian”, con papel,
pero lo que también deberían hacer sería lavarlo con jabón, en alguna especie
de bidet, por lo menos, porque por lo que he visto en los botes de basura de
los baños públicos no es difícil que muchísimos de ustedes habitualmente anden
con excremento embarrado en el ano, y con el movimiento o con el sudor se ha de
hacer una buena combinación –y hasta
tienen canciones jocosas de eso–) como de perro, en donde algunos de ustedes se aprovechan de que la
vida les dio dientes (poder:
dinero, fuerza, belleza, algo de inteligencia, no mucha), y en donde para muchos de ustedes el vivir sólo es
sobrevivir (en medio del sufrimiento, de la
pobreza, de la enfermedad, de la vileza), y en
donde muy pocos de ustedes tratan de hacer algo (los
revolucionarios izquierdistas principalmente, pero también otros buenos, como
algunos de religión, o como muchos de los que se dedican a la investigación
científica), y a veces eso les cuesta la vida,
pero lo hacen, porque no pueden evitarlo.
Y me molesta que el mundo sea como es,
me molesta ponerlos a todos ustedes al mismo nivel que los perros (y que yo quede como protagonista, pero sólo así puedo acomodar al
mundo, a lo humano, y al mundo que todos ustedes viven hoy. Y no crean que ha
sido muy bonito haberse ganado la rifa del tigre, pero tarde o temprano a
alguien le iba a tocar): encerrados en mundos
raros, perdidos en mundos raros, tontos, pero es que hoy así están todos
ustedes. Y ustedes sí pueden ver a los perros, al mundo de los perros, al mundo
que viven los perros (y también pueden ver al
mundo de los niños, y al mundo de los locos, y al mundo de los más tontos).
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CAPÍTULO 1 EL PROBLEMA (EL
NUDO) DE ESTA EXPLICACIÓN
Esta explicación del mundo no es fácil, porque va contra todos ustedes y
contra todo lo que el mundo ha sido hasta hoy para cualquiera de ustedes. Y el
problema está en ustedes (ustedes están
muy increíbles, con mucho sonambulismo, con mucha ceguera, con mucha
ignorancia, con mucha tontería, con mucha maldad), pero no es de ustedes, los humanos somos una cosa más del mundo,
y ustedes sólo están siendo lo que se espera que sean (sólo lo que sus niveles de vida y sus cantidades de inteligencia
les hacen ser), pero no está bien (y tampoco ser perro está bien, pero por ellos no puede hacerse
nada).
Esta explicación del mundo no es fácil,
porque implica meterse con las cosas del mundo, es como si a los perros se les
quisiera hacer entender el mundo, para que dejen de ser en esa inteligencia
inconsciente que los tiene como perros.
Pero los perros (o las hormigas, o las estrellas) sólo son lo que son, y no pueden ser diferentes a eso, no
pueden ser más (ser perro –u hormiga, o planta, o sea, todos los seres vivos con
excepción de los humanos– es un nivel de ser en
el mundo, los otros niveles son lo que somos los humanos y lo que son las
piedras –o las estrellas, o el agua, o sea,
los seres no vivos–), pero ustedes sí pueden ser más, ustedes sí pueden ser
diferentes de lo que son hoy, ustedes sí pueden ser movidos de esa inteligencia
tonta en que están hoy, no por culpa de ustedes, sino porque los humanos (y los perros) sólo somos
cosas (y estamos sujetos a modos de ser), y aunque tengamos ojos eso
no significa mucho, sino sólo que podemos ver, pero los perros no ven mucho (no entienden mucho), hasta
ustedes pueden darse cuenta de eso, pero ustedes tampoco han podido entender
mucho, y de eso ustedes no se dan cuenta.
En nosotros y en los perros el mundo es
a través de cosas como los ojos y el pensamiento, pero el mundo que nosotros y
los perros vemos no es el mismo (y
no todos los humanos entienden lo mismo –y
no todos los perros entienden lo mismo–, porque
el entendimiento depende de la cantidad de inteligencia con que se nace, y del
conocimiento adquirido, y de la época en que se nace –los humanos no siempre hemos tenido la misma cantidad de
conocimiento–, y de la edad que se tiene,
porque nacemos sabiendo nada). Pero los perros
no pueden entender al mundo (porque su
inteligencia no da para tanto, porque su cantidad de inteligencia no es mucha), y hasta hoy ustedes tampoco han podido entenderlo, hasta
hoy ustedes también han estado estacionados en uno de los mundos intermedios de
la inteligencia (por cosas de los modos de ser
de la inteligencia –que sólo podían ser
rotos cuando alguien naciera con una cantidad de inteligencia suficiente -en un tiempo ya adecuado, cuando la cantidad de
conocimiento -acumulado por los humanos- ya fuera suficiente para poder entender al mundo, y en
los humanos del planeta Tierra esto tal vez ya es desde hace más de 4 300 años-, en verdad suficiente -para
que pudiera darse cuenta de lo increíbles -tontos- que están todos ustedes-,
no semiautista, como la de Einstein y otros que son considerados muy, pero muy,
inteligentes–, porque la inteligencia de muchos
de ustedes ya es suficiente para entender al mundo, si se les encamina). Y no va a ser fácil moverlos de ahí, pero yo tengo que
hacer mi parte, yo tengo que mostrarles el mundo (y dejárselos fijado, marcado, para que los pocos de ustedes que –por la cantidad de inteligencia con que nacieron– entienden más puedan entender más). Porque así es esto, nosotros no somos únicos, esto que
hoy somos nosotros aquí en el planeta Tierra ya ha sido innumerables veces, y
volverá a ser innumerables veces más, porque el mundo es eterno (porque hoy es y nadie lo creó, porque no hay eso llamado
Dios, y sin embargo la gran mayoría de ustedes creen en Dios –o en cosas como ésa, cosas que no son, cosas de las que
no hay ninguna prueba–).
Y sólo puedo mostrar el mundo a través
del conocimiento, pero todos ustedes están muy increíbles (debido a las cantidades de inteligencia con que nacieron), y la gran mayoría de ustedes (no el 51 %, sino mucho más del 99 %) están más que increíbles, están muy tontos (y tengo que ser muy claro, para que ustedes dejen ya de estar en
tantos cuentos, y cuentos normales, naturales, esperables, inevitables, pero
que sólo son cegueras, limitaciones, que el humano tiene en la etapa en que
están todos ustedes), muy ignorantes (y el hecho de que la mayoría de ustedes estén tan ignorantes sólo
evidencia la pequeña cantidad de cordura en que hoy están todos ustedes). Pero los perros también ignoran tanto, y sin embargo andan por
la vida como si nada. Pero por eso tienen una vida de perros.
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CAPÍTULO 2 6 EJEMPLOS DEL
MUNDO
Los mormones
Los que creen en Dios tienen muchos
ejemplos increíbles de ignorancia, o de tontería (no sé cómo decirlo, no quiero ofender), y voy a dar un ejemplo:
Los mormones (la religión mormona fue fundada en Estados Unidos en 1830
por Joseph Smith) creen en muchas
barbaridades, pero la principal barbaridad en la que creen es que los primeros
habitantes del continente americano eran judíos (en
el Libro de Mormón se narra algo de
la supuesta historia de esos judíos, entre ello que Jesucristo estuvo unos días
en el continente americano poco después de su muerte y que aquí terminó de dar
su mensaje, y ese complemento también está en ese libro), y que llegaron en barcos, en 3 distintas ocasiones, una
en tiempos de la Torre de Babel (y según los
creyentes de la Biblia lo de la Torre de Babel fue allá por el año 2269 antes
de Cristo. Y por si hiciera falta aclaro que no hubo tal cosa como la Torre de
Babel en donde según el cuento fueron creados todos los idiomas de los humanos,
para esa fecha Imhotep y Urukagina ya habían vivido, e Imhotep había hablado en
egipcio y Urukagina había hablado en sumerio, y todavía faltaban más de 2 000
años para que empezara a formarse el idioma –español– que estoy utilizando… Y ni hubo un Diluvio Universal y ni
existió un humano llamado Matusalén que vivió 969 años… y ni existió un tal
primer hombre de nombre Adán, que fue creado, según muchos, en el año 4026 –o, según otros -James
Ussher principalmente-, en el año 4004– antes de Cristo… y el hecho de que fechemos tomando como
referencia a alguien a quien apodaron el Cristo no significa nada, sólo es una
de las huellas de cómo fue formándose el mundo humano del planeta Tierra), otra allá por el año 600 antes de Cristo, y la otra en el
año 588 antes de Cristo, y que si se les cambiaron los rasgos y el color de la
piel fue por una maldición de Dios (que de
blancos y “sumamente bellos” los volvió de piel oscura a casi la mitad de
ellos, para que no fueran atractivos a los que siguieron siendo blancos y
sumamente bellos, pero que con el tiempo los blancos y sumamente bellos fueron
exterminados por los de la piel oscura, y que por eso cuando los europeos
“descubrieron” América ya sólo encontraron gente de piel oscura. Pero ésos que
encontraron los europeos no son los del cuento de los mormones, el origen de
los primeros habitantes del continente americano está en Siberia, más algunos
náufragos polinesios, y tal vez uno que otro náufrago europeo y africano). Y los mormones creen que todo lo anterior es verdad, todo
eso viene en el Libro de Mormón, un
libro que según ellos le fue dado a Joseph Smith por medio de un mensajero de
Dios (ese mensajero le mostró en dónde estaban
unas planchas de oro en las que estaba escrita una historia de los antiguos
habitantes del continente americano, y Joseph Smith tradujo al idioma inglés
esa historia por medio de 2 piedras en aros de plata, ensambladas por el
mismísimo Dios). Y pobre Joseph Smith, cómo
hubiera podido imaginar él que sus absurdidades (cuentos,
fantasías, mentiras) iban a servirme para
poder demostrar la ignorancia o tontería que conlleva en sí toda creencia de
eso llamado Dios. Y todas las religiones pueden ser desnudadas, pero una de las
más fáciles de desnudar es la de los mormones, pero también son fáciles de
desnudar todas las religiones que toman a la Biblia como palabra auténtica de
Dios (la Biblia es fantasiosa y abunda en
contradicciones, fue armada en distintas épocas, desde diferentes puntos de
vista, y tiene añadidos sobre añadidos).
Y con ejemplos como el de los mormones
tengo que mostrar lo raros (como
sonámbulos, como hipnotizados) que están
ustedes, todos ustedes, tanto los que creen en cosas como las de los mormones,
como los que no creen en ninguna cosa como ésa, pero que no pueden enfrentarse
a un mundo humano dominado por creencias (como
las de los mormones, o por peores, como las de los satánicos), y por ignorancias increíbles, y por mentiras, y por
dinero (y por pobreza, y por enfermedad, y por
irresponsabilidad, y por injusticia, y por desigualdad), y por vicios, y por
todas las demás vilezas: asesinatos, robos, violaciones de niños y bebés… Pero
nosotros los humanos sólo somos cosas, no hay culpas ni méritos.
Los extraterrestres
Lo menos que puedo decirles a ésos que
creen en los cuentos de los extraterrestres (o a ésos que hacen negocio con los cuentos de los
extraterrestres) es que los extraterrestres no
han venido a visitar el planeta Tierra, ni están viniendo, ni van a venir,
porque los extraterrestres (es decir, los otros
humanos, los otros seres de cerebro de tipo humano que hay –o ha habido, o va a haber… en la eternidad– en otros planetas de la expansión actual del universo… o de
otras expansiones, de este universo… o de otros universos) son como nosotros (no
exactamente iguales, pero son como nosotros, no son como las piedras, no son
como los perros, ni siquiera son como los gorilas, o como los chimpancés, son
más o menos como nosotros, y mientras están como hasta hoy hemos estado
nosotros tienen países, fronteras, negocios, dinero, política, religiones,
filosofía, ciencia), y antes de que lleven las
tan normales cegueras humanas (ignorancia,
injusticia, conquista, comercio, exploración, proselitismo religioso, turismo) a otros planetas los alcanza (les abre los ojos, les detiene su carrera natural de inconsciencia) una explicación como ésta (si
es que han llegado hasta este punto, es decir, si es que antes no se han
autodestruido, completamente, en una guerra nuclear), y por mucho que esa explicación tarde en poder darse va a
haber tiempo, porque los viajes interestelares no son tan fáciles de realizar
(y la humanidad del planeta Tierra ni siquiera ha
hecho viajes interplanetarios, lo más lejos que ha podido ir es a la Luna), para que los humanos del planeta Tierra hubieran podido
ir a algún planeta de alguna de las estrellas más cercanas (porque en los demás planetas y lunas del Sistema Solar
puede ser que ni siquiera haya bacterias) todavía
les iba a tomar muchísimos años, ¿saben a qué distancia está hoy (porque las estrellas no están fijas, no siempre están a la
misma distancia unas de otras) la estrella más
cercana a nosotros (aparte de nuestro Sol,
claro está)? A 4.22 años luz. ¿Saben cuánto es
eso en kilómetros? 39 924 221 601 024 kilómetros. ¿Saben cuánto se tardaría en
recorrer 39 924 221 601 024 kilómetros a la velocidad a la que viaja la sonda
espacial (que es muchísimo más sencilla que una
nave espacial tripulada) Voyager 1 (que es el objeto de los
humanos del planeta Tierra que más se ha alejado del planeta Tierra, y sigue
alejándose –fue lanzado en 1977–, y actualmente viaja como a 17 kilómetros por segundo, y
para lograr esa velocidad se utilizaron combustibles normales –para cohetes– y algo de
la fuerza de propulsión que pueden dar los planetas, pero todo eso no da para
mucho –ni aun los métodos más exóticos de
propulsión posibles–… para lograr viajar en una
cantidad de años que no suene a locura se necesitarían cosas casi imposibles,
por la cantidad de energía requerida)? Más de
74 000 años.
Nagasaki
Había 2 (y en algunas fuentes se habla de 3) ciudades japonesas (Kokura y
Nagasaki) candidatas para ser la ciudad en
donde iba a ser lanzada la segunda bomba atómica de los humanos del planeta
Tierra, y la que se llevó el premio fue Nagasaki, Kokura se salvó, porque se
combinaron diferentes circunstancias, principalmente las del clima (nubes, y viento, que llevó humo de los incendios que se
desencadenaron en una ciudad cercana –Yawata–
que el día anterior había sido bombardeada), así que los aviones se fueron hacia Nagasaki, hacia los pobres
habitantes de Nagasaki (que era el objetivo
alternativo), que tuvieron que morir (o ser afectados) por cosas como
el clima, ¿y quién da el clima, qué acaso no se mueve ni la hoja de un árbol si
no es por la voluntad de Dios (en
varios lugares de la Biblia dice que Dios es el causante de todo lo bueno y de
todo lo malo, por ejemplo: en el capítulo 45 de Isaías, versículos 6, 7 y 8; o en el capítulo 3 de Lamentaciones, versículos 37 y 38; o en
el capítulo 4 de Éxodo, versículo 11)?, pero los japoneses también tenían cuentos, creían que
sus dioses iban a ayudarlos (ya los habían
ayudado en el pasado, como cuando los mongoles quisieron invadirlos, bueno, eso
creían ellos, y también creían que eran una nación divina), pero qué decepción se llevaron, fueron vencidos en una
guerra que creían que iban a ganar, porque así debía ser, porque sus dioses
eran los originales, los verdaderos, pero no, no eran, pero todos los que creen
en dioses piensan que sus dioses son los verdaderos, y son los verdaderos
mientras no se los desmiente la realidad, sólo con la realidad pueden ser
desmentidos los dioses humanos.
Las medicinas
Si siempre hubiéramos tenido medicinas
(pero medicinas efectivas, no medicinas
“alternativas”, medicinas alternativas que hemos tenido siempre, pero que no
pueden curar casi nada, medicinas alternativas que no pudieron evitar los
millones de muertes por peste bubónica, porque para esa enfermedad se
necesitaba un tipo de antibióticos que sólo empezaron a ser descubiertos a
partir de 1943) no hubieran tenido que morir
tantísimos millones de seres humanos.
Pero los humanos sólo somos lo que
somos, sólo unos animales más, sólo que con un cerebro más desarrollado, pero a
ese cerebro más desarrollado le toma algún tiempo poder darse cuenta de todo lo
que puede darse cuenta (incluida esta
explicación, de un mundo tan terrible, en donde inevitablemente siempre va a
haber víctimas).
¿Cómo podíamos saber que para poder con
la bacteria que causa la peste bubónica había que utilizar alguna tetraciclina (o cloranfenicol, o estreptomicina), o que para poder con la bacteria que causa la tuberculosis había
que utilizar isoniacida, rifampicina y pirazonamida?
¿Cómo podíamos saber cosas como ésas?,
imagínense a los perros o a las moscas (o a ustedes a la edad de un año) sabiendo eso, imagínense que los perros o las moscas fueran
capaces de poder obtener esos conocimientos, pues desde seres casi como ésos
venimos nosotros, desde por allá venimos, por eso hemos tenido tanta
ignorancia, por problemas de origen, porque las cosas son naturales (porque no hay un Dios creando al hombre tal cual es hoy. Y
la Biblia dice que el hombre fue hecho a “imagen y semejanza” de Dios. Pero el
cerebro de esa imagen y semejanza ignoraba tanto, no sabía que la lepra no es
una maldición de Dios, no sabía que la lepra puede ser curada con dapsona y
rifampicina, no sabía que la bacteria Mycobacterium
leprae, que causa la lepra, tiene mucho de semejanza con el animal Homo sapiens, o sea, con nosotros, los
humanos del planeta Tierra), nuestro cerebro y
nuestro cuerpo (pero en el principio es más
importante el cuerpo que el cerebro, porque en cuerpos primates fue en donde
pudo desarrollarse más el cerebro, fue por donde la vida terrícola llegó hasta
humano) salieron de la naturaleza, y fueron
desarrollándose casi a la par, se desarrolló (y
se culminó) la postura erecta, se desarrolló
la belleza, se desarrolló la resistencia a las enfermedades, pero no toda la
belleza, y no toda la resistencia a las enfermedades, porque empezó a
intervenir cada vez más el cerebro de tipo humano, que alteró cosas como eso de
la resistencia a las enfermedades, porque empezamos a tener más cuidados, más
limpieza (no mucha), y “casas” (aunque al
principio sólo fueran cuevas), empezamos a
alterar cursos naturales, en donde sobrevive sólo lo que sobrevive, lo más
adaptado.
Adán y Eva
Y voy a dar una prueba más de la
incoherencia del mundo de todos ustedes.
El cuento de Adán y Eva es un buen
ejemplo del mundo increíble de todos ustedes, un mundo lleno de ignorancia (y de mucha infelicidad), y de vicio, y de vileza, y de deformación, en donde
nuestros destinos son forjados, en donde las cadenas en que están todos ustedes
no permiten un respiro, por lo menos de bondad, un punto inicial de cordura.
Ustedes tienen un mundo increíble en
donde unos de ustedes dicen una cosa y otros de ustedes dicen otra (y en un lado está la gran
mayoría de ustedes, y en el otro lado están pocos de ustedes; y en un lado
están los más ignorantes de ustedes, y en el otro lado están los menos
ignorantes de ustedes; y en un lado están los que creen en Dios o en cosas como
ésa, como el tarot, o los fantasmas, y en el otro lado están los que ven al
mundo desde ciencia o desde filosofía materialista), y no pasa nada, el mundo de ustedes sigue, más o menos
igual, más o menos en unos cauces en donde se mantienen el daño, el mal, la
locura, y con algo de bondad, pero como de ciegos, como de tontos, como de
niños, que hacen lo que pueden, pero que no se dan mucha cuenta del mundo.
En ejemplos como el del cuento de Adán
y Eva es en donde se ve la inoperancia del conocimiento de ustedes (y a los que no creen en el
cuento de Adán y Eva parece que no les importa que la gran mayoría de ustedes
sigan creyendo en cuentos, han de pensar que en nada modifica al mundo el hecho
de que la gran mayoría de los humanos crean en cosas que no son. Y también
están las mentiras que ustedes tienen, con las que conviven, que los moldean,
que los perpetúan. Parece que todos ustedes están lelos, pero no es que estén
lelos, sólo están en una etapa de los seres de cerebro de tipo humano), porque las ignorancias increíbles en que están la mayoría
de ustedes pueden ser comprobadas (como por
ejemplo, que los seres humanos no somos creación de ningún Dios, sino que
venimos de la naturaleza, que somos naturaleza, sólo que un poco diferente,
pero que también las moscas son diferentes, y que incluso vuelan), pero no pasa nada, el mundo de ustedes (el mundo normal de todos ustedes) sigue como si nada, pero no es un mundo inocente, se pagan
precios, un mundo con tantos daños que tienen causas, pero la ignorancia y la
impotencia de ustedes tienen su explicación en lo que es el mundo, en cómo es
el mundo.
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CAPÍTULO 3 DIOS O NO DIOS
El mundo (es decir, la realidad, el ser, la naturaleza, todo) sólo podría tener 2 explicaciones: Dios, o no Dios.
Es decir, o el mundo sería producto de
una creación (de Dios, de un
Dios. Pero eso no se ve por ningún lado –no
hay ninguna prueba de que haya algo como eso–,
eso sólo está en las creencias, en la fe… eso sólo está en eso tan extraño, en
ese mundo tan extraño… en que viven todos los que son capaces de creer en cosas
así, pero son la gran mayoría de ustedes, más del 99 % de ustedes… Pero el
problema es que todos ustedes viven en ese mundo extraño, aunque no crean en
cosas que no existen)… o el mundo no fue
creado (por nadie… sólo alguien mágico podría
haber creado al mundo, porque la inteligencia –que
es lo único que puede crear -pero sólo puede
crear algunas cosas… y no a partir de la nada-– sólo es de la vida, y la vida sólo es una combinación
átomos no mágicos)… sino que el mundo es…
siempre ha sido (todo lo del mundo tiene
explicación. El mundo es de algún modo, pero ese algún modo no implica ningún
Dios, ningún creador, ningún ser o seres maravillosos, mágicos, misteriosos,
porque no los hay… Pero ésa sólo es la parte menos importante de la respuesta,
la parte más importante de la respuesta está en una inteligencia tan
increíblemente limitada como la de todos ustedes que no ve muchas cosas obvias
que hay y que incluso ve lo que no hay… la parte más importante de la respuesta
de lo que es el mundo está en los perros y en nosotros, porque el mundo sólo es
a través de seres como los perros y como nosotros, que tenemos cosas como los
ojos, y como el pensamiento… y a través de las cegueras de los perros y de
ustedes es como puede llegarse al fondo de todo),
es eterno (porque hoy es y no fue creado, y no
fue creado porque no hay ninguna cosa como un Dios), y es en incapacidades increíbles de inteligencia de ustedes (y
ahí es en donde el mundo está enredado, no sólo en un Dios imaginario, sino en
todo lo demás de ustedes –filosofía,
ciencia, política–, en todo lo demás en que
puede estar la inteligencia cuando ya puede entender mucho más que los perros,
pero que todavía está en una inteligencia limitada, muy incompleta).
Y el mundo no es de Dios, pero ese
mundo sin Dios nos lleva a un mundo cuyo único testigo es la inteligencia…
porque es de donde son las únicas cosas que pueden percibir al mundo, cosas
como los ojos, cosas como el pensamiento… pero los ojos y el pensamiento ven y
piensan de acuerdo a cantidades de inteligencia… y ahí es en donde se explican
los mundos en que están encerrados ustedes y los perros… y cuando a través de
las absurdidades de ustedes y de los perros es cómo alguien puede empezar a
armar este rompecabezas en que estamos, este rompecabezas que es el mundo.
No hay Dios, eso que ustedes llaman
Dios sólo es imaginación, ceguera, ignorancia, ignorancia increíble, ceguera
increíble. Pero un mundo sin Dios nos lleva a algo que tampoco entienden los pocos
de ustedes que no están tan ciegos, tan ignorantes, los pocos de ustedes que
por lo menos no ven lo que no hay (pero
el problema es, ¿por qué no ven más, por qué están en la misma situación de
ésos que ven lo que no hay?).
Porque un mundo que no es creación de
ningún Dios nos lleva a un mundo de puras cosas naturales, en donde nosotros
somos una de esas cosas naturales (sin culpas, sin
méritos), en donde lo nuestro no es
nuestro, sino del mundo, de los modos de ser del mundo (y en nuestra historia puede verse eso, nosotros venimos desde una
inteligencia casi como la de los perros, nosotros hemos tenido daños e
ignorancia que eran inevitables. Pero ustedes están increíbles, porque no han
entendido a un mundo que desde hace años –tal
vez más de 4 300 años– ya puede entenderse. Y
ustedes han logrado cosas, pero las cegueras en que todavía están todos ustedes
niegan esos logros, muestran que lo que ustedes han logrado sólo es porque así
se es en eso en que están ustedes), y en donde el
mundo no tiene sentido, porque no fue creado (porque fuera de seres como nosotros o de seres como los
perros el mundo no muestra voluntad, pensamiento, entendimiento, es decir, no
muestra elementos desde los que podría ser un Creador, un Dios, Dios… el mundo
no muestra espíritu, o espíritus, o cosas parecidas a eso: sobrenaturalidad… y
lo que sí muestra el mundo es mucha tontería en ustedes y en los perros), y en donde a ese modo de ser que hoy estamos repitiendo
nosotros aquí en el planeta Tierra sólo le queda irse, pero antes tiene que
arreglar su situación, tiene que poner orden en su mundo (tiene que liberarse de la ignorancia, del vicio, de la
vileza, de la irresponsabilidad, de la injusticia, de la desigualdad), y si quiere puede intentar permanecer, hasta que se convenza
de que es absurdo, porque el mundo no tiene sentido, propósitos (además de que siempre va a llegar un momento en que nada de
la vida va a poder continuar, porque va a ser desbaratada, en la continuación o
en la contracción de la expansión actual del universo), el mundo solamente es, y en su ser se dan cosas como las
piedras, cosas como los perros (y demás seres
vivos con excepción de los humanos), y cosas
como los humanos, pero esos humanos en la etapa en que están todos ustedes no
ven los elementos del mundo: que no hay Dios, que el mundo sólo es a través de
cosas como los ojos y como el pensamiento, que lo nuestro es natural, normal,
que ya ha habido otros como nosotros, infinitas veces, y que ellos tendrían que
haber entendido al mundo y al humano del mundo.
Lo Dios (lo espiritual)
Lo Dios sólo es creencias sin fundamento, Dios sólo es creencias que
no pueden sostenerse si se les somete a análisis. Y la no existencia de Dios
(y de todo lo que es como Dios: credulidad,
infantilismo) puede ser demostrada, pero para
eso se requiere conocimiento, tanto del que va a demostrar, como del que va a
oír (o a leer) la
demostración, porque si no, no funciona mucho, para entender tienes que
entender, pero si entendieras (aunque sólo
fuera un poquito), entonces no creerías en
Dios (y entonces por lo menos estarías en una
izquierda así: igualitaria y materialista… o en una ciencia así: no encerrada
en su torre de marfil), es un círculo vicioso,
pero de alguna forma hay que empezar a romper este círculo.
En la palabra Dios va incluido todo lo
espiritual y todo lo demás jalado de los pelos. En la palabra Dios va incluido
Dios, y el diablo, y los demás dioses, y los demás diablos, y la astrología, y
la “programación neurolingüística”, y la “dianética”, y las brujerías, y los
milagros, y la filosofía idealista, y las creencias de que los ovnis son naves
tripuladas por seres extraterrestres… y todas las demás cosas como ésas que
para creer en ellas lo único que se requiere es ser ignorante (pero sorpresa, la gran
mayoría de la humanidad cree en cosas como ésas),
por más que hayas leído (o que creas que has
leído), o por más que hayas ido a
“universidades” en donde se “estudia” astrología.
En lo Dios va incluido el diablo,
porque Dios y el diablo son del mismo cuento, el diablo sólo es “el Coco” del
cuento de Dios. Los que creen en Dios creen que lo opuesto de Dios es el diablo (el Mal), pero no, lo opuesto de Dios es lo real, lo que no es
cuento, lo que no es imaginación, lo que no es muchísima ignorancia.
Lo opuesto a Dios (y a todo lo
Dios, a todo lo que es como dicen que es Dios) es eso que algunos de ustedes (que entienden un poco más que la gran mayoría de ustedes) llaman materialidad (y el
término materialidad proviene de la palabra materia, pero no se refiere
exactamente a la materia –a lo corpóreo–, sino a la condición de material, a la condición de no
espiritual… a la condición de no tonterías),
es decir, que el mundo no es espiritual, es decir, que el mundo no es de
creación espiritual, que el mundo no es de creación de los espíritus, o de un
Espíritu, sino que el mundo no fue creado (que
el mundo es, que siempre ha sido, es el ser, es la realidad), y en ese mundo sin creador están los humanos, unos
humanos que son como los perros o como las piedras (unos humanos y unos perros que surgen de lo mismo de donde
surgen muchas de las piedras: de las combinaciones de los elementos químicos), sólo que diferentes, unos humanos que sólo son cosas,
sólo unas cosas más, unos humanos en donde hay la idea de Dios, unos humanos
que crean a Dios, unos humanos que inventan a Dios, unos humanos que imaginan a
Dios, unos humanos que pueden pensar que Dios es (pero afortunadamente no todos, porque si todos los humanos pensaran que
Dios es, que hay Dios, entonces sí que yo estaría en problemas, porque tendría
por delante un trabajo peor del que tengo: hacer entender un mundo que no tiene
Dios… pero también tengo que hacer entender un mundo que tampoco es como lo
piensa ninguno de los pocos de ustedes que alcanzan a pensar un poco más: los
de ciencia y los de filosofía materialista. Dios sólo es ignorancia, de
ignorancia, pero la ciencia y la filosofía materialista también son de
ignorancia, no sólo son ignorancia, pero también son de ignorancia, de ceguera,
de cegueras, de inteligencia limitada, como la de los perros. Las ignorancias y
conocimientos de ustedes están increíbles, y la gran mayoría de ustedes están
en muchísima ignorancia, y los pocos de ustedes que tienen un poco de
conocimiento de algo de lo verdaderamente trascendental lo tienen como de
oídas, pero son cosas del mundo, de ese mundo que a los perros los tiene como
perros, en la cantidad de conocimiento en que vive el perro, que se requiere
para vivir como perro, para funcionar como perro).
Lo no Dios
(lo no espiritual)
Lo no Dios es todo eso que no es como
Dios, todo eso que no es espíritu, espiritual, aparecidos, astrología, tarot,
creencias.
Lo no Dios es tomar al mundo desde lo
contrario a espíritus, y los espíritus pueden verse a través de la realidad, de
que no se ven espíritus por ningún lado, que los espíritus sólo se ven en los
cuentos humanos de siempre (que
nadie tiene pruebas, aparte de los cuentos humanos), ¿y cómo poder con los cuentos? Sólo con
la dura realidad, y con darse cuenta de todo lo demás de ustedes, de todas las
barbaridades de ustedes, de todas las inconsistencias de las afirmaciones de
ustedes. A Dios lo derrota la realidad y la ignorancia de ésos que creen en él…
y entonces queda un Dios sólo de fe, pero fe que no tiene nada que hacer frente
a la realidad, un mundo que no es así, un mundo que no se maneja por ninguno de
los caminos humanos (ni por
los caminos humanos más tontos –ignorancia, egoísmo, maldad, daño, mal–, ni por
los caminos humanos más cuerdos, bien –para todos y para todo–,
felicidad –para todos y para todo–, igualdad
máxima, justicia máxima).
Y entre lo no Dios están las leyes (físicas, naturales) y conjuntos de conocimientos (como la teoría de la evolución) de los
que se ha dado cuenta la ciencia, porque la ciencia se rige bajo el método
científico, en donde se admite sólo lo que puede probarse, medirse, someterse a
pruebas y más pruebas, y tiene que pasarlas todas, porque si no, no es
científico, y eso está bien, pero la ciencia se queda muy corta ante la
realidad, porque el mundo muestra mucho más de lo que la ciencia trata, el
mundo muestra ignorancia humana, injusticia humana, y el mundo también muestra
mucho daño gratuito (injusto, ante el que la
injusticia y demás cegueras humanas se
quedan pequeñitas), y el mundo también muestra
que no tiene sentido, objetivos, propósitos, el mundo muestra que es para nada,
el mundo muestra que en el mundo el único que piensa en sentidos es el humano,
un humano que intentó ponerle un Dios al mundo, y un humano que intenta vivir
al mundo desde ciencia o desde filosofía materialista, una ciencia y una
filosofía materialista no tan absurdas como Dios y la religión, pero que
tampoco son para aquí, para la realidad, una realidad que no es de lo que puede
idear el humano, el pensamiento humano sólo es
una cosa más de un mundo que no es como es el pensamiento.
Y lo no Dios llega hasta la muerte
colectiva (no de suicidios
individuales, como los de los suicidas verdaderos, o como los de los cerditos
valientes, cuyo sacrificio ha sido casi de suicidas) de la humanidad, todas las
humanidades terminan renunciando a lo que son, porque el mundo no tiene sentido
(sólo algo como Dios le hubiera dado sentido al mundo), las humanidades terminan yéndose porque aquí no hay lugar
para ellas, para como son ellas, para cómo se es desde pensamiento como el del
humano cuando ese pensamiento ya no está en tontería (el pensamiento del perro no tiene ningún conflicto con el
mundo, igual que la mayoría de todos ustedes hasta hoy).
Lo no Dios en el nivel en que lo tienen
ustedes (algunos de ustedes, sólo
algunos de ustedes, muy pocos de ustedes. Porque la gran mayoría de ustedes
están en lo Dios, creen en Dios, o en el diablo, o en el tarot… y más cosas
como ésas) también está en tontería, porque lo
no Dios llega hasta la renuncia de las
humanidades, hasta la renuncia de toda humanidad (nosotros los humanos del planeta Tierra, sólo somos una humanidad más) que se da aquí (en el
mundo, en lo único, en el todo).
O
cuando mucho llega hasta justicia, hasta la mejor sociedad humana de igualdad y
felicidad que pudiera inventarse, una sociedad humana en donde no hubiera más
tontería que la de intentar permanecer en un lugar como éste (en un lugar en donde no hay sentido, y en
donde una y otra vez la vida en su conjunto es detenida, cortada, porque el
universo tiene procesos de ser –actualmente
está en expansión– y siempre
llega un momento en que no puede seguir albergando a la vida que en él puede
surgir), ya no habría ricos y pobres, ni vicios,
ni vilezas… ni demás tonterías y daño evitable (y ya no habría bellos y feos, fuertes y
débiles, sanos y enfermos, inteligentes y tarados, felices e infelices. Porque
con la clonación ya se habrían quitado casi –porque
los clones no son 100 % iguales– todas las
diferencias, todos los hombres serían casi iguales, todas las mujeres serían
casi iguales. Pero todavía habría problemas, como el envejecimiento y la
muerte).
Lo no Dios sólo es el mundo (o sea, todo, todas las
cosas, que son, que hay. Y si tengo que ser tan repetitivo es porque cuando uno
lee se le escapan muchas cosas, e intento que de tanto remarcar y remarcar al
mundo a ustedes les quede muy claro todo lo que tienen que entender, todo lo
que hoy no saben del mundo, todo lo que no pueden ver, todo lo que no han
podido ver, no obstante que también tienen ojos, pero es que no es tan
sencillo, en esto del entender hay algunos factores, como el conocimiento que
se adquiere, y como la inteligencia con que se nace, pero la mayoría de ustedes
no entienden mucho, porque no pueden darse mucha cuenta, ¿y la inteligencia?,
pero el asunto es que la mayoría de ustedes nunca han entendido mucho, y en la
escuela no todos resaltan, sólo algunos, y yo puedo saber de mí, de que también
se me van muchas, pero también sé que con lo poco o mucho que tengo fue
suficiente para que siempre existiera una gran diferencia entre todos mis
compañeros y yo –y los poquitos que se me
acercaban un poquito eran los que ustedes llaman inteligentísimos–, yo siempre era el que sabía más, no obstante que todos
recibíamos la misma enseñanza, las mismas enseñanzas, en la escuela, en la
casa, en la calle, en la tele) agarrado desde
no Dios. El tomar al mundo desde no Dios sólo es porque al mundo no se le ve
Dios, el tomar al mundo desde no Dios sólo es porque se ve que Dios sólo está
en la ignorancia de los que creen en eso. Un Dios que está en lo peor en que
podría estar, en la ignorancia y no en la realidad. Un Dios que está al revés
de cómo debía estar.
Pero lo Dios sólo es ignorancia
Pero el problema es que los humanos
caen no sólo en ideas de un Dios inexistente, sino que los humanos también caen
en todo lo demás de una inteligencia todavía muy incompleta, y por eso el Dios
humano puede sostenerse, como hasta hoy. El humano tiene problemas aún más
grandes que Dios, y por eso no puede con Dios, con la ignorancia profunda que
significa Dios, y por eso ustedes no han podido entender al mundo, y por eso
ustedes están en los problemas en que están, en problemas de cordura, de
entendimiento.
Los problemas de ustedes están en la
inteligencia de todos ustedes, e inteligencia es lo que son ustedes,
inteligencia es lo que somos nosotros los humanos, los humanos somos
inteligencia hasta el nivel humano (y
los chimpancés y las plantas son inteligencia de nivel perro, hasta como el
nivel perro), pero en todos ustedes esa
inteligencia humana todavía está a medio camino (porque
todavía les faltaba un poquito más de inteligencia), y por eso es que ustedes hoy son lo que son, por eso es
que están como están, en ignorancia y maldad (y
la maldad podrían atribuírsela al diablo, o al humano, pero a quién van a
atribuirle la ignorancia).
Y yo digo que no creen en Dios los que
de entre ustedes no están tan ignorantes, y ésos que de entre ustedes no creen
en Dios tampoco creen en ninguna cosa parecida a Dios (como la brujería, o la astrología, o los fantasmas), y yo digo que los que no creen en Dios están en materialidad
(sólo pueden estar ahí, porque sólo hay 2 opciones en
el mundo, materialidad o espiritualidad, que el ser sea material, o que el ser
sea espiritual, de espíritus, con espíritus),
entendiendo el mundo desde materialidad, no desde espiritualidad (y espiritualidad es simplemente creer que hay algo así,
creer que hay espíritus, o Espíritu, o sea, Dios, o sea, astrología, es decir,
astros movidos no por fuerzas naturales, sino por una espiritualidad que llena
al universo, que gobierna al universo). Y esos
de ustedes que no ven el mundo desde Dios son los que están en filosofía
materialista (o muchos de los que están en
ciencia)… y en la necesidad de una revolución
izquierdista que pueda solucionar los problemas de los seres humanos
materiales. Y los revolucionarios marxistas creen en un determinismo casi como
el de Dios, creen que en el mundo hay sentido, objetivos, creen que en el
humano y en el universo sólo hay progreso y más progreso (pero es que Carlos Marx tenía ideas bastante primitivas del
ser… y los que han creído en sus ideas sólo repiten como periquitos ese
evangelio). Y eso parece muy ciego, pero la
ciencia está aún más ciega que eso, y ni siquiera se ocupa de la justicia, la
ciencia también cree en el progreso, pero la ciencia sabe que no hay progreso
indefinido, porque algún día los humanos no podrán continuarse, porque algún
día todos los seres vivos van a ser desbaratados, y ahí se cortarán todas las
necedades de los humanos del planeta Tierra.
Los asuntos humanos no se agotan en un
Dios, sino que los asuntos humanos se agotan en un mundo que es sin Dios,
porque el que no haya Dios condena a los humanos (porque entonces el mundo es solo –y sólo es a través de la inteligencia, sólo es porque hay inteligencia
y porque la inteligencia llega hasta ojos y pensamiento, pero hasta hoy aquí en
el planeta Tierra la inteligencia sólo había visto y pensado a través de ojos y
pensamiento como los de los perros y como los de todos ustedes–), y por eso las humanidades no son por mucho tiempo, por eso no han
venido extraterrestres a visitarnos, porque seres como los humanos pueden
llegar a navegantes, a exploradores, a conquistadores, a turistas, pero no a
astronautas durante mucho tiempo, sino sólo mientras su destino (la explicación del mundo) no los alcanza. Y hasta hoy no han venido
extraterrestres a visitarnos, es decir, humanos extraterrestres, porque los
perros (o los chimpancés), terrícolas o extraterrestres, no pueden
mucho. Y pudiera ser que si no han venido a visitarnos humanos extraterrestres
es porque nosotros somos la primera humanidad de esta galaxia Vía Láctea, o
porque somos de las primeras humanidades de esta galaxia y las otras
humanidades todavía no han podido alcanzar nuestro planeta. O puede ser porque
las humanidades son como estoy diciéndoles y entonces las humanidades renuncian
a andar de astronautas, porque se dan cuenta de cómo es el mundo, y se van.
Porque hasta hoy no hay pruebas de seres inteligentes extraterrestres (ya sean humanos, o dioses), por más que los creyentes de los ovnis digan que en los
dogones (una etnia –o raza– de África, allá
en Malí, Malí está al sur de Argelia, Argelia está al sur de España) o que en los mayas (una
etnia –o raza– de América Central) hay pruebas (unas pinturas, unos relieves, unas pinturas de gente como
con una especie de casco –en el caso de los
dogones–, un relieve con un maya en una
posición como de piloto, como de piloto de algo parecido al panel de control de
un avión. Y asuntos como el de Dios o como el del tipo de extraterrestres en
que creen los creyentes de los ovnis nos llevan a un mundo de puros enredos de
ignorancia, o de desfachatez) de actividad
extraterrestre, hasta hoy los creyentes en los ovnis están igual que los
creyentes en Dios (eso de los ovnis es como lo
de Dios, creencias, sólo creencias, sólo absurdos, si a los creyentes en Dios
queremos entenderlos, tenemos que entender también a los creyentes en los
ovnis, porque si no, no podemos con tantas creencias de los humanos, aunque
sean de buenas intenciones, como algunas de las creencias en Dios, o de total
ignorancia como todas las creencias en Dios y como todas las creencias en los
ovnis). Las humanidades son en tanto no saben
al mundo… el conocimiento de cómo es el mundo (a
través de inteligencia y de cantidades de inteligencia) pierde a los humanos, porque los condena (porque se dan cuenta de lo que es el mundo, sólo física y
química, sin sentido, sin propósitos, sin razones, de ser, para ser, de por qué
ser, y ni siquiera pueden engañarse inventándose una vida, porque algún día se
va a desbaratar todo lo de la vida, una vida que sólo es una cosa química, de
un universo físico, que actualmente está en expansión, y que sólo ahí es en
donde pueden ser –producirse– las cosas como nosotros –y
como los perros -y como las estrellas y sus
planetas-–,
pero que ahí mismo –en la continuación o en
la reversión de la expansión– son desbaratadas), por eso hasta hoy el conocimiento no los había condenado
a ustedes.
Y si Dios nos hizo a su “imagen y
semejanza”, entonces por qué nos dotó de aparato digestivo (de boca, de esófago, de
estómago, de intestinos, de ano), qué acaso él
tiene aparato digestivo, qué acaso él come, y defeca, en cosas así se ve al ser
humano que está detrás de Dios. El Dios del humano tiene mamas (como el humano, como el perro, el humano inventó a un Dios
del tipo de los animales mamíferos), pero no
tiene ombligo. El humano terrícola creó a un
Dios a imagen y semejanza del humano terrícola, y a imagen y semejanza del
humano terrícola que fue posible, del humano terrícola que hoy es, porque si
los dinosaurios no aviares no hubieran sido extinguidos pudo haber habido un
humano terrícola del tipo de los dinosaurios no aviares, y el nuestro ya jamás
hubiera sido, un humano dinosaurio que hubiera creado a Dios a su imagen y
semejanza: sin mamas, sin pelos, sin menstruación, con cola (si es que no la hubiera perdido en la larga historia de la
evolución, y nosotros no tenemos cola, en algún momento se perdió, pero ese
momento fue hace mucho, porque ese rasgo también les quedó a los chimpancés, a
los gorilas, a los orangutanes y a los gibones, y si ese dinosaurio hubiera
conservado la cola, hubiera sido interesante ver a su Dios también con cola), con la imagen espejo que son un humano y su Dios (y Dios debe ser terrícola, porque la imagen y semejanza de
nosotros está modelada de acuerdo a la fuerza de gravedad y a otras condiciones
que hay en el planeta Tierra. Los que creen en Dios viven en un mundo muy
ingenuo, muy infantil, muy sencillito, no ven tanto que hay que ver, para poder
entender, pero eso hoy no lo ve ninguno de ustedes, ni los niños de 6 años de
edad, y ni los niños de 66, y algunos de esos niños de 66 ya saben que la
cantidad de fuerza de gravedad que hay en el planeta Tierra tiene mucho que ver
con la forma de nuestros cuerpos, pero esos niños de 66 no ven más cosas, no se
les ha enseñado, y ellos no han podido extraer más mundo de todo lo que se les
ha enseñado, y de todo lo demás que han aprendido, de todo lo demás que se
aprende al vivir, al ver y ver al mundo, y a su humano). Y los diferentes humanos que se den en la eternidad del
mundo más o menos se parecerán en el aspecto externo, pero serán exactamente
iguales en las capacidades de pensamiento.
Y Dios también tiene boca (pero a él la boca no le
sirve para comer, sino para hablar, y tal vez hasta para besar), y por eso nos dio boca a nosotros (pero también le dio boca al perro, al perro que no habla,
pero que ladra, pero que no besa, pero que come, que tiene que comer, porque
así se sustenta la vida en ese nivel de la vida),
y la boca no sólo nos sirve para comer, sino también para hablar, pero la boca
no fue hecha para hablar, la boca fue hecha, se hizo, se produjo, para que
algunos seres vivos pudieran alimentarse por ahí, y después la boca también
sirvió para que una parte de la vida pudiera emitir sonidos, o gruñidos (como los de los humanos antes de que pudieran hablar), o ladridos, o chasquidos, o cantos (como los de las aves), y
palabras, la boca también sirvió para hablar, y la boca también sirve para
escupir, como escupimos nosotros, y las llamas, y las alpacas, y los camellos
(y las llamas, las alpacas y los camellos pertenecen a
la familia de los camélidos), y luego la boca
también sirvió para besar, nosotros besamos, y creo que los bonobos también
besan. Y los bonobos (también llamados
chimpancés pigmeos) pertenecen a la familia de
los homínidos, y a esa familia también pertenecen los chimpancés, los gorilas y
los orangutanes, y nosotros. Y nosotros también pertenecemos al orden de los
primates (como los lemures). Y nosotros también pertenecemos al superorden de los
euarcontoglires (como los ratones y los
conejos). Y nosotros también pertenecemos a la
clase de los mamíferos (como las vacas). Y nosotros también pertenecemos a la superclase de los
tetrápodos (como las ranas). Y nosotros también pertenecemos al subfilo de los
vertebrados (como los peces, como todos los
demás peces, y nosotros descendemos de peces sarcopterigios). Y nosotros también pertenecemos al superfilo de los
deuteróstomos (como las estrellas de mar, a
este superfilo pertenecen los animales a los que en las etapas iniciales de su
desarrollo embrionario se les forma primero el ano, la boca se les forma
después). Y nosotros también pertenecemos al
reino animal (como todos los demás animales). Y nosotros también pertenecemos al dominio eucariota
(como los hongos, como las plantas. Y los animales
estamos más emparentados con los hongos que con las plantas). Nosotros los humanos terrícolas estamos atados a la
cadena de la vida terrícola, nosotros los humanos nos explicamos dentro de la
cadena de la vida, nosotros los humanos no nos explicamos dentro de la creación
especial de un Dios, nosotros los humanos sólo somos unos animales más (unos peces más, unos mamíferos más, unos primates más), y los animales son la parte de la vida que puede ir más
lejos, los animales son la parte de la vida que puede llegar a producir cosas
como nosotros, los seres que crean a Dios, que inventan a Dios, que se
complican con Dios, y con todo lo demás que se parece a Dios, o sea, cosas como
el diablo, cosas como la astrología, cosas como la brujería, pero aún más, a
esos seres se les complica el entendimiento no sólo hasta el punto de que crean
que existe Dios y la brujería, sino que el entendimiento se les complica hasta
el punto de caer en un conocimiento científico y en un conocimiento filosófico
que no son capaces de poder con Dios o con la injusticia, el único lugar de
ustedes desde donde se intenta enfrentarse a Dios y a la injusticia (y a la violencia, y a los vicios, y a la maldad, y a la
desigualdad) es por el lado de esos
revolucionarios izquierdistas que ubican algo de lo que es Dios y de lo que es
la injusticia.
Y el asunto es muy sencillo: si hay
Dios, entonces el mundo es de Dios, y si no hay Dios, entonces el mundo no tiene
ningún sentido, es para nada, sólo es física y química (e inteligencia, como la de ustedes y como
la de los perros, inteligencia que hace mundos). Y lo que yo digo es que no hay Dios, lo que yo digo es que Dios no es, lo
que yo digo es que Dios sólo está en la peor ignorancia de todos ustedes, pero
yo también digo que el entendimiento que
alcanzan los que de entre ustedes entienden más también está muy corto, porque
no ven qué es lo que pasa si no hay Dios, no ven cuáles son las conclusiones de
un mundo visto desde sin Dios (pero si ni siquiera ven lo que está detrás de Dios y de la
injusticia, pero es parte del mismo problema, la incapacidad en que están todos
ustedes no les permite ver los problemas más evidentes de los humanos, mucho
menos los asuntos más profundos del mundo).
Pero lo no Dios llega hasta la falta de sentido del mundo (y entonces los
humanos nos quedamos sin nada)
Un mundo que no es de Dios es un mundo
sin sentido (es un mundo solo, que
es de nada, que es para nada, es un mundo “natural”, es lo natural, la
naturaleza, el ser, la realidad), porque sólo Dios, o algo como Dios, le daría sentido al mundo, le
daría objetivos, propósito, dirección, el mundo sería para algo. El que el
mundo no sea de Dios (o de algo
como Dios, algo capaz de crear, algo con voluntad, con ideas… algo inteligente,
pero la inteligencia sólo es de la vida, de una vida que no siempre es, de una
vida que sólo es de química, química que es de física, y que está sujeta a los
modos en que es la física) impide
que los seres como nosotros puedan hacer una vida aquí, porque, por qué
viviríamos, para qué viviríamos (la vida sólo es una cosa química que vive, que sobrevive. Pero en la
vida es en donde se produce la inteligencia, y la inteligencia es el único
lugar desde donde el mundo es visto, pensado, entendido, malentendido).
Lo no Dios lleva a los seres humanos
hasta un final, porque un mundo sin ninguna de las características de Dios (un mundo que no tiene
ninguna de las características del humano, del humano que está detrás de Dios,
del humano que crea a Dios, y que lo hace como es el humano, sólo que muchísimo
más grande, infinitamente más grande, Dios es humano, Dios es del humano, pero
el mundo no es del humano, el mundo no es humano, el humano es el que es del
mundo, pero hasta hoy todos ustedes han tomado al mundo al revés, irreal: o
creación de un Dios, o universo que puede ser investigado, explorado,
explotado. Pero en el universo se puede ser, se sea feliz o infeliz, despierto
o dormido, vivo o muerto, inconsciente o medio consciente, pero no sí se es
consciente) nos deja sin nada, porque no
podemos engañarnos (a pesar de todo el daño que
ya hemos tenido –y que debería de darnos
pistas de lo que es todo esto–, porque algún
día terminaría este engaño, porque algún día ninguna vida va a poder seguir –no sólo la vida humana–,
porque va a ser desbaratada, porque se ha producido en una expansión de
universo y esa expansión sólo puede seguir y seguir o dar para atrás,
contraerse) con el bien, con el amor, con la
justicia, con la igualdad, con la felicidad (con
la satisfacción de las pasiones humanas, una satisfacción de pasiones que al
tener que ser para todos tendría que ser regulada), porque el mundo no es así, el mundo de no Dios es casi
nada, y ahí nosotros sólo somos unos perros más, sólo unas piedras más, pero
los perros y las piedras no pueden saber lo que son, ellos son otro mundo, otra
realidad, otras cosas, ellos son en el mundo como es el mundo, sólo ser lo que
se es, sólo ser lo que es, sin preguntas, y por eso sin problemas, sin los
problemas que puede ver el pensamiento cuando ya no está tan incompleto.
Un mundo que no es de Dios es un mundo
que sólo es a través del pensamiento, desde pensamiento, desde las ilusiones
del pensamiento, desde los errores del pensamiento, desde los errores en que
puede caer el pensamiento, desde los problemas del pensamiento… en seres como
nosotros el mundo es alterado por el pensamiento, por un pensamiento que puede
pensar muchísimo más que el pensamiento del perro.
Y tendríamos que irnos porque aquí (en el mundo, en lo único) no hay lugar para nosotros. Y podríamos intentar ser, pero
no deberíamos, porque además de ser tonto, sin sentido, innecesario, inútil,
nos meteríamos en complicaciones, continuaríamos algo que no tiene por qué ser
continuado, hambres (necesidades, deseos) que no tenemos por qué provocarlas, causarlas, crearlas,
hacerlas, producirlas, seguirlas produciendo, que se sigan produciendo. Y no
seríamos justos, con los que sólo han venido a joderse, y han sido muchísimos,
y somos muchos aún hoy, y todavía habría muchos, porque no podríamos lograr una
situación de no tanto problema (de no tanto
problema dentro de los problemas del mundo, dentro de la terribilidad del
mundo, dentro de la falta de sentido del mundo, dentro de la inutilidad del
mundo, dentro de la completa inutilidad de todo lo que hagamos, porque algún
día esta vida que surgió en el planeta Tierra no será) de la noche a la mañana, sería tonto (sería absurdo, porque sabríamos que algún día sería
desbaratada, en los modos de ser del universo),
porque el sacrificio sería inútil, innecesario, que sólo se justifica el
sacrificio cuando es para algo, cuando tiene sentido (cuando se espera algo, cuando se va hacia algo). Dejemos que la inconsciencia sea, dejemos que lo que no
es capaz de redención sea, porque también los perros sienten, pero es
diferente, no sienten tanto, pero al final nosotros y ellos no sentiremos nada,
no sabremos nada, no seremos nada (será como si
nunca hubiera habido humanos y perros del planeta Tierra), pero hoy nosotros ya podemos saber de todo esto, de esta
película terrible de nosotros y del mundo.
Un mundo de no Dios nos condena a la
renuncia. Pero no nos obliga, no puede obligarnos, quien nos dice de esta
condena es nuestro entendimiento. Y nosotros no somos libres, pero aquí
podríamos ser (pero no por siempre,
porque algún día terminaría todo para nosotros, algún día no quedará nada vivo de esta vida que surgió en el
planeta Tierra), si lo quisiéramos, si lo decidiéramos,
porque nadie está corriéndonos. Yo sólo estoy explicándoles el mundo, hasta
dónde llega todo lo que yo veo.
Pero por el momento tenemos tareas más
urgentes, más inmediatas: detener la tontería, tanta tontería, tanto mal, tanto
daño que hoy tenemos. Y ya después (en 30, o en 300 años) se
verá lo demás (Pero los humanos del planeta
Tierra no somos la única humanidad, atrás de nosotros –en la eternidad que ya ha pasado antes de este hoy de
nosotros–, ya ha tenido que haber habido
millones de millones –billones de billones,
trillones de trillones, cuatrillones de cuatrillones…la eternidad no tiene un
límite– de humanidades, nosotros no somos los
únicos que han llegado hasta este dilema del mundo).
Y en caso de que (después) se optara por la renuncia (por
la muerte, de todos, y al mismo tiempo), ésta
tendría que planearse muy bien.
Pero en caso de que decidieran quedarse
(pero más bien, sólo estarían posponiendo
el final) van a tener que
vivir en una completa justicia, es decir, en una completa igualdad, y la
igualdad llega hasta la igualdad de los cuerpos (todos los hombres tendrían que ser iguales en cara y cuerpo, y también
las mujeres), y no tendrá que
haber dinero, ni negocios, ni lujos, ni propiedad privada más allá de las
pertenencias más personales, ni fronteras, ni gobiernos como los que tienen, ni
educación como la tienen, ni abogados, ni barrenderos, ni cárceles, ni armas,
ni ejércitos, ni policía, ni vigilantes, ni mascotas, ni vicios, ni deportes
tontos, ni diversiones tontas, ni desperdicio de recursos naturales, ni trabajo
innecesario, ni nada de tontería, ni de maldad, van a tener que organizar la
sociedad para que no haya necesidades, y con el mínimo tiempo de trabajo, van a
tener que estudiar más al cuerpo humano, para luchar contra la enfermedad,
contra el envejecimiento… en pocas palabras: van a tener que ser todo lo mejor
que puedan ser, y no va a tener que haber nada que no deba ser. Y qué difícil
va a ser hacer todo esto, evitar lo más que se pueda todo problema, y ya
ustedes se irán dando cuenta de todo lo que significa eso.
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CONCLUSIÓN
El mundo es, pero el mundo sólo es a
través de inteligencia… ahí está el lío (el atado,
el paquete, el fardo) del mundo… El mundo es (hay un mundo… hay cosas… que sólo se exteriorizan porque también
hay cosas como los ojos y el pensamiento… pero independientemente de cosas como
los ojos y el pensamiento habría un mundo, y sería como es… sólo que no habría
seres como nosotros y los perros que pueden ver y pensar, a lo que es, a lo que
hay, al mundo… seres como nosotros y los perros no afectan en nada al mundo que
es… absolutamente en nada… esas “paradojas” del observador y de lo observado de
la mecánica cuántica sólo son tonterías), pero el
mundo sólo es de inteligencia, sólo es porque hay inteligencia (de ahí son las cosas como los ojos y el pensamiento que pueden ver
y pensar), pero la inteligencia es de
cantidades de inteligencia, o sea que el mundo es de cantidades de
inteligencia, según cantidades de inteligencia… ahí está el enredo del mundo… Y
ya lo demás del mundo es más fácil: el mundo es solo (porque hoy es y no fue creado… porque no hay creador, no hay
ninguna cosa como ésa, no hay ninguna prueba o indicio de que haya algo como
eso), el mundo es eterno (porque hoy es y no hay creador), el mundo no tiene sentido (es para
nada… porque no fue creado, ideado), el mundo tiene
destrucciones periódicas (por eso no hay
ni rastros de las innumerables humanidades que ya ha habido en un mundo que ha
sido desde siempre) y el mundo sólo tiene 3
tipos básicos de seres (y lo que los define es la
vida y las capacidades de inteligencia: seres como las piedras –seres no vivos–, seres como los perros –seres vivos con menores capacidades de inteligencia que los
humanos– y seres como los humanos –seres vivos con una inteligencia que ya puede llegar hasta
inteligencia verdadera… pero la de todos ustedes todavía no es así, es mayor
que la de los perros, pero todavía es como la de los perros: parcial, ciega… y
ahí está el problema del mundo–).
El mundo es, pero sólo la inteligencia
puede percibirlo, pero la inteligencia no es la gran cosa, casi no puede nada
frente al mundo, pero sí puede mucho en nosotros, porque es la que dice al
mundo, y la inteligencia increíble (limitada, pero
natural, normal, inevitable) de
todos ustedes (la cantidad de inteligencia que
el humano tiene cuando está en la etapa en que están ustedes, o sea que no sólo
es de ustedes –los humanos del planeta
Tierra sólo somos una humanidad más–, no se
envanezcan, de todo lo bueno que hay hoy en el mundo humano, sino que vean
hacia todo lo malo, y hacia todo lo tonto, que hay hoy en el mundo humano,
porque ése es el punto que pone al humano en su exacta medida, sólo un perro –sólo una piedra–, sólo
que diferente. Y los humanos –y los perros– sólo somos lo que nuestras capacidades de vida y de
inteligencia nos hacen ser) es la que hasta
hoy había dicho al mundo aquí en el planeta Tierra.
Y sólo Dios (o cualquier otra cosa sobrenatural, la más mínima cosa
sobrenatural, la más mínima prueba de mundo sobrenatural) haría la diferencia, porque pondría al mundo en otra
dimensión (y entonces yo tendría que callarme), y ahí la ignorancia y el conocimiento de todos ustedes (y de los perros) tendrían
la razón, como hasta hoy (a pesar de que todas
las evidencias están en contra del mundo que todos ustedes –y los perros– ven,
creen, pero todos ustedes están enceguecidos, y la mayoría de ustedes están muy
ignorantes, e irresponsables, estamos como en una trampa, pero sólo son los
modos de ser de la inteligencia, ojalá se pudiera preguntarle a los perros qué
es lo que ellos entienden del mundo… desde sus capacidades de inteligencia… y
hacerles ver sus cegueras y afanes necios, que para ellos lo son todo).
Pero el mundo no tiene sentido, porque
no fue creado (porque no se ve ningún creador –ningún Dios–, y lo que sí se
ve es muchísima ignorancia en los que creen en tal cosa –o en cosas como ésa: en cuentos–, y son la gran mayoría de ustedes), pero los perros ni lo sospechan, y hoy todos ustedes todavía ven
al mundo con ojos como los de los perros, con ojos muy inconscientes, con ojos
como programados (programados con muy poca
inteligencia… porque todo lo de nosotros y lo de los perros es de seres
programados… pero la inteligencia puede llegar hasta entender en verdad… y eso
es lo más raro –increíble–, para algo que sale –que parte,
que surge– de “instintos”, de condicionamientos) para sólo darse cuenta de determinadas cosas (y por eso tienen tanta tontería, como las leyes con las que tratan
y han tratado de enmarcar religiosa o civilmente al mundo –a un mundo que no tiene ningún sentido, y en donde sus cosas
son en modos de ser–, como en el asunto de la
criminalización de la homosexualidad, de una homosexualidad que sólo es
aparente, una homosexualidad que sólo es intersexualidad, una intersexualidad
que es resultado de desórdenes con los que nacen los “machos” y las “hembras”
de los organismos que se reproducen sexualmente, muchísimos de esos machos y de
esas hembras no son 100 % machos o 100 % hembras, y en los humanos el ejemplo
más visible de eso son ésos que ustedes llaman homosexuales, y que le causan
problemas a “instituciones” como la del matrimonio. Y son más de 50 los
diferentes tipos de desórdenes que producen alteraciones en el desarrollo
sexual de los “hombres” y de las “mujeres”, los seres humanos no somos seres
humanos a secas, somos hombres, o mujeres, o con partes de ambos, unos hombres
y unas mujeres que pueden ser hombres o mujeres al 100 %, o muy cercanos al 100
%, pero que también pueden tener grandes porciones del sexo contrario, pero
nadie elige nacer como nace –nadie elige
nacer pareciendo “homosexual”, pero una vez que pasa ya no queda sino
aguantarse o matarse, u operarse, pero no siempre hubo la tecnología para eso,
pero ni aun las operaciones pueden corregir toda la deformación, quedan muchas
marcas, de un mundo, que no es que sea malo, sólo es difícil, ciego, sin
corazón, porque así como en él hay belleza también hay fealdad, y sólo los
ciegos, o los suertudos, no pueden darse cuenta de tanta desigualdad, de tanta
injusticia, de tanta complejidad. Nadie elige nacer a problemas, nadie elige
nacer feo, nadie elige nacer débil, nadie elige nacer enfermo–, y en las mezclas más paradójicas es en donde pareciera que hay
eso que ustedes llaman homosexualidad, pero la homosexualidad no existe, que
los exteriores no nos engañen, sólo hay heterosexualidad, los gais y las
lesbianas son heterosexuales –los
“afeminados” en realidad son mujeres, y las “machorras” son hombres, nada más
que con el cuerpo alrevesado–, no son
homosexuales, “ellos” y “ellas” son una mezcla de hombre heterosexual y de
mujer heterosexual, pero sus ganas sólo son unas, no hay bisexualidad. Y muchos
de los que por fuera se ven como hombres o mujeres “normales” podrían ser gais
o lesbianas… pero pueden mantenerlo en secreto, porque sus cuerpos o sus
maneras no los delatan… Y el matrimonio es un invento de los humanos cuando
están tontos, eso del matrimonio es un buen ejemplo para restregarles la clase
de mundo que creen vivir ustedes. Y querer hacer aquí la igualdad máxima que
pudiéramos hacer –en un mundo como éste, el
único, en lo único que es, pero en donde no hay sentido, en donde todo es
completamente inútil, en donde nada importa–, no sólo la económica –que es lo
primero que vamos a tener que hacer–, también sería
una necedad).
No se puede arreglar a los humanos, ni
siquiera clonándolos (para que casi –porque los clones no son 100 % iguales– no hubiera ninguna diferencia de hoy en adelante, más que las de
entre hombre y mujer –para que no hubiera feos,
ni enfermos, ni tontos–), porque el mundo no tiene sentido (sólo podría haber 2 tipos de mundo: o el mundo sería de alguien –de un Dios–, o el mundo
sería solo, y es solo –porque los hechos así lo
muestran–, y un mundo solo no puede tener
ningún sentido, porque no es de planes, de ideas, no hay ninguna voluntad
detrás de él… Un Creador implica inteligencia, y esa inteligencia se vería en
el mundo, pero sólo se ven humanos tontos, y perros tontos, y moscas y
mosquitos tontos y latosos… y asteroides –o
cometas–, que obedeciendo a fuerza de
gravedad física pueden caer en planetas, y exterminar dinosaurios tontos, que
tal vez incluso amaban. Y el amor sexual tampoco es la gran cosa, el amor
sexual sólo es una cosa más que le funciona a la vida, para su persistencia –mientras hay las condiciones para que esa vida pueda seguir
siendo–, uno no se enamora porque quiere,
uno se enamora porque el amor sexual es una fuerza natural exitosa, el amor
sexual no es de cuento de hadas, es de impulsos animales), es para nada, y es completamente inútil (y por eso no se puede pensar en una vida de igualdad hasta la
clonación para las generaciones futuras, porque puede verse que lo que somos
está atado al universo, y que el universo no siempre puede albergar vida,
porque el universo no es una cosa inmóvil, porque actualmente se está expandiendo,
porque esa expansión tuvo un inicio, porque en esa expansión se ha producido
todo lo que vemos hoy, porque esa expansión sólo puede seguir y seguir o
revertirse, va a disgregar y disgregar o va a aplastar… los humanos –y los perros, y las estrellas, y los planetas– son unas cosas que una y otra vez se producirán –porque hoy son y no los creó ningún Dios, porque no hay ninguna
prueba de tal cosa–, y que una y otra vez serán
desbaratados… pero los humanos del planeta Tierra jamás volverán a ser), pero tampoco se puede dejar que sigan siendo como hasta hoy.
Por lo pronto hay tareas, hay que
enfrentarse a la pobreza, a la estafa, a la injusticia, a la desigualdad (más primaria), a la
ignorancia (más cavernícola), a la irresponsabilidad (más infantil), a la maldad (a toda la
maldad), hay que enfrentarse a un mundo
humano gobernado con los pies de los más vivillos, que sólo son unos pobres
tontos más del promedio (o casi del
promedio, porque en algunos gobiernos también hay izquierdistas, que, por lo
general, están un poquitito por encima de la tontería promedio), que se amparan en una mayoría muy ignorante que vota (cuando ya hay ese cuento de la democracia electoral, pero las
cadenas de ignorancia y poder vienen de mucho más atrás, de cuando ni siquiera
había dictadores o reyes, vienen de esas peleas de perros en donde la fuerza
bruta decide, condena, y hoy esos modos de la naturaleza sólo están sutilizados
en nosotros), decide (ésa que hace que gente como Trump gobierne, guíe, la marcha, en un
mundo sin sentido, por eso no importa cómo gobiernen, o desgobiernen, porque
somos habitantes de un vacío, más afín a perros y a piedras. Pero aun y así
tenemos que luchar, hacer un poco de orden en esta casa de fieras. Y después
ustedes podrían tratar de hacer una isla –condenada,
porque algún día sería destruida– de felicidad
para estos humanos del planeta Tierra, porque sólo eso les quedaría, tratar de
ser felices, pero todos, absolutamente todos, y para eso necesitarían la
igualdad máxima que pudieran hacer, la igualdad hasta la clonación, no sólo
hasta la igualdad económica –que es lo
menos que hoy se tiene que hacer, y hoy también se tiene que hacer la igualdad
de corazón–).
La clave del mundo está en la
inteligencia (porque sólo ahí el mundo aterriza,
sólo ahí el mundo es visto, pensado, oído, tocado, olido, saboreado), y la clave de la inteligencia está en la cantidad de
inteligencia con que se nace (una cantidad de
inteligencia que entre más sea más puede saber, y entender. Y qué más se puede entender, sino
al mundo mismo).
La inteligencia llega hasta el poder
entender al mundo mismo, y el escalón anterior a esto (no es la ciencia) tendría que ser
el darse cuenta de que hay que hacer la justicia, la igualdad (porque siempre hemos estado plagados de problemas, en los que
podían verse algunas causas: estafas, mentiras, injusticias, desigualdades,
ignorancias, historia, naturaleza… y entre más fuera ese darse cuenta de toda
la injusticia –es decir, de toda la
desigualdad–, más cerca se estaría de poder
entender al mundo, pero hasta hoy ésos han sido terrenos en los que ustedes no
han podido meterse. Y yo sólo les explico el mundo, y les cuento cómo llegué a
esta explicación, y me sigue admirando que todos ustedes estén como ciegos,
aunque ya sepa que nada de lo nuestro es nuestro, que lo humano sólo es un
lugar del mundo, y que tiene sus modos de ser, y que hoy nosotros los humanos
del planeta Tierra sólo estamos siendo ese lugar y sus caminos), y los escalones de más hasta abajo van de derecha hasta perro (hasta planta, hasta virus).
El mundo no tiene sentido (es para nada), y eso nos
condena (y ni siquiera podemos engañarnos
tratando de “vivir la vida” –tratando de
vivir una vida sin sentido, tratando de vivir por nada, para nada–, porque algún día no habrá nada de esta vida que hay hoy en el
planeta Tierra, porque será exterminada –por
los modos de ser del universo–, y entonces será
como si nunca hubiera sido… pero por siempre habrá la posibilidad de que la
vida surja –pero es muy difícil que vuelva
a surgir en el planeta Tierra -… y la vida
que hay hoy en el planeta Tierra tiene los días contados -porque el Sol no siempre va a estar como está hoy-…por mucho que todavía falte para eso… lo más seguro es que
dentro de 3 000 millones de años ningún ser vivo podrá vivir aquí… y seres como
nosotros no podrán vivir aquí desde mucho antes que eso, tal vez dentro de 600
ó 700 millones de años ya no podrán hacerlo… pero claro, los humanos podrían
huir en naves espaciales… pero vayan a donde vayan algún día serán
exterminados… Y dentro de más o menos 5 000 millones de años la Tierra tal vez
sea tragada por el Sol… o tal vez sólo sea movida un poco de su ubicación
actual… o tal vez sea expulsada del Sistema Solar…-, pero sí puede seguir surgiendo todavía en otros planetas de la
expansión de universo en que estamos -mientras
eso pueda ser posible… porque algún día no va a ser posible-… y eternamente va a seguir surgiendo, en alguna expansión
futura de nuestro universo, o en otras expansiones de otros universos–… pero también por siempre será exterminada… pero siempre también
habrá la posibilidad de que todo sea entendido… de que sea entendido todo lo
que es… o sea, de que sea entendido el mundo… y la inteligencia… a través de la
cual es el mundo… y por eso es que fue entendido eso de los perros y de
ustedes, esa inteligencia a través de la cual hasta hoy ha sido el mundo aquí
en el planeta Tierra) a un final (que tendrá que ser muy bien planeado), a los perros no (porque ellos
jamás podrán entender al mundo, en el mundo en que están encerrados ellos el
mundo se queda en ese nivel, en nivel perro, en donde se nace y se es lo que se
tiene que ser, mientras se puede serlo, es decir, mientras se es… Y cada vez
que ustedes se queden maravillados ante lo sorprendente de cualquier cosa del
mundo sólo piensen que lo más lejos que puede llegar el mundo somos nosotros, y
que lo inmediatamente anterior a nosotros son ustedes, los afanes de todos
ustedes, tan tontos como los de cualquier perro –tan tontos, tan cortos, tan como si el mundo fuera otra cosa,
como si el mundo fuera un mundo de perros, de cerebro de perros, de
inteligencia de perros, para aventuras de perros–), pero hoy tenemos tareas más
inmediatas: empezar a enderezar al humano (y ya a otros les tocará lo más difícil, lo más terrible, dentro de
30 ó 300 años).
J020125
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